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Prueba Maserati Ghibli 2018, dos caras para una moneda ganadora

A muchos se les olvida que una berlina deportiva no tiene por qué ser alemana, cuadriculada y fría de emociones, simplemente rápida, pero sin ese «algo» que todo aquel apasionado del motor busca en un coche. Afortunadamente hay vida más allá de la ingeniería alemana, y son nuestros primos italianos los que vienen a ponernos en nuestro sitio a la hora de elegir a la verdadera berlina deportiva. Maserati hace tan bien las berlinas como Manolo Blahnik los zapatos, y entrar en el nuevo Maserati Ghibli 2018 se debe parecer un poco a calzarse unos Manolo por primera vez, encajar como un guante y sentirte la persona con más estilo del mundo.

La firma italiana actualiza de forma importante su modelo de acceso, justo por debajo del Quattroporte y acompañando al SUV, el Levante, y su deportivo, el Gran Turismo, cerrando así la renovación de la Gama 2018. Gracias al Levante Maserati ha vendido en España alrededor de 500 unidades en lo que va de año, pero el Ghibili es su otro modelo estrella y cada vez tiene más peso en el segmento de las berlinas premium.

Para el Maserati Ghibli 2018 los diseñadores han adoptado la calandra del Alfieri y la han moldeado para la berlina. Habrá un Ghibli base además de los dos nuevos acabados que la marca del tridente nos propone para darle una u otra personalidad. Dos caras diferentes pero que bajo la piel esconden la misma pasión y las mismas novedades. Apostando más por la elegancia, el acabado GranLusso nos aporta un toque distinguido y clásico, con un paragolpes con la zona inferior marcada por un nervio que sigue del borde hasta el portamatrículas e inserciones cromadas. Sigue teniendo los pasos de rueda bien marcados, con un capó delantero que se hunde por debajo de estos para acentuarlos, así como la insignia GranLusso junto al paso de rueda delantero. Su zaga presenta como novedad un nervio saliente de la tapa del maletero a modo de alerón integrado, así como doble salida de escape redonda a cada lado y un difusor trasero limpio. Sus llantas son de 19″ de serie y las pinzas de freno pueden ser grises o negras.

Sin embargo el GranSport eleva las cualidades deportivas para hacer que luzca mucho más atractivo y dinámico. Su exterior difiere con el del GranLusso gracias a un paragolpes delantero diferente, con rejillas más deportivas e inserciones piano black. Las llantas son de 20″ y las pinzas de freno pueden ir en rojo. Se trasera incorpora un difusor escoltado por el mismo número de colas de escape pero con una rejilla alrededor de estas que no aparece en el otro acabado.

Ghibli GranSport vs Ghibli GranLusso

Dentro del Maserati Ghibli 2018 hay otra serie de diferencias para sus dos nuevas personalidades. Se mantiene el espíritu exterior y por supuesto el nivel de refinamiento y detalles propios de la firma italiana. El GranLusso quiere que te sientas como en el club de yates, rodeado de inserciones de madera en las puertas y la consola central, con unos asientos Comfort de ajuste eléctrico y tapicería cortesía de Ermenegildo Zegna, con cuero y seda de mora en diferentes zonas del habitáculo. Por otro lado, el GranSport presenta asientos más deportivos, igual de cómodos pero con un recogimiento mayor para los riñones, con otro tapizado, así como nuevas inserciones en otros materiales. El toque picante lo pondría la opción de ciertos elementos en fibra de carbono, como por ejemplos las levas del cambio.

En el interior del Maserati Ghibli 2018 hay una serie de novedades que le ayudan a mejorar y hacerlo más práctico, como la pantalla de 8,4” para el sistema de información y entretenimiento, que incluye el nuevo navegador. La apariencia de los menús es la misma que en el MY17 y la respuesta es buena y de uso intuitivo, con acceso rápido a los menús más importantes. Además para controlarla tenemos también un selector rotatorio en la zona del túnel de transmisión, con la parte superior del mismo controlamos el volumen del audio, que por cierto puede ser Bower & Willkins con 15 altavoces.

Sus plazas delanteras son tremendamente cómodas y la posición de conducción es óptima, con ajuste eléctrico del volante y buena visibilidad. Sin embargo sus plazas traseras han sorprendido por el espacio tan justo para las piernas. Partiendo de que en mi caso particular mido 1.85 metros de alto, con el asiento del conductor colocado para mí las rodillas tocan el respaldo, y eso en un coche con 4.97 metros de largo y una batalla de 2.99 metros. Quiero pensar que llevaba tanto el volante como el asiento demasiado atrás, pero no es así porque llegaba a los pedales perfectamente. Eso sí, aún con su silueta, la cabeza goza de buen espacio, y tres personas pueden ir con relativa comodidad detrás. También debe penalizar no solo su diseño, sino el contar con un maletero de 500 litros, con apertura y cierre eléctrico, que es muy largo pero muy bajo. Mafiosos de la Camorra, los cadáveres cabrán casi estirados, pero la boca de carga es algo reducida.

