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Nissan ilumina Finlandia: prueba invernal X-Trail y Ariya

El sistema e-4orce y la tracción total nos demuestran su fiabilidad en situaciones extremas y cómo la electrificación mejora las prestaciones del Ariya y del X-Trail. Viajamos al país escandinavo para hacerlo en los paisajes más invernales.

Acabo de aterrizar en Helsinki, aunque no sé muy bien cómo ha sido posible. Todo está lleno de nieve y, aunque no dejo de mirar por la ventanilla, el mal tiempo no me deja ver nada, supongo que aquí están más que acostumbrados. A una madrileña como yo todo esto le sorprende y enamora a partes iguales. Nissan nos ha invitado a probar el Ariya y el X-Trail y lo vamos a hacer en las condiciones más extremas. Hemos oído hablar del modo Snow en reiteradas ocasiones, pero ciertamente en España es difícil ponerlo a prueba –y cada vez más con el cambio climático–. También hemos oído hablar mucho del sistema e-4orce, y ya es hora de llevarlo al límite y que ambos modelos nos demuestren sus verdaderas capacidades y ese espíritu aventurero del que la marca japonesa se abandera.

 

 

Será porque soy joven o porque llevo poco en este sector, pero he empezado varios artículos hablando de primeras veces. Esta vez no será mi primera en nieve, pero sí circulando sobre un lago helado y tan lejos de casa.

 

Zapatos a medida

Una vez en el parking de la terminal, nos recibe el X-Trail, perfectamente equipado con neumáticos con clavos. La ruta hasta el hotel será larga, de unas tres horas y todo ello a medida que la luz va desapareciendo. Cojo autopista y aquí hago mi primera apreciación: todos los ciudadanos respetan las señales de velocidad y normas de la vía. En España no pasa eso... pero aquí opto por ser cauta y no sobrepasar la velocidad máxima. En esta carretera no hay prácticamente nada de nieve pero la rodadura del neumático con clavos no resulta molesta en el interior del coche ni al tacto de la dirección. Al rato, abandono la autopista y los coches empiezan a desaparecer, al igual que las casas. Cada vez estoy más en medio de la nada, aunque no perdida. Las carreteras secundarias son más estrechas y las líneas de la carretera así como el asfalto no se ve, todo está cubierto de nieve. De nieve y también de hielo, por lo que tuve que extremar la precaución con todos mis sentidos hasta llegar a nuestro destino. He de admitir que le cogí el gusto y las curvas me acabaron pareciendo hasta divertidas. Está claro que si el coche no estuviese tan bien preparado para estas condiciones hubieran sido kilómetros estresantes. Una vez en el hotel, antes de cerrar el coche y que se apaguen las luces, la estampa me emociona.

 

 

Los copos de nieve cayendo sobre nuestro Nissan, una casa de madera de fondo y muchos pinos. Qué suerte poder estar aquí. Hora de descansar, mañana continúa la aventura.

 

La Tierra de los Mil Lagos

Es pronto, aunque en este lugar es difícil adivinar qué hora es. Al fondo estoy viendo el enorme lago helado al que tantas ganas le tengo. Y sobre él, un circuito, pero no hecho con conos sino con montículos de nieve a cada lado. Aquí salirse no perdona...

 

 

Empiezo con un slalom en el Ariya, un modelo totalmente eléctrico. En estos países del norte tienen muy normalizado utilizar coches que no son de combustión, a pesar de que las temperaturas castigan la autonomía. Sin hablar de las capacidades del vehículo, los acabados del Ariya son de primer nivel. Recalcable lo espacioso que es, en parte porque la batería se ha colocado debajo de los asientos.

 

 

Control de tracción activado y “gas” a fondo. Momento también de hacer frenadas de emergencia y que sus sistemas hagan acto de presencia. Aunque sea difícil de creer, la tecnología de tracción total ha sido desarrollada para coches eléctricos y a la vista está lo bien que funciona. El e-4orce hace que nuestro vehículo se deslice sin ningún esfuerzo a lo largo de la línea de curva prevista y al frenar no existe tanto rebote como si careciéramos de este sistema y de la inteligente distribución de la frenada regenerativa.

 

 

También me permite enfrentarme a los giros cerrados de cada curva sin necesidad de tener que corregir apenas la dirección, algo que después de varios cursos en circuito y fuera de ellos he aprendido que es muy importante.

