Bultaco: Vuelve la diversión
Como muchas grandes marcas, Bultaco fue ante todo la obra de un gran hombre, Francisco X. Bultó (1912-1998). En 1995 tuvimos el privilegio de visitarle en su finca junto a Álvaro Bultó, su noveno hijo. Don Paco contagió su pasión por el motor a su gran familia, y no era raro que en una prueba de motocross llegaran a reunirse varios tíos y sobrinos.
Desde muy joven también comenzó a competir, y después de la Guerra Civil convenció a su padre para que le cediera unos terrenos y un capital para fundar junto a un socio la firma Barella y Bultó, y producir segmentos. Más tarde, junto a su cuñado Pedro Permanyer fundó Montesa en 1945. Bultó se encargaba de la parte deportiva y de desarrollo, que es lo que le gustaba. La empresa fue creciendo hasta convertirse en un gigante, pero con la crisis del sector a finales de los años cincuenta Permanyer, accionista mayoritario, cerró el departamento de competición. Entonces Bultó decidió dejar la empresa y, poco después, en mayo de 1958, fundó la Compañía Española de Motores (CEMOTO), fabricante de Bultaco. La marca derivaba de su propio nombre (Bultó y Paco) y el logo de la mano cerrada con el pulgar en alto fue todo un acierto.
Su primer modelo fue la Tralla 101 de carretera, con motor de 125 cc y 12 CV. Triunfó apoyada en sus éxitos deportivos, y en 1960 llegaron una 155 cc, más turística, y dos modelos de campo: la Sherpa S 125 cc para cross y la Sherpa N para caminos. En 1963 vendieron en España más de 10.000 motos. Se van sucediendo con gran éxito modelos para todos los usos, como las Tralla 101, Metralla Mk2 y Streaker para el asfalto, Sherpa T para el Trial, Lobito, Matador SD y Frontera para el todoterreno o Sherpa S y Pursang para el motocross. En circuito también brillaron, y tanto Ángel Nieto (1976 y 1977) como Ricardo Tormo (1978 y 1981) fueron campeones del Mundo de 50 cc.
El problema es que Bultó era un apasionado, un gran técnico, pero no un buen gestor para una fábrica con casi 500 empleados. Nadie controlaba los costes de producción y se elegían suministradores por amistad, no por calidad o precio. En abril de 1980 presentaron suspensión de pagos y la historia de Bultaco acabó en 1982.
Ahora Bultaco renace renovada con nuevas tecnologías para una nueva generación, pero el reto sigue siendo el mismo: hacerles sentir vivos con nuevas experiencias. Los impulsores de la nueva Bultaco sienten un enorme respeto por la marca, tienen sus garajes llenos de motocicletas y no quieren hacer motos eléctricas, sino simplemente buenas motos. Estas podrán ser eléctricas, híbridas o quién sabe.