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Mini John Cooper Works: el modelo de la marca más potente hasta la fecha

Nos tenemos que remontar hasta los años 60 para entender realmente lo que significa el nombre de John Cooper Works que aparece tatuado en la piel de esta variante deportiva. ¿Qué es lo que reclaman estas inscripciones por toda la carrocería de este Mini? Son un distintivo que nos recuerda de dónde viene su pasión por la velocidad.

Mini ha logrado establecer uno de los estandarte del automóvil más reconocidos a nivel mundial, un pequeño utilitario que se ha hecho hueco en la historia del sector del automóvil y en la competición. Dando guerra desde sus comienzos.

Todo comenzó con el preparador John Cooper tras comprobar el gran potencial de estos utilitarios británicos para la competición. ¿El escenario donde empezó a forjarse su leyenda? El Rally de Montecarlo de 1960, en el cual demostró que no sólo estaba hecho para recorrer las carreteras.

La unidad que probamos esta vez se trata del Mini John Cooper Works, la versión más potente con la que la marca británica cuenta en sus filas. Un pequeño cohete de 231 CV que mantiene el espíritu competitivo de aquellos coches de rally, comprimidos en unas dimensiones reducidas. Dicen que las mejores fragancias vienen en frascos pequeños…

Diseño exterior

Empecemos por su aspecto, desenfadado y musculoso. A pesar de sus reducidas proporciones mantiene una estética agresiva y ancha gracias al pack aerodinámico. Monta además unas llantas de 17 pulgadas (18 opcionales) junto con un kit de frenos que ha sido desarrollado en colaboración con Brembo

Lo primero que podemos apreciar al echar un vistazo en 360 º al JCW es que lleva los distintivos por toda la carrocería que nos hacen recordar la unidad que tenemos delante. La parrilla delantera ha ganado mayor profundidad y agresividad con respecto a la versión «estándar».

Un interior picante

El JCW exuda deportividad una vez sentados dentro del pequeño utilitario. Los asientos han ganado en confort, no son tan agobiantes como en el anterior modelo;proporcionan una gran sujeción lateral sensacional.

Podemos ver detalles muy «racing» como banderas de carreras tanto en el velocímetro como en la consola central que proporcionan una atmósfera muy deportiva. Por el exterior quizás no te llame mucho la atención de primera vista, pero en el interior es donde realmente se hace patente el carácter que caracteriza a de John Cooper Works.

Sensaciones

Un pequeño misil tierra-tierra, sin duda. Los 231 CV se notan desde bien pronto, desde las 1850 vueltas el motor de 2,0 litros proporciona un empuje bastante contundente, 320 Nm en un rango de revoluciones muy bajo para tratarse de un motor de gasolina.Con una velocidad máxima de 246 km/h y un 0-100 km/h en 6,3 segundos, el JCW se posiciona como el Mini de producción más rápido jamás creado. El sonido que sale de su salida deportiva es sensacional; un motor que ruge y petardea al levantar el pie del acelerador, podría estar todo el día escuchando esa melodía…

Por el paso por curva, el John Cooper Works mantiene una estabilidad y aplomo realmente sorprendentes para las dimensiones del pequeño utilitario. Tienes que ser realmente agresivo con el volante para que logres sacar del «carril» a este pequeño cohete británico. También es verdad que tienes que saber comunicarte con él, ya que en curva puedes sufrir algún subviraje en un primer momento si no conoces la sensibilidad y el empuje del motor a bajar vueltas, aunque nada de lo que te debas de preocupar en una conducción dinámica.

Otro aspecto a destacar es la capacidad de frenada, es curioso el efecto óptico de la pinza de freno roja que parece «roza» las llantas. Parecen inagotables, los frenos del JCW- producidos en colaboración con Brembo- proporcionan una capacidad de frenada que te quita el aliento.

Las sensaciones que te proporciona un Mini son inigualables, esa sensación de llevar un «kart» con matricula es única y es lo que le ha hecho alcanzar el olimpo de su segmento. ¿Merece la pena pagar los 32.500 €? Si quieres un coche que te sirva para el día a día con unos consumos controlados a pesar de su potencia (6,7 l/100 km) y que te dibuje una sonrisa en tu rostro cada vez que hundes tu pie derecho en el acelerador, tienes mi bendición.

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