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Prueba del Aston Martin DB11 V8; La magia de AMG

Quizá parezca un DB11, vaya y suene como un gran Aston lo haría, pero hay una gran ruptura con la tradición si levantamos el capó: el motor V12 ha desaparecido. No hay razón para entrar en pánico y comprar un Vanquish S, pues todavía puedes tener la sinfonía de sus 12 cilindros en el Aston Martin DB11, solo que esta nueva versión de acceso monta en esencia el mismo bloque de 4.0 litros biturbo V8 que un Mercedes AMG C63 S. Así que Aston ha añadido la gestión de Bosch a su receta, mientras que Mercedes ha sometido al DB11 a su programa de fiabilidad, como lo haría si fuera responsable de cualquier reclamación por el motor.

Solo necesitas escuchar el motor V8 arrancar y recorrer los primeros kilómetros para saber que el matrimonio anglo-alemán casa a la perfección: el par motor llega desde bajo régimen y golpea con virulencia de verdad desde 2.400 rpm, apenas se nota el turbo lag y tienes todo su poder cuando lo buscas, emanando toda su rabia a través del sistema de escape de tal forma que dudarás si era un V12 lo que escuchabas.

Desde Aston Martin señalan que el equipo de desarrollo se centró más en la frecuencia de sonido media y final, con una melodía más culta y europea que en las versiones AMG más radicales. Quizá sea un feliz accidente, quizá sea el escape y la modificación de la ECU, pero es sorprendente lo cerca que se siente este V8 del V12. Hace casi un año que estrenamos el V12, pero se aprecia que el V8 tiene más hambre de asfalto cuando hundes el pie a bajas vueltas.

Y aún hay más noticias buenas: El precio del V8 es 30.000 euros más barato, 210.000 euros. También consume y contamina menos, 9,9 litros frente a 11,4 de media. Además las cifras de potencia tampoco se desvían demasiado: el V8 produce 510 CV y 675 Nm frente a los 608 CV y 700 Nm del V12. El motor más pequeño también contribuye a reducir el peso unos 115 kg, logrando que marque en la báscula 1.760 kg.

Aston Martin DB11 V8

Los neumáticos Bridgestone Potenza para sus llantas de 20 pulgadas son los que monta el V12, pero hay cambios sutiles en el chasis para acomodarlo a la pérdida de peso y posicionar el V8 como en un deportivo, más centrado en la conducción, siendo el V12 más un misil intercontinental. Ayudado por el menor peso, la dirección responde más rápido, con el Aston Martin DB11 redondeando las curvas más agresivamente que el punzante V12. El motor más pequeño ha sido retrasado todo lo posible en el chasis, permitiendo que la distribución de pesos pasara con el V12 de 51/49 a 49/51.

Los muelles frontales son más suaves, pero porque hay menos peso, permitiendo preservar la calidad de rodadura. La amortiguación se siente más firme, con una pequeña inercia a los botes notable incluso en autopista, pero lejos de la incomodidad. El Aston Martin DB11 sigue flotando por los resaltos y los baches con relajada maestría, pero con una dirección más aguda y un tacto más firme del chasis.

Rodamos por carreteras reviradas y en autopista en el norte de Barcelona, pero las lluvias persistentes hicieron que el firme tuviera el mismo agarre que la mantequilla en la sartén caliente. Naturalmente, esto hizo que sentir la tracción y los movimientos del coche fuera difícil, pero las ruedas traseras ganaban rápidamente agarre si no se iba en marchas muy cortas.

Todo ha quedado claro: el ajuste de chasis del Aston Martin DB11 V8 subraya la impresión de que es un coche centrado más en disfrutar de su conducción. La caja de cambios también mejora. Es una automática ZF de ocho velocidades, dispuesta en una disposición transaxle. Comparado con el V12, obtiene su propia calibración. Es suave y suficientemente rápida, pero hay un poco de retraso incluso cuando se selecciona un modo de conducción más agresivo. Unas levas de mayor calidad ayudarían tanto a la estética como a la interacción.

Aston Martin DB11 V8

Por fuera y por dentro, el DB11 V8 luce casi igual que el V12, con ese elegante diseño y un interior a años luz del DB9. Tan solo se percibe porque solo tiene dos tomas de aire en lugar de cuatro en su capó, y que el contorno de las luces delanteras está oscurecido.

El Aston Martin DB11 V8 ha demostrado ser un GT muy satisfactorio. Quizá haya quien no acepte un gran Aston sin su gran V12, pero con cuatro cilindros menos es más asequible, más ágil y más eficiente. Y que suene y se conduzca como un Aston hace más difícil no darlo por la mejor elección de la gama. ¿Cómo sería si recibiera el V8 de 610 CV del AMG E63 S?

 

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