Mágico final para el Bugatti Chiron

El Chiron y su grandioso motor W16 llegan al final de su vida, y qué mejor forma de despedirlo que con una versión especial en formato descapotable. Por supuesto, se trata de una edición limitada a 99 unidades, y cada una tiene un precio de 5 millones de euros. ¿Hacemos cuentas? 

Mistral es el nombre de un viento del noroeste, que sopla de las costas del Mediterráneo hacia el mar, entre la desembocadura del Ebro y Génova.​ Los expertos lo definen como frío, seco y violento; suele alcanzar los 100 km/h, y llega a pasar de los 140 km/h. Nos da que este Bugatti es algo más violento, pero todavía es pronto para hablar de prestaciones. El caso es que no es la primera marca que utiliza este nombre para bautizar a un modelo. Algunos de nuestros lectores se acordarán del elegante Maserati Mistral que se produjo en la década de los sesenta. Hoy, unidades en buen estado del biplaza italiano (hubo cupé y spyder), se cotizan alrededor del medio millón de euros. Mucho para un descapotable de esa época, pero claro, solo se produjeron 125 unidades –828 con carrocería cerrada–.

Los vientos y sus nombres han sido fuente de inspiración de muchas marcas. Maserati suele recurrir a ellos, y un ejemplo actual es el Levante. Horacio Pagani, siempre había nombrado a sus superdeportivos con términos de este tipo: Zonda, Huayra, Tempestá... hasta la llegada del nuevo Utopia. En nuestro país también ha habido algún intento, prueba de ello es la  empresa Tramontana. 
Pero este Mistral es especial, representa el último baile de uno de los propulsores más emblemáticos de la historia reciente del motor. Una mecánica W16 que nació de la unión de dos V8, y que vimos por primera vez en el Bugatti Veyron, allá por el año 2005. Fue la apuesta personal de otro de los grandes, Ferdinand Piëch, y el “pulmón tecnológico” de todo el Grupo Volkswagen.  

Un importante legado

Mucho antes de que el gigante alemán comprase Bugatti en 1998, la marca ya desarrollaba automóviles excepcionales, incluidos numerosos descapotables. Todos ellos con un denominador común: su conducción pura, sin adulterar.
Rápidos, ligeros y con el cielo por techo, los roadster biplaza siempre han ofrecido una de las experiencias de conducción más satisfactorias que se puedan imaginar. En los primeros días de la historia de Bugatti, que ahora se remonta a más de 110 años, el fundador de la empresa, Ettore Bugatti, y su hijo, Jean, crearon algunos de los descapotables más estimulantes y avanzados de la historia, impulsados ​​por el entusiasmo de sus clientes.

Ettore y Jean siempre buscaron combinar motores innovadores y potentes con un manejo preciso, un diseño excepcional y la mejor artesanía. Desde mediados de la década de 1920 hasta su muerte en 1939, Jean Bugatti en particular creó algunos de los roadster más exclusivos y especiales que existen, construidos en pequeñas series, y con una exquisita atención al detalle y a la búsqueda de la perfección. Un legado que, sin duda, ha estado muy presente en cada nuevo modelo, como en el Veyron, y ahora en el soberbio Mistral.

“Los roadster Bugatti son un tipo de automóvil fascinante. En el pasado, Ettore y Jean Bugatti mostraron la forma en que la emotividad, el diseño y la artesanía pueden realzarse con un determinado tipo de vehículo”, afirma Christophe Piochon, presidente de Bugatti Automobiles. “Cuando nos sumergimos en la larga tradición de la compañía, siempre es un acto de reflexión que genera una mayor conciencia del ADN de Bugatti. Por eso, en las últimas décadas, Bugatti ha desarrollado algunos de los roadster más excepcionales”.

Mate Rimac, actual CEO de Bugatti-Rimac, dijo: “Para la última aparición en carretera del legendario motor W16 de Bugatti, sabíamos que teníamos que crear un roadster. Más del 40% de todos los vehículos Bugatti jamás creados han sido descapotables, lo que establece un largo linaje de iconos de rendimiento que, hasta el día de hoy, son venerados en todo el mundo. En la era Chiron, hasta la fecha, no había ningún roadster, por lo que la presentación del W16 Mistral continúa con este legado, impulsado por la enorme demanda de nuestros clientes de una forma completamente nueva de experimentar el poderoso rendimiento de nuestro icónico motor. El W16 Mistral abre el siguiente capítulo en la historia del roadster Bugatti, inspirado en más de un siglo de leyendas descapotables”.
Por eso lleva la versión potenciada del W16, la del Super Sport 300+. Ofrece 100 CV más que el Chiron original, hasta un total de 1.600 CV. Todo un torrente de potencia que lo hace diferente a cualquier otro descapotable que haya existido antes. Su diseño e ingeniería también se han desarrollado completamente a medida, y su silueta se ha rediseñado y redondeado para no comprometer el rendimiento.

