BMW repite su fórmula ya vista para híbridos de forma sencilla, motor térmico delante y eléctrico detrás, generando tracción total y una potencia combinada cercana a modelos de combustión de segundo nivel de potencia. En este caso el X1 xDrive 25e rinde 220 CV y 385 Nm gracias a su motor 1.5 litros de 3 cilindros de 125 CV y el eléctrico de 95 CV.

Unas cifras muy buenas para mover a este SUV compacto de 4,4 metros y que nos dejarían unas prestaciones aún mejores de no ser por los 200 kg extra comparados con una versión de motor de combustión interna. Al volante se siente rápido desde parado gracias al par inmediato, y las recuperaciones de velocidad son buenas.

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