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Prueba McLaren 720S Spider, un biplaza glorioso con doble personalidad

El sensacional McLaren 720S Spider ya está a la venta en España desde 332.000 euros. Con su techo duro eléctrico y su motor V8 biturbo es capaz de hacerte sentir más vivo de lo que nunca has estado.

Este deportivo conquista solo con mirarlo, pero sus cifras también son apabullantes: su motor 4.0 V8 biturbo rinde 720 CV suficientes pasar de 0 a 200 km/h en 7,9 segundos, un segundo menos que un P1 o un Senna.

Los lectores de Car ya sabrán que el McLaren Senna es el coche definitivo para circuito, pero el 720S Spider que ahora tenemos entre manos es mucho más disfrutable en el mundo real. Y es que el 720S no solo es bello y rapidísimo, sino que puede ser realmente cómodo en cuanto a suspensión. También es fácil convivir con él en el uso diario gracias sobre todo a la buena visibilidad, algo que solía ser un punto crítico de los supercoches del pasado.

Este Spider es más bien lo que entendemos por un targa, porque se oculta solo la parte central del techo. No obstante todos los supercars similares adoptan esta configuración. 

El 720S con carrocería cupé se presentó en abril de 2017, y la novedad en la gama es su nuevo techo duro replegable de fibra de carbono. Se trata de un desarrollo completamente diferente respecto al que llevaba su antecesor, el 650S Spider. El techo se activa mediante un mecanismo eléctrico (no electrohidráulico como suele ser habitual) y se retira y se pliega en solo 11 segundos. Su antecesor, el 650S Spyder, tardaba seis segundos más.

Este color plateado es el Supernova Silver, un color heritage que ya se usó en el 12C.

Además se puede activar a un máximo de 50 km/h y opcionalmente es posible montar el cristal electrocrómico, que mediante un botón pasa de ser transparente a tintado. Otro detalle interesante que ya habíamos visto en otros biplazas de este tipo es que la luneta trasera se puede bajar y subir independientemente del techo, para ventilar o simplemente escuchar mejor el motor. Su mecánica por supuesto suena muy bien, pero quizá no emociona al mismo nivel que el resto del coche. Ya se sabe, el precio de la turboalimentación.


La luna del techo electrocrómico puede cambiar de trasparente a tintada, simplemente pulsando un botón.

Rigidez excepcional

Una de las mejores cosas que se pueden decir de este Spider es que, a pesar de ser descapotable, no ha necesitado refuerzos estructurales gracias a su gran rigidez. Si el 720S Coupé usa la estructura central de fibra de carbono (con subchasis de aluminio delantero y trasero) llamada Monocage II, para el Spider emplean la Monocage II-S. A primera vista son diferentes porque la del Spider no va unida por la parte superior, entre montantes del parabrisas y los pilares traseros. Además la Monocage II-S lleva dos piezas de carbono adicionales por detrás de las cabezas de los ocupantes. El 720S Spider pesa 1.332 kg. en seco, que son solo 49 más que la versión Coupé. Esto le convierte en el más ligero de su clase.

El McLaren 720S Spider en color Aztec Gold, rodando por una carretera de Arizona.

Respecto a la mecánica no hay cambios respecto a la versión Coupé, y emplea el mismo 4.0 V8 biturbo de 720 CV y 770 Nm. de par máximo. Conviene recordar que este motor rinde casi tanta potencia como el 3.8 V8 biturbo del P1 híbrido de serie limitada, que alcanzaba 737 CV.

La instrumentación es digital y está muy enfocada a la conducción. El volante no lleva botones, la radio y el teléfono se manejan en otros mandos.

Una vez al volante la primera sensación es de facilidad, tanto por la óptima posición de conducción (aunque los botones del asiento eléctrico son un engorro) como por la suavidad en la respuesta del motor y el cambio. Como en los otros McLaren, en la consola central hay dos mandos giratorios, uno H (Handling) para el chasis y otro P (Power) para el motor y cambio (de doble embrague y siete marchas).

Cada uno ofrece tres modos de conducción: Comfort, Sport y Track. Otra cosa que valoras al instante es la dirección hidráulica sin asistencia eléctrica. Su tacto es sensacional y en los giros ves los pasos del rueda frente a ti, como si fueras en un monoplaza.

Respecto a la forma de correr del McLaren 720 S Spider, hay muy pocos deportivos que puedan rivalizar con él. Acelera de 0 a 100 km/h solo 0,5 segundos más lento que un Bugatti Chiron de 1.500 CV. Si has probado turbos con muy mala leche como un 911 Turbo o un Nissan GT-R, el McLaren está claramente por encima. Su rival directo es el Ferrari 488 Spider, también con motor V8 biturbo pero 50 CV menos (670). Para alcanzar 720 CV hay que mirar al 488 Pista Spider.

Hay infinidad de opciones para el interior y el exterior, con la fibra de carbono como principal protagonista.

Si encuentras un lugar donde poder acelerar a fondo (es capaz de ponerse a 200 km/h desde parado en 7,9 segundos) no solo te pegas al asiento, sino que los pómulos se te contraen, como en las montañas rusas.

Motor todopoderoso

La velocidad máxima sin techo esta limitada a 325 km/h… Respecto al posible retraso en la respuesta al acelerador de los motores turbo, apenas lo puedes percibir si ruedas en modo Confort. En otro modo o un poco alto de vueltas, la respuesta es siempre instantánea y poderosa. Además nos gusta que el par máximo llegue más bien tarde para ser un motor sobrealimentado, a 5.500 rpm. (en el 488 se alcanza a 6.700), de modo puedes alargar las marchas más allá de las 8.000 rpm. (potencia máxima a 7.500 rpm.) para disfrutar al máximo de la mecánica. En este conjunto de factores que colaboran para lograr una experiencia de conducción fascinante, el chasis tiene un papel fundamental.

Como en los Ferrari, los frenos carbonocerámicos son de serie.

La cualidad que distingue al 720S de cualquier rival es su suspensión neumática, donde cada rueda está interconectada con las demás y prescinde de barras estabilizadoras. El McLaren MP4-12C de 2011 sorprendió por el uso de esa tecnología, que ofrecía una comodidad sin competencia en el segmento, y el 720S emplea una evolución de este sistema activo al que llaman Proactive Chasis Control II. Ahora lleva un software mejor, más sensores y acelerómetros en cada rueda, para lograr el máximo control de la carrocería y la mejor adherencia. Esto se traduce en una sensación de mayor conexión con la carretera y en mejores tiempos por vuelta en circuito.

Para que los propietarios que quieran quemar rueda en circuito sin necesidad de ser Carlos Sainz Jr., en McLaren han desarrollado el Variable Drift Control (control de derrapaje variable). Para activarlo en la pantalla, el conductor puede deslizar el dedo de un lado a otro de una barra para elegir el nivel de asistencia que desea, para permitir mayor o menor deslizamiento. Los frenos carbonocerámicos son de serie y el sistema de telemetría para circuito, opcional.

Mejor el Spider

En definitiva, posiblemente estamos ante el supercoche más polivalente del mercado mundial, capaz de ser asombrosamente rápido pero también muy cómodo para viajar, y con la posibilidad de retirar el techo. Es evidente que descapotables como este no tienen contraindicaciones y por eso sus ventas aumentan cada año. La rigidez no es un problema y además, si las carreteras están infestadas de radares, al menos disfrutas del aire fresco. Ahora solo te faltan los 332.500 euros, más las opciones. McLaren Barcelona es el importador exclusivo para España.

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