Aston Martin DB12 Volante: los amos del aire
680 CV. V8. Y no hay versión eléctrica. Esto es música para nuestros oídos. Estamos a favor del progreso y las tecnologías más Eco, pero si quieres entenderlo, tienes que probarlo.
La gracia fácil que se nos ocurría a todos cuando vimos el DB12 Volante aparcado en la puerta del hotel era... “Le darán uno como este a Fernando Alonso”... Porque desde hace años para los españoles, oír hablar de Aston Martin, es irte directamente a la cara del nano. Es lo que pasa cuando la fortuna nos ha hecho compartir patria con este ser excepcional, de una especie distinta a la nuestra.
Es más, creo que desde que cogimos el avión en Madrid Barajas, algo en todos nuestros corazones nos mantenía con la esperanza de que la marca inglesa quisiera sorprender a la prensa en un lanzamiento tan importante como este, trayendo a nuestro Padre. Obviamente no pasó. Entonces decidimos centrarnos en probarlo y pensar si le gustaría o no. Tenemos clara una cosa: la respuesta es sí.
Es imposible que a ningún ser de la Tierra este coche no le parezca una maravilla nacida de la mente humana. No sé si es que estamos un poco saturados de oír música artificial cuando se acerca un coche eléctrico, pero este V8 te saca una sonrisa aunque sea el peor día de tu vida. Qué manera tan bonita de correr, de acelerar, de abrazarte. No me quería bajar, solo conducir. A pesar de la deportividad, podrías tirar en él hasta cruzarte Europa entera. Tan confortable y divertido a la vez.
Aston Martin DB12: la exclusividad es un grado
Como todas las marcas de lujo, lo que las hace tan icónicas es que no todos podemos acceder a ellas, pero las deseamos hasta convertirlas en un sueño. Algún afortunado, lo consigue, pero son pocos. Durante casi toda su historia, Aston Martin ha fabricado automóviles de manera artesanal y en pequeñas series; entre 1957 y 2000 la producción total de la marca no llegó a 12.000 unidades.
Estos volúmenes se han incrementado en años recientes. En 2003 fueron producidos 1.476 coches y en 2004 dio un notable salto a 2.400 unidades vendidas, acercándose a la meta establecida por el Premier Automotive Group (cuando era su dueño), de cinco mil automóviles anuales para 2006.
La fábrica inaugurada en 2004 en Gaydon, Warwickshire, tiene esa capacidad de producción. Las ventas del último año fiscal permitieron a la marca británica anunciar su primer ejercicio con ganancias desde 1962, terminando con el increíble récord de más de 40 años con balances en rojo.
Entonces llegaron los coches modernos que conocemos hoy. En 2014 produjeron las siguientes gamas de modelos: DB9, con motor V12 de 5.935 cc (5,9 litros); Vantage, con motores V8 o V12 y opciones S, Roadster y N430; el sedán de cuatro puertas Rapide y el Vanquish con un V12 de 573 CV de potencia, una velocidad máxima de 323 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos.
Misma cifra que lo que tenemos entre manos, pero de eso hablamos ahora. Y entonces, después de todo el revuelo, en 2016, la marca inglesa nos regala el DB11, y a partir de aquí, empieza la historia que contamos ahora.
De V12 a V8, y más cambios
Ha nacido para ser el sucesor natural del DB11, que equipaba un motor V12, del que hay que despedirse gracias a esta normativa europea nuestra que tantas alegrías nos está dando. Desarrollado en paralelo con el DB12 Coupé, su compañero de garaje, el DB12 Volante exhibe los mismos avances en materia de diseño, ingeniería y tecnología logrados por la última evolución de Aston Martin.
Su estructura no solo fue diseñada para soportar de forma eficiente las nuevas exigencias aerodinámicas del DB12 Coupé, sino también para proporcionar la misma e incomparable experiencia de conducción en el DB12 Volante.
En el Volante se prestó especial atención a los detalles de ingeniería y a las especificaciones de todos los elementos que hay bajo su carrocería. Elementos estructurales tales como los puntos anclaje superiores y laterales de la suspensión trasera, así como otras mejoras entre las que se incluyó el refuerzo transversal del motor que aumentó la rigidez de torsión global del DB12 Volante en casi un 5% y contribuyó así a optimizar su rendimiento.
Todas estas modificaciones, en línea con el desarrollo del DB12 Coupé, permitieron el uso de una columna de dirección sin aislamiento con ajuste complementario de la dirección y los amortiguadores para brindar una conexión precisa en el centro y fuera del mismo, con una gran capacidad de respuesta del vehículo.
Además, gracias a los cambios efectuados, incluido el refuerzo transversal del motor, el DB12 Volante logra un aumento del 3,7% en la rigidez de torsión global, así como una mejora focalizada en la rigidez lateral y un mayor rendimiento y refinamiento de la suspensión. Una columna de dirección sin aislamiento y un eje delantero más rígido (+140%) contribuyen a mejorar las sensaciones del conductor y, por así decirlo, hacer que te sientas más conectado al vehículo y a sus reacciones.
Todas estas mejorías, vienen de la mano de lo que de verdad te hace vibrar a los mandos del DB12 Volante. Su motor V8, de 4.0 litros con turbocompresor doble, dota al DB12 Volante de una potencia y un sonido fabuloso. Afinado por los ingenieros de Aston Martin para entregar 680 CV a 6.000 rpm y 800 Nm entre 2.750 y 6.000 rpm, este propulsor fabricado a mano cuenta con perfiles de levas modificados, relaciones de compresión optimizadas, turbocompresores más grandes y refrigeración mejorada, para lograr un aumento de potencia del 34% con respecto al DB11.
