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Prueba Volkswagen T-Roc R, 300 CV para divertirse

En Volkswagen, aunque se centren ahora de lleno en la electrificación con la nueva familia ID, no olvidan su lado más pasional. Hasta ahora en la gama de modelos deportivos la R de Race solo se ligaba con el Golf, pero con la llegada de los SUV, esto ha cambiado. Hoy estamos en las fabulosas carreteras del sur de Francia, junto a Niza, probando el nuevo Volkswagen T-Roc R, su versión más deportiva y excitante.

Prueba Volkswagen T-Roc R

La filosofía aquí es copiar el éxito del Golf R, con más de 200.000 unidades producidas, ahora en la carrocería crossover del T-Roc, o esa es la idea de Jost Capito, jefe de Volkswagen R. De hecho toma prestado mucho del compacto deportivo. Lleva el mismo motor de 2.0 litros turbo de 4 cilindros y la plataforma MQB A. La potencia son los mismos 300 CV, con el DSG como único cambio y la tracción total 4Motion, pudiendo hacer el 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos y llegar hasta los 250 km/h.

La suspensión es una mezcla de Golf y T-Roc, con el subchasis delantero del GTI, una altura rebajada 20 mm y unos muelles un 20% más firmes, con llantas de 19 pulgadas en opción. Los amortiguadores pasivos son de serie, los del Dynamic Chasis Control quedan en opción, y los frenos son los del Pack Performance del Gold R. Incluso está el escape Akrapovic en opción, que reduce siete kilos y cuesta 4.000 euros.

Pero que no se ofenda Mr. Capito, esto no es un simple copia y pega del Golf R. Comparado con este el T-Roc R tiene una relación de cambio más corta, suspensión específica y un chasis puesto a punto para la ocasión, pero siempre con el toque R, y cuya electrónica alrededor está según el jefe de VW R para la seguridad más que para enmascarar cualquier carencia del chasis.

En cuanto a su estilo, tiene que lucir como un auténtico modelo R, así que al diseño joven y fresco del T-Roc se le ha añadido agresividad. Las luces LED bajas se han reubicado para hacer sitio al nuevo paragolpes frontal que mejora la refrigeración. Tampoco podía faltar un alerón bien generoso para mejorar la carga aerodinámica a alta velocidad, y si pedimos el escape Akrapovic llevaremos cuatro colas de salida al estilo ametralladora con perforaciones.

Dentro no hay cambios en cuanto a los materiales del salpicadero o las puertas, pero tenemos inserciones de color que le dan mucha vida. Los asientos R sujetan muy bien lateralmente, aunque la posición de conducción sigue siendo alta incluso en su posición más baja. Tenemos instrumentación digital y todo lo necesario en tecnología.

Si te han entrado dudas con el escape de Akrapovic, merece la pena su precio. Produce una nota profunda y decidida que desmiente el motor relativamente ordinario que lo produce. Hay algo de añadido sintético al sonido en el interior, y que solo se nota cuando cambiamos de modo. En Eco y Comfort está silenciado, solo siendo apreciable en modo Normal y se activa en Race. Estos modos como suele ser habitual, alteran el motor, la transmisión, dirección y si lo equipa, la amortiguación activa.

En Race, el escape es francamente travieso, grita a medida que las revoluciones se elevan como un coche de carreras y deliberadamente emite explosiones cuando soltamos gas después de acelerar. Tan regulares son los «ruidos emocionales» que unos pocos sonaron como disparos después de un fuerte cambio de marcha descendente. Risas aseguradas.

¿Y cuando no estamos asustando a los vecinos? Pues estamos hundiendo el pie. Es una máquina rápida malvada, gracias al formidable motor EA888. Es uno de los motores genuinamente más flexibles de los deportivos actuales, y el hecho de que un pequeño SUV pueda esprintar de 0 a 100 en menos de cinco segundos aturde tu mente.

Suena algo más áspero que el Golf, pero este T-Roc R no es menos potente, de hecho puedes jugar con su rango medio y el progreso de marcha siempre será excelente. Usar las levas del DSG del volante es también satisfactorio, no por las levas en si, sino porque la caja responde a las reducciones de forma rápida en cada gesto. Y cuando no estamos llevando el pie hasta el fondo, se puede comportar como tu crossover de diario, silencioso, confortable, suave y discreto.

Es un SUV si, pero no se comporta como un coche pesado yendo rápido. Vale, estás sentado más alto, pero esa es la única diferencia que hay. Sin duda el mejor trabajo del equipo de Capito ha sido el control de su carrocería. El T-Roc R va tan bien plantado que no notamos los cabeceos de la carrocería, ni tampoco se consigue este efecto de forma artificial para no aislarnos del coche.

Nuestro T-Roc R de pruebas llevaba el sistema de amortiguadores adaptativos, y son muy recomendables de equipar. Sin duda es una configuración impresionante con ellos montados. Por supuesto llantas más grandes y muelles más duros significan una marcha más firme que un T-Roc convencional, pero está lejos de ser incómodo. De hecho esos resaltos en ciudad más duros quedan compensados cuando salimos a disfrutarlo en carretera de curvas.

Todo esto suena a Golf R. Pero esto nos deja un buen aspecto: compartir tanto con un coche que ya es muy bueno hace que el T-Roc R se convierta en ese buen coche que cabría esperar. Te sientas más alto, tienes más maletero y más espacio interior, pero tienes las mismas buenas sensaciones al volante, potencia y sonido del compacto deportivo. Que es impresionante de conducir y no se siente como si fuera un SUV, pero de nuevo, podrías decir esto mismo de un Golf R.

Pero Volkswagen piensa que la apariencia de crossover atraerá a clientes nuevos, jóvenes y con más equilibrio de género al mundo R. Además, con la llegada del nuevo Golf Mk8, el T-Roc R hará de Golf R hasta que salga la versión de la nueva generación.

Vendrán más modelos R, como nos dijo Capito en la presentación, pero cuales serán es un misterio. Nos atrae la idea de que pueda ser un Up! R o un Polo R, pero Capito no está convencido, ya que los números no cuadran añadiendo un modelo R por debajo del Golf. Con la nueva familia de eléctricos iniciada, todos los rumores serán de un ID.3 R

Por 47.000 euros tenemos este T-Roc R que se pega con su primo el Audi SQ2, o el Cupra Ateca incluso. Este Volkswagen ha conseguido ser muy rápido, ágil de conducir y fácil de vivir con él. Transplante con éxito.

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