Prueba Land Rover Defender V8: jugando al comodín

Es bueno saber que, frente a la electrificación, la escasez de chips que afecta a la producción y los grandes planes para que la marca vuelva a ser rentable, Land Rover sigue teniendo sentido del humor. No tenía que construir un nuevo Defender V8, pero aquí está, con 520 CV sobrealimentados.

La nueva variante es un dulce tope de gama para la enorme lista de variantes del Defender.

Háblame de los detalles del Defender V8

Bien, el V8 de 5.0 litros sobrealimentado bajo el capó tiene una fracción menos de par que la variante P400e, desarrollando 672 Nm junto con los mencionados 520 CV. Aun así, tanto empuje permite que este Defender sea capaz de realizar un sprint de 0 a 100 en 5,2 segundos para el 90 y 5,4 segundos para el 110. No es lento.

Tampoco se trata sólo de la potencia. El chasis y la suspensión neumática se benefician de una puesta a punto a medida, que incluye el perfeccionamiento de la amortiguación y los índices de muelle, y el diferencial electrónico activo del eje trasero se ha actualizado para incluir un controlador de guiñada que adapta mejor el agarre en las curvas difíciles, o lo que es lo mismo, permite derrapes controlados en el campo.

Las barras estabilizadoras más grandes también son de serie, así como los frenos de 20 pulgadas más grandes. Desde el punto de vista electrónico, el V8 introduce un modo dinámico en el sistema Terrain Response 2 del Defender, que ya está lleno de configuraciones.

El Defender V8 sólo se puede especificar en blanco, gris satinado o negro y todos vienen con llantas de 22 pulgadas de serie. Puedes bajarlas a 20 pulgadas si quieres, pero Land Rover dice que la velocidad máxima baja de 240 km/h a 190 km/h si marcas esa casilla en particular. Aparte de eso, no hay mucho que diferencie visualmente al V8: algún distintivo en el borde inferior de las puertas, pinzas de freno azules y un escape de cuatro tubos.

En el interior, los V8 se benefician de Alcantara en el volante y de un acolchado adicional en el marco de remaches de la consola central. Ah, y todo es negro. También puedes especificar una pantalla Pivi Pro más grande (vista por primera vez en el renovado Discovery, el Jaguar F-Pace y el E-Pace) que sobresale de la disposición horizontal del salpicadero del Defender.

Vamos entonces, ¿qué se siente en la carretera?

Incluso el simple hecho de poner en marcha el V8 es suficiente para provocar una sonrisa irónica. Pero no se trata de un producto SVR, no hay un estruendo de truenos como en el Range Rover Sport SVR, sino que simplemente se oye el motor rugir brevemente antes de calmarse.

Y ese es un tema que continúa durante la conducción. Es extraordinariamente reservado para lo que solemos esperar de un V8 sobrealimentado de JLR, y sólo deja escapar un «ejem» de guadaña en las ciudades.

¿Por qué? Porque Land Rover ha tenido que ahogar el motor de la mejor manera posible para mantener las últimas normas de emisiones, permitiendo que el motor siga en servicio hasta 2027.

Los filtros de partículas de la gasolina amortiguan el ruido, por lo que Land Rover ha añadido una suave réplica digital del ruido en el habitáculo y, para compensar, ha ideado formas engañosas de amplificar el zumbido del sobrealimentador.

Ese diminuto escape también está diseñado para no afectar a la destreza innata del Defender fuera de la carretera comprometiendo el ángulo de salida.

Pero nada de esto es una queja. Sigues sabiendo que es un V8, con un gruñido tan satisfactorio a medida que aumentan las revoluciones junto con una aceleración lineal y sorprendente.

Es desconcertante que algo que pesa más de 2,6 toneladas pueda acelerar con tanta fuerza, lo suficiente como para que esa sonrisa irónica se convierta en una sonrisa tonta mientras te precipitas hacia el horizonte.

La dirección es tremendamente precisa -de nuevo, para un SUV tan pesado- y tiene un gran peso; suficiente para hacer frente a un Cayenne Turbo. El agarre, naturalmente, es infalible en la carretera, incluso si los ingenieros de Land Rover han inyectado un poco de sesgo trasero cuando estás en el nuevo modo Dynamic.

Aunque el Defender no dispone de un control activo de la carrocería de 48v como el de muchos rivales del Grupo VW, el balanceo de la carrocería a una velocidad significativa se ve impresionantemente sofocado. También es reconfortante saber que esos frenos más grandes hacen su magia; el pedal tiene algo de peso.

Si se levanta la ceja ante la adición de tantas advertencias «para un SUV», lo entendemos. Pero si lo comparamos con el Mercedes-AMG G63 y el Audi SQ7/8, el Defender V8 está a otro nivel.

¿Y fuera de él?

Estuvimos un tiempo en el centro de Land Rover en Eastnor, molestando a los campistas y a la fauna local mientras recorremos los campos ondulados, los arroyos y las empinadas pendientes que salpican el paisaje local.

Naturalmente, el V8 no se sintió en desventaja con respecto a cualquier otro Defender cuando se enfrentó a pruebas como subir laderas empinadas y cubiertas de hierba, vadear arroyos profundos y saltar por caminos llenos de baches.

También pudimos experimentar el off-road a velocidad, al estilo de los rallyes, en un V8 90. Con el modo Dynamic activado y acelerando a fondo en las curvas, el V8 tampoco se inmutó.

Aquí es donde más se siente el trabajo de los diferenciales, y el volante zumba con la información que se transmite a cada rueda. Hay momentos en los que el modo Dynamic permite un toque de sobreviraje, pero es tan satisfactoriamente controlable.

Land Rover Defender V8: veredicto

Su fórmula clásica de V8 y puesta a punto deportiva sorprende muy por encima de lo que podríamos esperar de un todoterreno de más de 2 toneladas y un planteamiento muy off road.

Cada vez quedan menos modelos tan puristas, y este, aun con todas las restricciones y limitaciones actuales, mantiene su espíritu sacando una sonrisa a caulquiera que coja su volante.