Prueba Ford Focus RS 2016: Ford bendiga América

No sabemos con exactitud a que se dedican los sábados la gente en Wisconsin, si a disparar a drones con su Winchester, domar caballos, hacer carreras de demolición o simplemente sentarse en el porche a ver pasar el día con una lata de cerveza en la mano. Sí sabemos que harían si tuvieran aparcado en su garaje el nuevo Ford Focus RS 2016: disfrutar de la libertad. Amigos, el país de las barras y las estrellas tendrá gente como Donald Trump y el Pato Donald, tendrá armas nucleares y crema de cacahuete, pero tiene la magia de ser considerada la tierra de los sueños y la libertad, y amigos, solo podemos dar gracias a un país del que sale un coche con modo Drift.

¿Me estás hablando a mí?

Como el señor de Niro en Taxi Driver, el Ford Focus RS 2016 parece retarte con la mirada, como si por el simple hecho de que tus ojos coincidan con los suyos pidieras problemas. Y este coche te los puede dar. Es imponente en parado y no digamos en movimiento. No esconde sus pistolas en las mangas de la guerrera como el loco de Robert, sino que las muestra por su parte trasera con esa salida de escape doble situada en el difusor negro. Incluso pueden disparar en modo Sport, así que cuidado. (Vídeoprueba Ford Focus RS y Focus ST) 

No hay color que mejor le siente que este «Azul Nitro». Es como si el mismísimo Da Vinci hubiera creado el color a posta para Ford, guardándolo con recelo hasta que llegara 2016 en un rincón secreto del Vaticano con una orden expresa de enviarlo a Detroit en la fecha indicada. Le da un aspecto demoledor, deportivo, salvaje. Si la libertad tuviera un color, sería este. Por su parte el alerón, los pasos de rueda ensanchados, la enorme rejilla del frontal para refrigerar el intercooler o asesinar a todo saltamontes que se tope en tu camino; todos esos detalles hacen que mirar al RS inspire un sentimiento de emoción por la conducción. Te invita a subirte y averiguar si esa estética está ahí por placer visual o funcional.

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Y para nada lo primero. La calandra delantera cumple su función de refrigerar, es más, lo hacía en exceso y los chicos de Ford tuvieron que tapar una parte del intercooler con una plancha de las Ford Transit. El alerón ejerce su carga aerodinámica que a su vez se compensa con el prominente paragolpes delantero, en el que además hay dos tomas laterales para reconducir el aire hacia los frenos.

 

Sube vaquero

Dentro es donde mejor lo vamos a pasar, por mucho que nos guste verlo desde el rellano de la casa de campo en Illinois, la diversión llega cuando pulsamos el botón de arranque. Su motor de 2.3 litros EcoBoost cobra vida con un pequeño estruendo, pero sin alterar demasiado al personal. Eso tiene solución. Pulsando el botón Drive Mode junto a la palanca de cambios manual de seis marchas, seleccionamos el modo Sport y los 350 CV de nuestro bicho azul braman como si la berrea fuera cuando tu pie derecho quisiera.

El empuje es muy bueno, es un motor turbo, pero por encima de las 3.500 rpm, cuando hace ya unos segundos que el turbo ha soplado tanto que ha tirado hasta la casa de ladrillos de los tres cerditos, se comporta casi como un atmosférico con una subida de vueltas y entrega de potencia muy lineal. Sabemos que empuja bien porque con el Launch Control es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 4,7 segundos. Si vamos en carretera y hay que adelantar, una marcha abajo y un coche que desaparece en nuestro retrovisor.

Este potro salvaje tiene su mejor arma bajo la llamativa carrocería, su sistema de tracción total. No hablamos de un simple sistema de reparto 50-50 o cualquier otra cosa no. Aquí la tracción te ayuda a entrar más rápido en la curva y salir antes de que te de tiempo a decir bendito sea este sistema. Reparte el par a las ruedas del interior de la curva para cerrarte aún mejor y no perder adherencia. Simplemente notas como metes volante, das gas y el coche obedece cual ordenador. Precisión ganadora. Del volante solo diremos que lo girarás 234 veces para maniobrar en los parking, porque tiene exactamente dos vueltas de volante. Como sabemos que esto no te preocupa, te diremos que en carretera de curvas es el arma más directa y precisa del medio oeste de EE.UU. porque es apuntar y matar. Cada curva se torna un placer para los sentidos con el Ford Focus RS.

 

Hablemos de extras

Podríamos pensar que tanto alarde de libertad, disfrute y velocidad tiene un precio, como todo en el país de los sueños, o en el concesionario más cercano. No te equivocas, porque los sueños sólo se cumplen firmando cheques. Aquí el cheque al portador es de 41.260 euros, pero realmente el Ford Focus RS 2016 no se vería tan bien como este. Seguramente te estarás echando las manos a la cabeza, porque ahora su precio se pondrá por las nubes y preferirás un coche de marca Premium por ese precio. No te levante todavía. Un «must have» que dirían la gente habla inglesa, son los bacquets Recaro, por lo bien que recogen, la comodidad y lo bien que le sientan al coche. Por separado son 1.900 euros. Ahora bien, está el Pack Diseño RS, que por 2.150 euros incluye los Recaro, las llantas de 19″ en mate, las pinzas de freno Brembo pintadas en azul y el Navegador Sync2 con pantalla táctil de 8 pulgadas y 10 altavoces Sony.

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Al gusto de cada uno quedará el color de la carrocería, porque el Azul Nitro pasa a ser casi un capricho con un precio de 1.250 euros. Pero lo cierto es que le sienta de maravilla y atraerá todas las miradas, incluidas las de los agente del orden y la ley.

En resumen si sumamos la pintura y el pack mencionado nuestro Ford Focus RS 2016 ni siquiera superará los 45.000 euros. Si queremos más, hay que ir a una competencia de precio muy superior, del orden de entre 10.000 o 20.000 euros más. Y eso puede suponer mucho, más teniendo en cuenta que con ese dinero podríamos pagar unas cuantas tandas en circuito, cambiar sus Michelin Pilot Super Sport, darle de beber y pagar su seguro y mantenimientos.

Hablando de dar de beber a los caballos. En un coche como este, el consumo será lo que menos mires, pero como nadie tiene una refinería en casa, parar a echar gasolina tampoco es el mayor de los placeres. Después de todo un día habiendo recorrido 500 kilómetros aproximadamente, con carreteras secundarias de muchas curvas, puertos de montaña, autopista, y alguna travesía por ciudad, el consumo al final del día fue de 12.1 litros a los 100 km. Puedo asegurar que ese consumo corresponde a un día de placer al volante y mucha diversión, por lo que a ojos de una amante del motor el número 1 de delante puede desaparecer en su cerebro. Y a ojos de alguien con problemas de visión claro.

En definitiva, ahora los que debemos bendecir somos nosotros a Ford por haber creado el compacto más deportivo de su historia y posiblemente del mundo ahora mismo. Y como no todos los días se cruza uno a una vaquero a lomos de un Ford Focus RS, aquí abajo te dejamos una galería.

Fotos: David Photocars