La unidad de pruebas con e-4orce es la más potente de la gama, con 306 CV (225 kW) y un par máximo de 600 Nm, aunque también se comercializan versiones menos potentes y de tracción 4x2. Para los viajes de largo recorrido y para estas condiciones adversas la nuestra es la más recomendada.

 

Cambiamos de coche

Más tarde, turno del X-Trail, el verdadero coche de aventuras. Lleva la plataforma CMF-C de la alianza de la marca con Mitsubishi y Renault y es tan eficiente que permite incorporar una tercera fila de asientos para que el vehículo pueda llevar hasta 7 pasajeros. Desde el inicio, seguimos los mismos patrones que con el Ariya: primero con controles y en modo Snow –en el que las respuestas son más suaves para no resbalar en el terreno–, después sin controles y, por último, no me iba a ir sin probar el modo Sport.

 

 

Sin duda y a pesar de que el Ariya tiene una buena distribución de pesos (50/50), se nota la diferencia. El X-Trail al no ser eléctrico puro no se ve tan castigado con esos kilos extra y se muestra más dócil en el recorrido. Su sistema de doble motor eléctrico, el e-Power le otorga una potencia total de 213 CV (157 kW). Me lo estoy pasando muy bien y no he tenido ningún susto.

 

 

Si lo del lago helado era raro, ir a un campo de fresas (solo tiene producción en verano) lo es aún más. Allí nos han montado otro circuito y tenemos alguna que otra cuesta para probar el asistente de descenso de pendientes y el sistema de arranque en pendientes. Ambos funcionan correctamente, y todavía no hemos terminado la jornada.

 

 

El día está siendo movidito, pero aún nos queda una parte divertida por carretera abierta –aunque cualquier similitud con las carreteras que nos imaginamos son pura coincidencia–. Parece como si fuera un mundo paralelo, no hay más coches que los nuestros en convoy y tampoco personas, todo lo que hay es mucha nieve y pinos. Pues esta es la carretera. Me siento en un parque de atracciones, especialmente cuando atravieso algún rasante o algún desnivel que no se aprecia a la vista. El coche siempre demuestra la firmeza, la linealidad y la instantaneidad que le confiere el sistema e-Power y podríamos seguir haciendo kilómetros y kilómetros como si nada. Y es que en ocasiones de viajes, es igual de importante que el coche sea aventurero como familiar, y que por ende sea cómodo.

 

 

Es el tercer día aquí, y tengo que despedirme de este paisaje, estas carreteras y estos coches. Me voy con la sensación de control, seguridad y también eficiencia de estos dos modelos con el sistema e-4orce. Estoy segura de que pronto nos volveremos a encontrar, esta vez en territorio nacional, aunque eso sí, será sin nieve, ni hielo ni auroras boreales...

 

Sistema e-4ORCE

Hemos decidido reservar este apartado para explicar de una manera más técnica el funcionamiento de este sistema. e-4ORCE es el avanzado sistema de tracción total de dos motores de Nissan diseñado para sistemas de propulsión electrificados (como el X- Trail) y totalmente eléctricos (como el Ariya). Esta tecnología se basa en tres áreas principales: control del motor eléctrico, control 4WD y control del chasis.

El sistema e-4ORCE utiliza la energía de la batería para impulsar un sistema de doble motor que distribuye la potencia de manera uniforme a cada eje, proporcionando el par adecuado en cada situación, de manera que conseguimos un control individual de cada una de las cuatro ruedas. Con solo una leve corrección del volante y un ligero toque en el freno, es posible realinear el vehículo en la dirección correcta. De esta manera, el coche es potente y suave. Ya sea con propulsión puramente eléctrica o, en su defecto, en los e-POWER, en ambos casos, las ruedas son accionadas puramente por motores eléctricos alimentados por la batería.

 

 

Además, proporciona un control de chasis equilibrado continuo, trazado de línea y precisión de dirección para anticipar el comportamiento del conductor y compensar respuestas comunes como el subviraje, manteniendo la cabina nivelada para una experiencia más placentera dentro del vehículo. La clave es la distribución equilibrada de la potencia del sistema de motor doble, que se puede ajustar en 1/10000 de segundo, considerablemente más rápido que los sistemas tradicionales de tracción total mecánica.

 

 

Respecto a los ocupantes, el cabeceo se suprime controlando el equilibrio regenerativo entre los ejes delantero y trasero. Y, por último, el sistema de motor doble supone un mayor nivel de captura de energía regenerativa que con un sistema de motor único, optimizando la eficiencia del vehículo.

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