Prueba Opel Crossland 2020, para iniciarse en el mundo SUV
Prueba Opel Crossland 2020, para iniciarse en el mundo SUV
El modelo de acceso a la gama SUV de Opel se ha dado un lavado de cara, nunca mejor dicho con el nuevo Opel Vizor en su frontal, para seguir acaparando adeptos al segmento más de moda, el de los B-SUV. Un nuevo Opel Crossland que ahora pierde la X del modelo de 2017, pero no sus cualidades de versatilidad superior al Corsa del que deriva a precio relativamente económico para su tamaño.
Mismo tamaño, nuevos aires
Este nuevo Opel Crossland lo único que ha cambiado ha sido la X de su apellido, porque las medidas se mantienen en el B-SUV alemán. Son 4,22 metros de largo, 1,76 de ancho, 1,60 de alto y 2,6 metros de batalla. Si sabes que el Mokka está en la gama, es ligeramente diferente, sobre todo en diseño, pero es más bajo y un poco más corto, algo más estilizado.
Lo que si ha cambiado especialmente es el morro. El Opel Vizor que vimos en el Mokka llega al Crossland, aquí perfectamente integrado con las nuevas luces LED, algo más altas que en el otro SUV del segmento B.
Recibe también el acabado GS Line, que nos pone los acentos rojos en el exterior sobre la línea del techo, las llantas bitono y el techo también bicolor. A bordo también hay detalles rojos en 360 grados a nuestro alrededor, incluyendo el tapizado.
Hablando del interior, hay una nueva tapicería en Alcántara, llevamos asientos AGR de serie en el conductor, y se mantiene la banqueta trasera extensible en 15 cm, de serie en el acabado Business y Ultimate. Con ella el maletero puede pasar de 410 a 520 litros.
También hay mejoras de conectividad, con pantalla de hasta 8″ y navegador 3D, que no se pierde en los túneles de la M-30 como si muchos otros, Apple CarPlay, Android Auto y Opel Connect, así como cargador inalámbrico y dos puertos USB.
Más firme al volante
Según Opel el Crossland 2020 no es solo una cara bonita nueva, también recibe retoques en su chasis. A nivel de suspensión se ha señalado que se ha ajustado para que haya menos rebote y más capacidad de compresión. ¿Ha afectado esto a su comportamiento? Lo cierto es que se mantiene como un B-SUV de enfoque equilibrado y no es ni muy duro ni muy blanco en ciudad, especialmente en resaltos por los que se puede pasar algo más rápido de lo normal sin que nos perturbe a bordo.
En carretera ya es otra historia. Se apoya bien en el paso por curva pero no parece destacar por ser deportivo, tampoco lo pretende. Si que es cierto que es muy ágil y agradecido para maniobras rápidas o giros cerrados, ya que la dirección es tan liviana que podremos cambiar de dirección con mucha facilidad.
En autopista a alta velocidad su tamaño compacto saldrá a tomar protagonismo, pero es bastante confortable dentro de sus capacidades y la posición de conducción alta es cómoda y bastante ergonómica.
La gama de motores es ya conocida para el Opel Crossland nuevo, un 1.2 gasolina y un 1.5 diésel. Aquí no hay electrificación, eso se deja al Mokka e o el Grandland Hybrid. En el caso del gasolina son 110 o 130 CV, manual o manual y automático, siempre seis velocidades. El primero fue el que cayó en nuestras manos, una potencia justa para mover al B-SUV alemán, más útil para ciudad que para movernos con alegría por carreteras secundarias, pero que no nos dejará con consumos muy altos.
En diésel hay potencias de 110 y 120 CV, manual y automático respectivamente. A colación de la caja manual, el tacto es bueno, muy cómodo ya que las marchas entran con mucha facilidad, sin embargo la palanca de cambios parece estar algo inclinada hacia delante y la primera sensación era de que la primera o la tercera se había quedado metida, por lo que necesitamos un poco de tiempo para acostumbrarnos a ella, pero son los primeros minutos iniciales.
Un Opel Crossland desde 18.300 euros
Ya están los pedidos abiertos y este B-SUV fabricado en Figueruelas, Zaragoza, tiene un precio de partida de 20.650 euros para el 1.2 Turbo gasolina de 110 CV manual. Pero con el plan Renove y descuento de la marca puede bajar hasta a 18.300 euros.
