¡Vuelve el Ford Mustang Bullitt 50 años después! 475 CV para revivir a una estrella
Aunque no hayas visto la película, has visto seguro la escena de la película Bullitt en la que Steve McQueen persigue al volante de su Mustang a los malos. Fue un icono de la época y el coche pasó a ser otra estrella más de la película. El largometraje cumple ahora 50 años y para celebrarlo, Ford nos deleita con una versión moderna de aquel «pony-car» que volaba por las calles de San Francisco, creando así el Ford Mustang Bullitt 2019.
Y para presentárnoslo, que mejor que un descendiente del propio McQueen, en este caso su nieta Molly, que en un vídeo imitando la escena que rodó su abuelo aparece al volante del Ford Mustang Bullitt 2019, la tercera generación del modelo con ese nombre. Solo que en este caso en lugar de perseguir al Dodge Charger calle abajo, es en un parking donde persiguen la última plaza de aparcamiento. Incluso sale el famoso Volkswagen Beetle verde.
Para esta edición limitada, Ford ha mejorado el motor V8 de 5.0 litros hasta darle una potencia de 460 CV y 570 Nm de par, lo que supone un incremento de potencia de 10 CV con respecto al Mustang GT. El nuevo Bullitt puede ahora acelerar hasta los 262 km/h, lo que supone 12 km/h más que el GT.
Como edición especial que es, su acabado es pura inspiración y homenaje del Bullitt original de 1968. Saldrá este verano y llevará una transmisión manual, con un pomo de la palanca de cambios en blanco, como el original. Además este Mustang va equipado con el paquete Premium del GT y el Performance Package, lo que supone mejores neumáticos y suspensión MagnaRide.
Otro extra es el sistema de escape deportivo para que el Ford Mustang Bullitt ruja como lo hacía el de McQueen en la persecución de la gran pantalla. Lleva las colas de escape en terminación Black NitroPlate, y el sonido ha sido ajustado especialmente para este modelo. Bajo el capó lleva el sistema de inducción de aire Open Air y el colector de admisión con el cuerpo del acelerador de 87 mm del Shelby GT350 y una ECU calibrada para la ocasión.
Por otro lado el interior lleva de serie el volante de cuero calefactado de 12 pulgadas, la instrumentación digital del nuevo Mustang 2018, pero con una pantalla de bienvenida única para el Bullitt que arranca en verde con una imagen del coche en lugar del caballo salvaje. Los asientos Recaro llevan las costuras en verde, al igual que las de los paneles de las puertas, la consola central y el salpicadero.
El exterior es una obra de arte de los homenajes, sutil y elegante, sin alerones ni extensiones descaradas, pintado en el verde llamado Dark Highland Green o también se puede pedir en Shadow Black. Otros elementos que rinden tributo a la estrella del cine son los toques cromados en las ventanillas y la parrilla central, las llantas de cinco radios negras en 19 pulgadas, las pinzas de freno Brembo en rojo y la parrilla delantera en negro. El nombre de Bullitt únicamente aparece en su logo circular de la parte trasera y en el volante.
Pero no solo se ha desvelado este Ford Mustang Bullitt 2019. Ford además ha querido descubrir otro secreto, la reaparición del Ford Mustang que usó McQueen en la película. Para el rodaje de Bullitt se usaron dos Mustang idénticos, uno que condujo McQueen y otro un especialista que es el que su usaba en los saltos más duros. El segundo coche se recuperó hace poco, pero el primer coche fue vendido por la productora de cine a una colección privada y nunca más se supo de él, hasta hoy.
En 1974 Robert Kiernan compró el coche, que permaneció en secreto en la familia. Cuando su hijo Sean lo heredó en 2014 decidió que ya era hora de dar a conocer el coche al mundo, así que contactó con Ford para sacarlo a la luz con el debut del Ford Mustang Bullitt 2019 en el Salón del Automóvil de Detroit 2018.
https://youtu.be/-Q5pHm2Cfq4
El coche está en el mismo estado en el que acabó el rodaje, sin restaurar, solo manteniendo su mecánica apunto para funcionar como el primer día. Incluso la familia Kiernan guardó los papeles de la venta por parte de la Warner Bros y una carta que el propio McQueen mandó a Robert tratando de recuperar el coche.