Pasemos a lo que se esconde bajo su piel de corte elegante. Maserati ha tenido que igualar al resto de rivales en asistentes a la conducción, es por eso que ahora el nuevo Ghibli lleva dirección eléctrica en lugar de hidráulica. Tranquilos porque no ha perdido sensaciones, pero eso lo veremos después. Gracias a esto ha podido sumar nuevos asistentes que le elevan al nivel dos de conducción autónoma.  Estos son el Highway Assist, Lane Assist, Blind Assist y sin tener nada que ver con la dirección, el lector de señales de tráfico. Entre el tráfico de la costa azul hemos puesto a trabajar el asistente de autopista, un sistema por el cual el Ghibli se mantiene en el centro del carril, que a bajas velocidades ha resultado ser tremendamente útil y cómodo, pero que a 120 km/h y en ciertas curvas, algún modelo de la competencia es capaz de trazarlas, mientras que el italiano se tira al interior de la curva en exceso, corrigiendo bien, pero que asusta si circula otro coche en ese carril. El resto de sistemas funcionan como cabría esperar. Otra novedad importante es que los acabados GranLusso y GranSport llevan las luces delanteras en Matrix LED, con función de largo alcance automático con desconexión de franjas para no deslumbrar.

Pasemos al “cuore”. Diseñados por Maserati y fabricados por Ferrari en Maranello, los V6 biturbo gasolina del Ghibli mantienen viva la pasión por la conducción. Antes de seguir, los nuevos acabados GranLusso y GranSport no presentan diferencias mecánicas. La potencia de los seis cilindros gasolina ha crecido 30 CV en ambas versiones, por lo que ahora tenemos 350 CV y 430 CV y 580 Nm de par en la versión S. Se mantiene la opción de la tracción total Q4, que recordemos prima la tracción trasera y puede llegar a repartir el par en 50/50 para cada eje. Hay otro V6 diésel, también de 3.0 litros, mono turbo en este caso, con potencias de 250 y 275 CV, sólo disponible esta última para España.

El motor de gasóleo lo hemos podido probar y hace que el Maserati Ghibli 2018 se mueva bien, lo suficiente y además ahorrando más combustible que con el V6 gasolina, pues su consumo medio homologado  es de 5,9 litros. Es por lo tanto el más recomendable para quienes quieran usar su tridente cada día sin desgastar la VISA por las visitas a la gasolinera. Es un tanto ruidoso en aceleración media y fuerte, pero manteniendo la velocidad pasa inadvertido. El modo Sport lo hace más ronco de fondo pero es artificial y no acaba de engañarte. Aun así destaca su buen empuje en bajas, pues sus 600 Nm empujan entre 2.000 y 2.600 rpm como lo haría un tiffosi por un autógrafo de Schumacher.

Pero el que nuestro corazón y nuestros oídos pide es el V6 gasolina de 430 CV y 580 Nm de par. Ha ganado 20 CV y 30 Nm de par, pasando de hacer el 0 a 100 km/h en 4,9 segundos, 0,1 menos, y puede volar por la Autobahn o la radial a tu casa de fin de semana sin que te pille Pegasus a 286 km/h de velocidad máxima. El motor empuja muy bien a bajas y medias, e incluso daba la sensación de seguir dando aliento en altas, hasta el corte a 6.500 rpm. Ni siquiera hace falta llevar el pie a tabla para que responda con celeridad, un leve toque de gas le pone en alerta máxima y le empieza a hacer levantar el morro de tiburón como si buscara la presa fuera del agua.

Acompañando al motor tenemos un cambio ZF de 8 velocidades, muy bueno en modo automático, suave, tanto que no te enteras ni de que está trabajando. Existe un botón junto a la palanca para ponerlo en modo manual, que hace que subir y bajar marchas sea responsabilidad 100% del conductor. Es de respuesta muy rápida yendo vivos y las levas, de aluminio de serie, son largas y fijas a la columna, por lo que si somos diestros en el noble arte de conducir, resultan perfectas en el Maserati Ghibli.

Su dirección, ahora eléctrica, podría haber perdido a nivel de sensaciones con respecto a la hidráulica. Se equivocan como Napoleón se equivocó en Waterloo. Ahora no solo es más rápida en el regreso de la dirección asistida, sino que es muy directa y nos transmite bastante bien que ocurre con las llantas de 20” calzadas con neumáticos Pirelli PZero. Es como Popeye para Escobar, ejecuta al instante y no hay que corregir movimientos. Además en modo Sport se nota más dura para poder mejorar la eficacia de giro del volante de cuero.

Hablando del modo Sport, el Maserati Ghibli cuenta con este modo que activa la berlina en cuanto respuesta del motor y del cambio, mientras que su suspensión permence en el modo estándar. Y sinceramente es un acierto, porque ya es bastante firme, aunque también cómoda, pues no hemos tenido problemas de balanceo en apoyos bruscos ni curvas cerradas. Sin embargo, el modo Sport de la suspensión, activable con un botón independiente, se nos ha antojado demasiado duro llegando a ser incómodo, solo recomendable para superficies lisas, muy lisas.

Maserati Ghibli

El Maserati Ghibli 2018 sigue la estela y la hace más elegante y deportiva, sigue siendo una berlina cómoda, rápida y si nos quitamos la corbata, divertida. El precio parte en 77.050 euros para el Ghibli Diésel, mientras que si queremos el Ghibli Diésel GranLusso o GranSport deberemos sumar 10.000 euros, pues el precio es el mismo para ambos acabados. Esa cantidad es casi igual con las versiones S y SQ4. Otro tridente más afilado y brillante ha llegado.

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