Con una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y una velocidad máxima que alcanza los 325 km/h, el rendimiento del DB12 Volante es verdaderamente sobrecogedor. Pisar a fondo el acelerador (en una autovía alemana sin límite de velocidad, para los ofendidos), es como volar. La potencia se entrega a través de una transmisión ZF automática de 8 velocidades que, al igual que en el DB12 Coupé, cuenta con diversas ‘estrategias’ de cambio de marchas para adaptarse a cada modo dinámico de conducción.
El Volante también usa la misma configuración de diferencial, más corta, para maximizar la respuesta de aceleración dentro de cada marcha, así como un diferencial electrónico trasero (E-Diff) para lograr la mezcla perfecta de agilidad y estabilidad cuando se desea o cuando se necesita. Con un control electrónico de estabilidad (ESC) de cuatro fases y cinco modos de conducción predefinidos, el DB12 Volante permite al conductor adaptar con precisión su comportamiento.
Entre otros elementos dignos de mención se encuentran los amortiguadores adaptativos inteligentes de nueva generación, que ofrecen un aumento del 500% en su capacidad de distribuir la fuerza en comparación con los de la anterior generación, lo que equipa al DB12 Volante con una gama de cualidades dinámicas y una personalidad que superan con creces a los rivales de su categoría. De hecho, la principal diferencia entre el DB12 Coupé y el Volante es la detallada revisión que se ha llevado a cabo de los muelles traseros respecto a los amortiguadores.
La dirección asistida eléctricamente (EPAS), con una columna de dirección sin aislamiento, aporta una sensación pura e inalterada con una velocidad de respuesta ágil pero natural. Las llantas de aleación de 21 pulgadas incluidas de serie incorporan neumáticos Michelin Pilot S 5 marcados con el código «AML» y fabricados conforme a las especificaciones exactas de Aston Martin. De la frenada se ocupan discos de fundición de 400 mm en el eje delantero y de 360 mm en el eje trasero (de serie), con la opción de equipar un sistema de frenos cerámicos reforzados con fibra de carbono (CCB) que ofrece un mayor rendimiento, reduce la pérdida de potencia de frenado y ahorra 27 kg en masa no suspendida.
Que no se olvide que es un convertible
Ha sido una de las partes más y mejor estudiadas, ya que tener una máquina como esta, con estas capacidades y que resulte incómoda de conducir con el techo abierto, no tendría sentido. Con 8 capas de aislamiento, la capota de lona posee propiedades acústicas mejoradas para disfrutar de una mayor comodidad dentro del habitáculo. Cuando está desplegada, las líneas del techo mantienen el perfil del DB12, que por cierto, a mi parecer, es precioso. Cuando está retirada, el mecanismo K-Fold yace bajo una cubierta rígida para crear una elegante parte trasera.
La capota tarda 14 segundos en abrirse y 16 segundos en cerrarse, y puede usarse a velocidades de hasta 50 km/h y con viento frontal de 50 km/h. El mecanismo del techo puede accionarse a distancia desde el mando de la llave en un radio de dos metros, algo que es útil y siempre asombra a todo el que esté alrededor del coche. Además, uno de los grandes aciertos en el primer vistazo de este modelo, es que al retirar la capota, es inevitable que te llame la atención el interior.
Está todo tan cuidado, se ve tan tecnológico y a la vez tan artesanal, que te quedas mirándolo por encima desde fuera, cada detalle. Por ponerle un pero, la pantalla de 10,2 pulgadas prácticamente no se ve con la capota abierta si el día está muy claro, con mucho sol. Pero sinceramente, da igual. Pisa el acelerador y te olvidarás de Google Maps.
Amedeo Felisa, Chief Executive Officer de Aston Martin –por lo menos hasta el próximo 1 de octubre, cuando será sustituido por Adrian Hallmark–, comentó lo siguiente: “Para muchos de nuestros clientes, conducir con la capota bajada es una de las actividades más placenteras. Los Volante de Aston Martin han capturado esa emoción y la han expresado con un estilo único durante más de seis décadas. Con el nuevo DB12 Volante, hemos cambiado las reglas para crear un coche que intensifica todas esas sensaciones preservando la pureza y las excepcionales capacidades deportivas del DB12 Coupe. Un convertible deportivo único y auténtico en todas sus facetas, este Volante ha sido creado para desafiar las ideas preconcebidas y encontrar una nueva generación de clientes”.
Y para rematar la faena, como todos los Aston Martin, está dentro de Q. El servicio de personalización de ultralujo, permite a quienes lo deseen dejar su propia impronta en el DB12 Volante. Los clientes disponen de acceso a las habilidades de los diseñadores y artesanos de Q para emprender un exclusivo recorrido de personalización que puede abarcar todos los aspectos: desde pequeños detalles diferenciadores hasta el diseño y la producción a escala real de componentes totalmente personalizados. Con el servicio Q by Aston Martin listo para materializar la visión del cliente de su DB12 Volante ideal, el único límite es la imaginación.
Hacía mucho tiempo que no tenía estas sensaciones al volante. Gracias a este tipo de jornadas conseguimos recordar por qué nos gustaba tanto esto, y por qué decidimos dedicarle nuestra vida a ello. Larga vida a la gasolina y larga vida a Fernando Alonso.