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Prueba Mazda 2 2020, para la ciudad ¿y algo más?

¿Qué necesita un coche para ser ideal en ciudad? Los más modernos dirían ¡eléctrico! Pero esto nos limitaría su salida de las junglas de asfalto y cristal. Entonces ¿un híbrido? A priori es la mejor solución. Para Mazda también, pero no como muchos podrían pensar, algo más sencillo, algo más ¿temporal? El nuevo Mazda 2 2020 tiene poco de nuevo y mucho de resolutivo, pero al menos sigue siendo un buen aliado en ciudad.

¿Por qué?

Porque sigue siendo pequeño y ágil. Sus 4.07 metros de largo se mueven como pez en el agua entre el tráfico, ayudado por una dirección con buena desmultiplicación y rapidez.

No hay cambios en su tamaño, tampoco muchos en diseño más allá de unas luces LED de serie nuevas, con función adaptativa en opción, llantas nuevas de 16 pulgadas y el atractivamente sencillo diseño KODO de Mazda, sutil, con una personalidad bien diferente a sus rivales europeos. Y por una vez, no es rojo, nos gusta.

Porque lleva etiqueta ECO

¿Cómo? Si, Mazda recurre a la hibridación suave, o mild-hybrid, o el truco de poner un pequeño motor eléctrico y una pequeña batería para convertirse en una mano que empuja al ciclista que es su motor gasolina.

Y no le viene mal dado que el motor 1.5 gasolina de tecnología Skyactiv-G es atmosférico, como suele ser habitual en la gama de Mazda. El Mazda 2 2020 no es una excepción, y sus 90 CV se ven provistos de esta bebida isotónica para afrontar mejor las escapadas y los repechos.

Con ella, por ahora, obtiene la preciada etiqueta ECO con la que acceder a cualquier rincón de la ciudad en cualquier escenario de normativa anticontaminación, así como un coste menor por aparcar en zonas de estacionamiento regulado, hasta un 50% menos.

También obtiene una mejora en términos de eficiencia, o eso se presupone. Hace mucho que probamos un Mazda 2, mismo motor, pero sin este «doping» eléctrico. Los consumos son similares, 5,3 litros, justo lo que homologa la marca. ¿Funciona el sistema? En una semana y 400 km de pruebas es difícil saberlo, a la larga es más rentable.

¿Y fuera de la ciudad como se comporta el Mazda 2 2020?

Junto al motor gasolina llevamos de serie un cambio manual de seis velocidades, en opción queda el automático que no puede llevar el sistema Mild-Hybrid. Tiene el tacto Mazda, de recorridos cortos y agradables, de los que no te importa usar una y otra vez.

El motor empuja lo suficiente para que el Mazda 2 se mueva con soltura en autopista, de hecho, no es muy difícil alcanzar los 120 km/h. Sin embargo no es tan fácil mantenerlos, no por el motor, sino por las dudas de que velocidad usar. A priori podríamos pensar que la sexta velocidad está ahí para cuando vamos de ciudad a ciudad por autopista, sin embargo en lugar de en nuestro aliado se torna nuestro enemigo cuando viene alguna cuesta, necesitamos reducir antes de la cuesta o el pie a tabla no supondrá ninguna diferencia.

Además, su sistema de recomendación de marcha es confuso. Nuestra recomendación es seguir nuestro instinto, rango de revoluciones, velocidad e inclinación de la carretera. Nuestros consumos no han variado entre hacer caso al indicador digital del cockpit o a nuestro tobillo y muñeca.

Cómodo y sujeto

A veces en coches urbanos cuesta encontrar un equilibrio para su suspensión. El Mazda 2 2020 no tiene ese problema si sabemos controlar nuestra velocidad. Es decir, no pretendamos ser los «poleman» del barrio, los resaltos a 30 o 40 km/h se pasan bien, sin sobresaltos, y en carretera se apoya con firmeza, con un tacto dinámico agradable, de los que agradece quienes disfrutan al volante, un enfoque muy Mazda. Nos gusta.

Interior impropio de su segmento

A bordo del Mazda 2 2020 nos encontramos una atmósfera de gran calidad, un interior muy bueno, más de lo que uno podría esperar de un segmento B. En general todo tiene buen acabado, buena apariencia e incluso un diseño agradable, que nos invita a pasar mucho tiempo a bordo.

Me llama especialmente la atención sus asientos, en esta unidad en cuero claro y combinado con partes en tela, como sus espalderas que imitan el tejido de un vaquero pero con color gris. Son cómodos y recogen bien para los movimientos que un conductor medio de un coche urbano va a experimentar.

En el apartado tecnológico Mazda sigue usando su sistema de pantalla táctil más un mando físico en el túnel central. Esta solución es eficaz para evitar distraernos más de lo debido al volante, pues podemos navegar por el sistema multimedia rápidamente con la ruleta, o bien manipular nuestro copiloto con la pantalla táctil de 7″.

Además tenemos compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, por lo que quien quiera se puede ahorrar el navegador. Lo que no nos ahorraríamos es la cámara de 360º del Mazda 2 2020, trementamente útil para aparcar en los más recónditos parkings de la ciudad o en los más estrechos huecos de la calle.

Mazda 2 2020, veredicto

Sabiendo ya lo poco que ha cambiado este Mazda 2 ¿merece la pena? Mientras podamos hacernos con él con etiqueta ECO si, representa todo lo bueno del anterior ahora con ciertas mejoras de equipamiento, los mismo consumos, quizás menos a la larga, y la misma buena dinámica para ciudad y para salir de ella.

El Mazda 2 2020 parte desde 19.000 euros, pero si queremos llevarnos una unidad bien equipada como la nuestra con gadgets como Head Up Display, Ret­ro­vis­ores ex­teri­ores ca­le­facta­dos, ajust­ables eléc­trica­mente y del co­l­or de la car­ro­cería, Sistema de con­trol de luces de largo al­cance (HBC), Acceso inteligente sin llave o Mon­it­or de vis­ión 360º, debemos acudir a la versión Zenith de 20.675 euros.

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