Prueba Porsche 911 GT3 Touring 992: el aniquilador subestimado
Prueba Porsche 911 GT3 Touring 992: el aniquilador subestimado
¿Dime que no le has echado el ojo al Porsche 911 GT3 Touring desde el mismo momento en que Porsche lo desveló? Únase al club. Es, hasta donde podemos decir, una combinación irresistible de la elegancia atemporal del 911 (el coche de la generación 992 puede ser enorme en comparación con su inspiración de los años 60, pero es igual de bonito) sobre la expresión más pura del rendimiento del siglo XXI (relativamente ligero, seis cilindros planos sin turbocompresor, caja manual, tracción trasera, escasa electrificación) disponible actualmente en Porsche.
El paquete Touring es simplemente el GT3 con el diseño extrovertido del coche de serie rebajado (elementos aerodinámicos delanteros del color de la carrocería, sin alerón trasero). El rendimiento aerodinámico se resiente un poco, pero no hay cambios mecánicos y está disponible con cualquiera de las dos cajas de cambios.
No hay alerón, claro, pero no es nada sutil, ¿verdad?
Bueno, no, no para el ojo entrenado (o incluso para el ojo curioso y no entrenado). Con sus enormes ruedas (20 pulgadas delante y 21 pulgadas detrás), que llevan neumáticos Michelin Cup 2 y (en nuestro coche de pruebas) frenos cerámicos PCCB, podrías envolverlo en tela de saco y seguiría rezumando amenaza. Pero pasa desapercibido en el tráfico y, afortunadamente, no provoca las atenciones de los BMW Serie 1 «tuneados» en la circunvalación cuando sólo intentas hacer tus cosas.
Todo esto supone que se mantiene el motor a raya, y que se mantiene cerrada la tapa del escape. Descorcha el seis cilindros plano y nadie, ni siquiera los escurridizos marcianos que hasta ahora han eludido nuestro alcance, tendrá ninguna duda de que estás paladeando algo un poco más exótico que un Carrera S coupé.
¿Estamos sentados cómodamente en el Porsche 911 GT3 Touring?
Realmente lo estamos. El habitáculo del Touring es poco menos que perfecto. El interior del 992 sigue siendo fresco y bien resuelto (dejando de lado la pequeña pantalla de infoentretenimiento), y la posición de conducción es perfecta. Tire del volante hacia el pecho, mueva la palanca de cambios, despierte el motor de 4.0 litros de seis cilindros bóxer y 510 CV, y siga adelante.
En movimiento, la suspensión comprueba los movimientos verticales de forma abrupta, por lo que las carreteras con muchos baches te harán botar en tu asiento, pero en general la conducción es aceptablemente agradable para el cometido del coche.
Sin embargo, como era de esperar, el ruido de la carretera está siempre presente. También es un problema con otros derivados del 911, pero ¿querrías más amortiguación de sonido si eso significara inflar los impresionantes 1.418 kg de peso en vacío del GT3? Es una pequeña familia más ligera que la del BMW M4 Competition, que tiene cuatro plazas, y ayuda a elevar este 911 a un nivel sorprendente de agilidad y aceleración.
Entonces, ¿es bueno conducirlo?
¿Quieres saber cómo se siente realmente un coche, lo equilibrado, comunicativo y a tu lado que es? Pues ponte unos Michelin Cup 2 preparados para la pista, espera a que llegue un día de julio y ponte a ello.
No importa. En la carretera, el GT3 se mueve con un sentido de la voluntad. El cambio manual de recorrido corto es simplemente impecable. El motor es muy silencioso al arrancar y responde a partir de las 2.500 rpm.
El ruido y la ferocidad aumentan significativamente entre las 4.000 rpm y las 5.000 rpm, y a partir de ahí la segunda mitad de la gama de revoluciones es majestuosa, el ruido salvaje que envuelve el acogedor habitáculo del 911 no concuerda con el tacto de la cosa, que es suave como el cristal, sensible a las sacudidas y cualquier cosa menos punzante.
La precisión -y, por tanto, la confianza- con la que puedes desplegar todo lo que tiene hace que tu confianza se dispare, incluso cuando los limpiaparabrisas giran casi tan alto.
La primera curva propiamente dicha y una velocidad de entrada ambiciosa, junto con las difíciles condiciones, hacen que la distribución del peso en la parte trasera ayude a la rotación del coche un poco más de lo que esperaba.
Pero el GT3 te sumerge tan completamente en la física de sus movimientos que los movimientos requeridos son más bien una cuestión de realidad en cámara lenta, en lugar de un frenesí de pánico de respuestas de golpe y esperanza.
Y, sobre todo, la sensación es la de un coche -aunque con un umbral bajo hoy en día- en un equilibrio fascinante, sin que ningún elemento de su poderoso repertorio domine lo que es una experiencia de conducción muy especial y seriamente adictiva.
La única crítica que se le puede hacer al coche desde el punto de vista dinámico es que no le interesa mucho llevarte de la mano. Mientras que McLaren, BMW, Ferrari y AMG ofrecen sistemas de control de estabilidad de varias etapas que te permiten reducir sus intervenciones a medida que aumenta tu confianza y tu conocimiento del coche, el GT3 ofrece simplemente ESC desactivado o ESC y TC desactivados.
En cierto modo, esto refleja la naturaleza dura del producto, pero sería bueno poder elegir. Al fin y al cabo, si lo quieres, se ofrece un sistema de control de revoluciones para los cambios manuales.
Porsche 911 GT3 Touring: veredicto
En 2021 debutarán varios coches de altas prestaciones muy especiales, y en 2022 -con el Lotus Emira y el Ferrari 296 GTB recientemente presentados- un par más. Pero el GT3 de la generación 992 se siente tan completo, tan especial y tan pulido como expresión del tipo de coche por el que estalla el corazón corporativo de Porsche que se enfrentará a los mejores.
Los conductores de pista querrán la auténtica carga aerodinámica del GT3. Pero para el resto de nosotros, el Touring Package es el 911 definitivo para eventos en carretera.
