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Prueba Subaru BRZ 2017: cuando la diversión al volante se convierte en prioridad

Nos tenemos que remontar al año 2012 para toparnos con el deportivo que unió a las dos marcas, Subaru y Toyota, para desarrollar un deportivo como los de antes, un coche para los más puristas de la materia que solo buscan diversión al volante. Bajo el nombre de BRZ, para Subaru, y GT 86, para Toyota, este deportivo ha supuesto un punto de inflexión, ya que no es necesario ni tener un gran motor ni gastarse el sueldo de media vida para sentir la auténtica conducción deportiva.

Se describe a sí mismo como el deportivo asequible, ya que su coste tanto de compra como de mantenimiento no supone un «dolor de cabeza» para el bolsillo medio; además, tiene todas las características de un deportivo: coupé (2+2, con asientos traseros para niños), tracción trasera, una potencia considerable y altas dosis de deportividad.

Para algunos los 200 CV que brotan de su bloque motor bóxer de 2.0 litros son insuficientes; para mí, más que tener una potencia escasa creo que hay que conocer realmente el rango de par de este maravilloso motor. Para encontrar el par máximo de 205 Nm que puede alcanzar este tren de potencia, tenemos que elevar el rango de revoluciones por encima de las 6.000 rpm, un rango relativamente alto para un motor medio. Sin embargo, la configuración del motor bóxer es así y si conoces bien el motor puedes hacer maravillas, te lo aseguro.

El diseño exterior ha sufrido pequeños cambios con respecto a la versión anterior, unos faros LED para todas sus funciones incluidas las de antiniebla y las ópticas traseras. El parachoques delantero ha recibido una aberturas más deportivas junto con la branquias de las aletas delanteras. En la parte trasera encontramos un difusor rediseñado junto con unas llantas de 17 pulgadas nuevas. Otro componente que añade deportividad al BRZ es el nuevo alerón trasero de aluminio, el cual genera mayor carga aerodinámica que el de su predecesor (realizado en plástico).

Una vez dentro, vemos un acabado de mayor calidad. A pesar de mantener ciertos componentes, como la pantalla táctil de 6,2 pulgadas localizada en la consola central, vemos un nuevo volante multifunción más compacto y deportivo junto con el logotipo de BRZ bordado en los respaldos de ambos asientos deportivo (los cuales se amoldan a la perfección al cuerpo y proporcionan una sujeción lateral increíble, además de ofrecer una posición al volante de las mejores del mercado). Encontramos también un salpicadero tapizado en Alcantara junto con los pespuntes en rojo.

En el panel de instrumentación recibe una novedad, se mantiene el reloj central para las revoluciones y el izquierdo para la velocidad pero se añade una pantalla multifunción TFT de 4,2 pulgadas a color. En esta se puede alternar entre diferentes tipos de información como el ordenador a bordo, fuerzas G, curvas de potencia y par motor, medidor de la información de la temperatura del agua, aceite y voltaje junto con un cronómetro para medir el tiempo en vuelta.

Se incluye el Sistema Subaru Starlink para ampliar la conectividad con los smartphones. Dado que puede visualizarse muchas funciones de nuestro smartphone como el Google Maps, no equipa en este caso el GPS en su sistema de infoentretenimiento.

Pequeños cambios que mejoran las prestaciones

Presenta el mismo motor con 200 CV pero con algunas modificaciones en el cigüeñal, válvulas, así como el tratamiento de las camisas de los cilindros. Estos pequeños cambios hacen que la respuesta sea algo más enérgica y que aumente la durabilidad del bloque motor.

El chasis de esta nueva versión recibe cambios importantes, entre los que se encuentran un refuerzo en los anclajes de la suspensión, lo que hace que aumente la rigidez ante la torsión. La suspensión se torna ligeramente más dura aunque no supone perdida de confort alguno, ya que solo al buscar las cosquillas al deportivo es cuando se nota más.

En el ámbito de las ayudas de conducción es donde vemos un mayor nivel de prestaciones deportivas al contar en esta versión con hasta cuatro niveles de intervención del sistema de tracción en el modo «Track» (denominado en el modelo anterior «Sport«). Gracias a estos niveles puedes indagar en los límites del agarre de los neumáticos  215/45, los cuales ofrecen un perfecto equilibrio entre comodidad y prestaciones.

En el nivel más alto vemos que podemos cometer errores que el sistema nos reconducirá a la trazada ideal, con casi nulo sobreviraje. Según vamos bajando el nivel, el sistema de tracción nos deja más libertad a la hora de hacer cruzadas en las curvas, permitiéndonos deslizamientos pero sin llegar a ponernos en apuros. Tenemos la opción de desactivar por completo todos los sistemas de tracción; aún bajo estas condiciones, los sobrevirajes se pueden solventar con relativa facilidad gracias al gran balance de pesos del BRZ.

Sigue permaneciendo la misma precisión al volante, con una dirección deportiva y directa. No han sufrido cambios tampoco ni el cambio ni los frenos. Probamos la transmisión manual de 6 velocidades, la cual presenta recorridos cortos, y es la mejor opción si quieres sacar el máximo rendimiento al motor bóxer; en cambio, la caja automática gana en comodidad pero pierde en prestaciones. Ahí decides tú.

No tiene un 0-100 muy sorprendente (7,6 segundos), pero por un precio de 29.650 euros se presenta como una de las mejores opciones dentro del segmento de los deportivos asequible, en el cual compite directamente con el Nissan 370Z, Mazda MX-5, Ford Focus ST, Peugeot 208 GTI o el Renault Clio RS.

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