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802 razones de Mercedes-AMG

La nueva versión AMG del Clase S conserva el V8 biturbo pero ahora es enchufable, e incorpora un motor eléctrico en el eje trasero con el que la potencia total alcanza 802 CV. Capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,3 segundos, su autonomía eléctrica se limita a 33 km.

Los Clase S AMG son coches peculiares. Nuestro cerebro nos dice que son grandes y pesados, características que no encajan con la deportividad. Pero nuestro corazón grita: ¡cómo molan!, con esos poderosos motores de sonido bronco, ese estilo agresivo de llantas gigantes y colores oscuros, con cierto toque ‘gansteril’ o de productor de Hollywood. Además, no podemos olvidar que el primer AMG fue un antecesor de la Clase S, el legendario Mercedes 300 SEL 6.8 (W108) AMG “Rote Sau” (cerdo rojo) que terminó segundo en las 24 Horas de Spa de 1971. Los ex ingenieros de Mercedes Hans Werner Aufrecht y Erhard Melcher decidieron hacer competir un coche tan grande (aunque con 430 CV) frente a rivales compactos como el Ford Capri RS 2600 (el coche que condujo a la victoria el gran Álex Soler-Roig), el Alfa Romeo GTAm o el BMW 2800 CS. El caso es que la jugada les salió muy bien, y pronto comercializaron preparaciones AMG para los 300 SEL 6.3. Desde entonces hemos visto muchos Clase S super-motorizados por AMG, tanto cuando era un preparador independiente (se integró en Mercedes-Benz en 1999) como después. 

Generación 2023

Mercedes-AMG acaba de desvelar las características del nuevo S AMG, basado en el reciente Clase S tipo W223 presentado en 2021. Sustituyó al S 63 AMG de la generación W222 (2013-2021), que se comercializó desde 2014 con dos versiones AMG diferentes: S 63 (5.5 V8 biturbo, 585 CV) y S 65 (6.0 V12 biturbo, 630 CV). En 2017 hubo un restyling de la Clase S y aprovecharon para cambiar en el S 63 el motor 5.5 V8 biturbo por el 4.0 V8 biturbo (612 CV), mientras que el S 65 siguió sin cambios hasta que dejó de producirse en 2019.  

El primer S AMG electrificado lleva el mismo motor 4.0 V8 biturbo que la generación anterior, pero cuenta además con el aporte del propulsor eléctrico alojado en el eje trasero. 

El fabricante presume de que han utilizado tecnología transferida desde la Fórmula 1, especialmente en lo que respecta a su compacta batería de 13,1 kWh (como referencia para los no familiarizados con la electricidad, un eléctrico puro como el EQE 43 de 476 CV lleva un batería de 90 kWh de capacidad). La batería de 13,1 kWh alimenta al motor eléctrico que rinde hasta 190 CV. Es enchufable y está diseñado para un intercambio rápido de potencia, tanto de entrega como recarga. Los ingenieros germanos reconocen que su sistema híbrido se centra menos en lograr mucha autonomía eléctrica (apenas 33 km) y más en alcanzar las máximas prestaciones. La pegatina Cero Emisiones de la DGT se obtiene con una autonomía eléctrica de al menos 40 km (ciclo NEDC), de modo que este Mercedes tendrá la etiqueta ECO. Este puede ser un factor de compra importante para un usuario adinerado con una vida social previsiblemente intensa, que lo conduce dentro de las grandes ciudades. 

Más allá de la insufrible eco-burocracia, esta super-berlina es una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, capaz de ser el Mercedes más cómodo y silencioso, y también una bestia para volar por la autobahn. En este sentido es interesante señalar que, cuando circula despacio (hasta 20 km/h en Europa, 30 km/h en EE UU) en modo eléctrico, emite un “sonido AMG especialmente compuesto” que se transmite al exterior mediante altavoces. De esta forma cumple con la legislación enfocada a evitar atropellos. 

Al arrancar lo hace en modo eléctrico. El cuadro de instrumentos muestra el icono “Ready”, y al mismo tiempo, como “confirmación acústica”, se emite un sonido start-up potente y sonoro, típico de AMG. Como en cualquier híbrido o eléctrico, es posible elegir entre diferentes niveles de retención (cuatro) al levantar el pie del acelerador. Desde el que se siente como un coche normal, hasta el modo “un solo pedal”, ya que al levantar el pie el coche decelera mucho y casi siempre hace innecesario frenar.

