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Generaciones Countach: Countach LP400, el primero de producción

El primer Countach de producción, el Countach LP400 (LP400, longitudinale posteriore) se expuso en el Salón de Ginebra de 1973, y actualmente se puede contemplar en color verde en el museo de la marca.

Como nos contó de viva voz Lilly Bertone, esposa de Nuccio, Countach es una expresión del dialecto piamontés y su elección fue curiosa. “Un día Nuccio paró con el prototipo del Countach para hacerle unas fotos y al pasar un agricultor en bicicleta dijo: “¡Countach!”, que viene a ser algo así como “Madre mía, o “jooder”. Lilly añadió con desdén: “Los americanos lo llaman Countech o algo así…”.

Los primeros Countach comenzaron a entregarse a los clientes en 1974 y se conocen también como los “Periscopio”, un apodo debido a la curiosa abertura que tienen en el techo para permitir la visión a través del retrovisor.

Se dio la circunstancia de que Feruccio Lamborghini vendió la empresa a unos inversores suizos poco después de que se lanzara el LP400, en 1975. Muchos coinciden en que estos primeros Countach son los que tienen un diseño más puro, antes de que empezaran a colocarles faldones y alerones.

Estéticamente las principales diferencias con el prototipo están en las tomas de aire para refrigerar los radiadores y evitar el sobrecalentamiento, y en el estilo del paragolpes delantero o los grupos ópticos posteriores.

Countach LP400: un coche muy especial

En la carrocería se combinaba el aluminio con la fibra de vidrio. El interior tenía una instrumentación convencional, no como la fantasía del prototipo. En caso de que el conductor mida más de 1,80, le costará encontrar espacio para la cabeza.

Al volante es extenuante, pero muy especial. La visibilidad es mala (la trasera nula) pero la dirección es brillante y el sonido, épico. Es un coche muy mecánico donde escuchas todo.

Su 4.0 V12 de 375 CV con seis carburadores Weber de doble cuerpo sube hasta las 8.000 rpm, de modo que era rapidísimo para la época e incluso para los estándares actuales: aceleraba de 0 a 100 en 5,6 segundos y en teoría alcanzaba 280 km/h. Los pedales son muy duros, especialmente embrague y freno.

El interior no está bien ventilado (las ventanillas solo se abren parcialmente) y resulta caluroso. No es raro que en verano, si circulan por la ciudad, sus dueños se vean obligado a abrir las puertas para no acabar cocidos.

Con clima templado y en carretera abierta es cuando se disfruta, buscando siempre el rango óptimo de revoluciones. El cambio es de cinco velocidades y lleva un diferencial autoblocante de ZF. Es ágil y ligero (1.351 kg), con suspensiones de doble trapecio y con buen paso por curva, aunque hay que tener cuidado con el brusco sobreviraje si no haces las cosas bien.

El probador Bob Wallace reconocía, años después, que los neumáticos Michelin XWX sobre llantas de 15 pulgadas no eran idóneos.

Esto se solucionó en gran medida con los cambios en los neumáticos y la suspensión que recibió su sucesor, el 400S. Solo se fabricaron 157 unidades de la primera generación y al principio la producción fue muy lenta, con apenas un coche por semana.

Hoy los Countach LP400 “periscopio” son muy buscados, aunque solo sea para ponerlo en medio del salón como la obra de arte que es.

Countach LP400

Sus defectos de juventud no han sido un problema para que su cotización se haya disparado: en 2008 un LP400 se cotizaba en unos 80.000 euros. Hoy pueden superar el millón.

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