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Prueba Maserati Ghibli Trofeo, gloria al V8

No somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo perdemos, o eso suele pasar normalmente cuando probamos algún clásico o coche con mucho motor que ahora goza de versiones con menos cilindrada y más ayuda en la sobrealimentación. Por eso nos alegra poder probar un coche como este, el Maserati Ghibli Trofeo, una berlina italiana de tracción trasera con un poderoso V8 en su parte delantera. ¿Suena a que pronto lo echaremos de menos no? Pues aprovechemos.

Un motor que pronto dejaremos de oir

Hace más de un año que Maserati anunció que Ferrari iba a cesar el suministro de motores a partir de 2021, tanto V6 como V8, algo que la marca solventará con el nuevo V6 del MC20. Eso incluye el fabuloso 3.8 biturbo de nuestro Ghibli Trofeo, así que es una última oportunidad de tener un motor «Ferrari» en nuestro Maserati.

Maserati Ghibli Trofeo motor v8

Aquí rinde unos sensacionales 580 CV y 730 Nm de par, que empujan con indulgencia a esta berlina italiana de casi 2 toneladas. Podrían haber puesto el sistema Q4 de tracción total para hacerla más rápida en el 0 a 100 pero habría añadido más peso, así que podemos disfrutar de una conducción más emocionante y agresiva con todo el par llegando al eje trasero.

Son 4,3 segundos lo que necesita para ponerte a 100 km/h desde parado y el bello de punta con su sonido poderoso y ronco, aunque no muy estridente ni alto, ya que vamos muy bien aislados en el interior. Es más, si queremos que cante como Pavarotti en vez de como Tiziano Ferro debemos seleccionar los modos deportivos para que el escape abras sus cuerdas vocales y el V8 se apodere de nuestros oídos.

Maserati Ghibli Trofeo

Se siente verdaderamente rápido, y tanto par empujando desde muy abajo nos saca rápidamente de cualquier tipo de curva, aunque los 580 CV llegan por encima de 6.250 rpm, por lo que podemos jugar a ser agresivos con el cambio de marchas de 8 velocidades automático para estirarlo hasta la zona roja.

Un cambio más caballeroso y tifossi, pero que viene ligado a unas levas grandes metálicas fijas en la columna de dirección que nos conectan muy bien al coche gracias a un tacto casi de carreras.

Maserati Ghibli Trofeo instrumentación

Corsa solo para las berlinas Trofeo

El Maserati Ghibli no es el único en la familia Trofeo, hace más de un año llegó el Levante y ahora se le ha unido la berlina media y la grande, el Quattroporte. Sin embargo las dos elegantes berlinas son las que reciben un tratamiento diferente.

Al modo Normal y Sport se suma el Corsa en el selector del túnel central. Con él la suspensión, de doble brazo delante y multibrazo detrás, se ajusta a un tarado más duro que ni siquiera llega a ser incómodo si el asfalto está roto. De hecho, engulle los resaltos y las irregularidades con la misma facilidad que un italiano enrolla los espaguetis en la cuchara antes de comerlos.

Maserati Ghibli Trofeo a prueba

Pero basta de tópicos porque si algo hace bien esta berlina es llevarnos muy rápido por donde sea. El modo Sport ya pone en alerta al motor y hace que el cambio deje de pensar en el consumo y lo haga más en la respuesta del acelerador, bajando varias marchas y estirándolas más por si solo si nuestro pie no deja de ahogar el acelerador.

Maserati Ghibli Trofeo condudcción

Si esto ocurre en medio de una curva, el diferencial de deslizamiento limitado del eje trasero entra en escena para ejecutar cualquier pérdida de tracción, dándonos el poder de redondear la curva con suaves golpes de gas.

Sin embargo y aunque el V8 nos espete lo contrario, la deportividad no es el fuerte de esta berlina. El Maserati Ghibli Trofeo tiene un apellido que puede incitar a meterlo a un circuito, pero sus 4,9 metros de largo nos envuelven en ese cuero Pieno Fiore para viajar rápido por carreteras de largas curvas y de pocas horquillas, como si quisiera acompañarnos echando la mano al hombro en lugar de empujarnos con las dos manos por detrás al fondo de un dique esperando que sepamos nadar, o no.

Maserati Ghibli Trofeo prueba

Esto solo ocurrirá si quitamos los controles en modo Corsa y disparamos el V8 sin compasión antes de que pongamos el volante recto en la salida de la curva. De lo contrario, tenemos un coche rápido y cómodo que solo intimidará al coche de delante con su gran parrilla y su tridente.

Traje deportivo ¿con zapatos o zapatillas casual?

Lo cierto es que en el verde o rojo de la presentación de la gama Trofeo este Ghibli habría lucido aún más deportivo, pero esta unidad ha sido pintada en un gris mate oscuro que la hace amenazadoramente discreta. Eso si, llevamos carbono por todas partes, siendo de serie la que cubre las tomas de aire del morro y el difusor trasero.

Pero también llevamos acentos rojos, como los de las branquias de las aletas delanteras, o en el logo sobre el pilar C. Además se ha añadido un pilar B cubierto en carbono, un lip del mismo material en el capó trasero y el capó del motor lleva dos tomas de aire para ayudar a respirar mejor al V8.

Maserati Ghibli Trofeo interior

Por dentro además del cuero especial, rojo como el carmín en esta unidad y de un tacto exquisito, Maserati ha aprovechado para incluir en la gama Trofeo su nuevo sistema Multimedia de 8 o 10″, nuestro caso, que aporta un plus de facilidad de uso y tecnología.

La calidad de su cabina es alta, aunque hay detalles ocultos que podrían ser mejores, pero en definitiva se respira una atmósfera elegante y refinada, el tridente en el volante y en el reposacabezas junto a la designación del modelo nos recuerdan al subir que esto no es una berlina cualquiera.

De habitabilidad va sobrado, con 500 litros de maletero y unas plazas traseras que acomodan sin problema a los pasajeros, mejor de espacio para rodillas que para la cabeza si fueran altos.

Maserati Ghibli Trofeo, veredicto

Las últimas oportunidades conviene aprovecharlas. Nuestro idílico paseo y disfrute de este V8 ha sido merecedor de darle un último !hurra! El Maserati Ghibli Trofeo es un canto de cisne a estas berlinas grandes y potentes que no renunciaban a una buena dosis de par motor en cualquier momento y un eje trasero como única fuente de canalización del poder al asfalto.

Maserati Ghibli Trofeo trasera

De hecho, la mayoría de sus posibles rivales, especialmente los alemanes, son de tracción total y se mueven en unos precios similares. Nuestro protagonista cuesta 158.100 euros, y también es mucho más refinado que la mayoría de sus competidores. Porque sí, este Ghibli es el más deportivo que haya habido nunca, pero no se ha olvidado de ser gentil cuando vamos en octava marcha surcando la autopista, o de tratar con cuidado a sus ocupantes cuando aparece un resalto en ciudad.

Aquí el V8 significa el pasado y Maserati ya mira hacia una nueva era, ya está en ella de hecho con el Ghibli Hybrid, así que si eres un enamorado de la vieja escuela no dejes pasar esta oportunidad. Cuando queramos darnos cuenta estaremos pensando en aquellas berlinas italianas con un V8 que tanto nos gustaban como sonaban.

Fotos: Guillermo Bernabé

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