El conductor puede seleccionar el modo de conducción que mejor se adapta a su estado de ánimo, y hay siete: Electric, Comfort, Battery Hold (mantiene constante el nivel de carga de la batería), Sport, Sport+, Smooth (calzada resbaladiza) e Individual. Como siempre, estos modos afectan a la respuesta de motor, el cambio, la dirección, la amortiguación, el control de estabilidad o el sonido. También influyen en la potencia del motor eléctrico, aunque cuando el piloto pisa a fondo y pasa un punto de presión perceptible (kick down), la potencia eléctrica siempre responderá al máximo, independientemente del modo de conducción seleccionado. 

Prestaciones estratosféricas

Será el momento de experimentar unas prestaciones estratosféricas gracias a una potencia total de 802 CV y, lo que es más llamativo, 1.430 Nm de par máximo. De esta última cifra, 900 Nm los proporciona el motor de explosión y el resto el eléctrico. Aunque aún no lo hemos conducido, no hay duda de que su dinamismo se verá muy potenciado por numerosas mejoras técnicas. 

El anterior S63 ya llevaba tracción total, aunque funcionaba de una forma diferente. La inmediatez de respuesta del motor eléctrico se combina con el diferencial autoblocante trasero para una motricidad inmediata y eficaz. Y en caso de deslizamiento del eje trasero, la fuerza motriz del V8 y del motor eléctrico se transfiere también a las ruedas delanteras mediante un eje cardán, de una forma totalmente variable en función de la situación de conducción y las preferencias del conductor. El cambio es un AMG Speedshift MCT de nueve marchas, como el que llevaba el modelo de 2017. Como grandes novedades técnicas enfocadas al comportamiento brillan la dirección en las ruedas traseras, las estabilizadoras activas (AMG Active Ride Control) que trabajan junto a la suspensión neumática, y los soportes activos del motor. 

El interior presume de un diseño y unos acabados espectaculares, y destaca la pantalla central estilo iPad con sistema multimedia MBUX. Los gráficos tienen una enorme calidad y en cada modo de conducción cambian los colores y la información. El estilo Supersport, específico de AMG, indica las temperaturas específicas, potencia, par, consumo, o ajustes de suspensión o transmisión. Todo este despliegue tecnológico tiene un precio, y si el anterior S63 4Matic+ costaba 195.400 euros, el nuevo previsiblemente superará los 200.000. 

A subasta 560 SL by Bespoke Restoration

 

RM Auctions acaba de subastar en Arizona este 560 SL tan especial (tipo R107) por 173.600 dólares. Este descapotable fue desmontado hasta el último tornillo y modificado entre enero de 2016 y diciembre de 2018. Ha sido construido por los especialistas de Bespoke Upholstery and Restoration, Inc. de Costa Mesa (California) e incorpora entre otras mejoras un cambio manual de seis velocidades y diferencial autoblocante. Conviene recordar que los 500 SL (1980-1989) y 560 SL (1985-1989) para el mercado americano, se vendían con un cambio automático de cuatro marchas. El descapotable que nos ocupa es un 560 SL fabricado en julio de 1988 (en 1989 se presentó su sucesor, el SL tipo R129). Salió de fábrica con el motor 5.6 V8, la carrocería color gris metalizado, el interior en cuero beige y muy equipado, y se entregó a su primer cliente en Nueva York. El actual dueño lo compró en 2015 con solo 34.000 km, siendo una base perfecta para su proyecto “restomod”. A primera vista vemos las llantas O.Z y el kit aerodinámico de la época. Los parachoques grandes y los faros dobles que llevaban los SL para el mercado americano han sido sustituidos por los del tipo europeo, ahora además de xenon. La suspensión emplea componentes Koni y H&R. También lleva frenos delanteros con pinzas de seis pistones y un escape artesanal de acero inoxidable. 

Pero lo más llamativo es el interior en cuero rojo, con asientos Recaro y un volante AMG original, como los relojes de la instrumentación en color blanco. Los paneles interiores de madera fueron sustituidos por otros de fibra de carbono, material que brilla tanto en la consola central como en las puertas. El equipo de sonido es un reproductor de CD McIntosh conectado a un potente amplificador y diez altavoces. Durante los años 80, en AMG prepararon coches como este a medida, según el requerimiento de los clientes, incluyendo cambios manuales. Recordamos un 560 SL (60 SL AMG, uno de tres fabricados) azul oscuro y automático “ex Michael Schumacher” de 1986, que salió a la venta en 2016

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