Mucha responsabilidad

En este sentido tiene mucho que decir Achim Anscheidt, director de diseño de Bugatti: “Sabemos que el Mistral siempre tendrá un significado en la historia de la firma, porque será la última vez que el que quizá es el mejor sistema de propulsión automotriz se usa en un automóvil de producción en carretera. Nosotros, como equipo de diseño, sentimos una enorme presión para ofrecer un estilo que transmitiera de inmediato este momento histórico, inspirándonos en algunos de los roadsters más bellos de la historia de Bugatti”. Sin duda uno de sus ejemplos fue el Bugatti Type 57 Roadster Grand Raid de 1934, un modelo que representa la cúspide del diseño más elegante. Son muy características sus dos “jorobas”, que fluyen hacia la parte trasera de la carrocería, y un parabrisas recortado en forma de V. Esos detalles se aprecian en el nuevo Mistral, pero convenientemente actualizados. De hecho, el parabrisas del nuevo Bugatti se podría considerar una obra de arte moderna. Es curvo, da la sensación de envolver los pilares A, y se funde a la perfección con las ventanas laterales, creando un efecto de “visera” que insinúa los niveles de rendimiento del superdeportivo. Todo ello sin distorsionar la visión del conductor.

La línea superior del parabrisas y las ventanillas discurre alrededor de las tomas de aire laterales. Este nervio continúa su camino hasta la parrilla delantera, con la clásica forma de herradura. Así se le otorga un nuevo carácter tridimensional a la famosa Bugatti “C-line” del Chiron. Para mantener un flujo de aire óptimo al W16, las tomas de aire del enfriador de aceite en el costado se separaron deliberadamente de las tomas de aire del motor, que ahora se encuentran en el techo, justo detrás de los ocupantes. Las dos nuevas tomas de aire del motor montadas en el techo son otro guiño al Type 57 Roadster Grand Raid, así como al primer Bugatti descapotable de la era moderna: el Veyron 16.4 Grand Sport. 

Un carácter propio

“Para reflejar el nuevo carácter del Mistral, también reinventamos totalmente su apariencia frontal, en línea con el diseño vertical de nuestros modelos más exclusivos, como el Divo –40 unidades, 5 millones de euros– y La Voiture Noire –one-off, casi 17 millones–. Los faros delanteros están completamente hechos a medida y la famosa parrilla de herradura es mucho más tridimensional; tanto más profunda como más ancha. En la parte trasera, nos desafiamos a nosotros mismos y evolucionamos las luces en X del Bolide”. 

Pero el diseño no lo es todo. La forma siempre debe estar supeditada a la función, por lo que cada componente debe ayudar a alcanzar el máximo rendimiento. Frank Heyl, director adjunto de Diseño de Bugatti, dijo: “Los faros tienen una forma muy estudiada. Su forma de cuatro luces horizontales tiene que ver con la tracción a las cuatro ruedas y los cuatro turbocompresores del motor W16. Pero su superficie tridimensional también funciona como una ayuda aerodinámica, que canaliza el aire a través de la luz y a través del paso de rueda, para reducir la resistencia aerodinámica. La parrilla de herradura más ancha también permite que el radiador del motor se alimente por completo desde una sola entrada, dejando que las dos aberturas laterales proporcionen aire únicamente a los intercoolers”.

Pero los aspectos destacados del diseño funcional no terminan ahí. Las nuevas tomas de aire de detrás de los reposacabezas se desarrollaron desde el principio, teniendo en cuenta estrictas pruebas, por lo que cada una está hecha de una estructura de fibra de carbono a medida, que puede soportar todo el peso del automóvil en caso de vuelco. Este nuevo diseño de admisión también enriquece la experiencia del conductor del W16, enfatizando la orquesta entre el ruido de la admisión de sus 8 litros, poderoso y retumbante al pisar el acelerador, y el silbido de la válvula de escape de los cuatro turbocompresores al levantar el acelerador. Es una sensación auditiva inigualable en el mundo del automóvil.

Detalles artesanales

Por dentro, el interior del Mistral es muy parecido al del Chiron, pero guarda alguna sorpresa. No faltan componentes de titanio ligero o aluminio fresado ​​y pieles suaves sin imperfecciones de ningún tipo. Entre las novedades, cuenta con un intrincado tejido de cuero que se usa en los paneles de las puertas, meticulosamente probado y producido según los estándares de calidad de Bugatti. Otro de los detalles que nos ha encantado del Mistral es la palanca de cambios: creada a partir de un bloque de aluminio, y con detalles en madera, en su interior alberga una pieza de ámbar que esconde la famosa escultura del “elefante bailarín”. Algo así como los famosos mosquitos de la película de “Parque Jurásico”, pero que nos parece de un gusto exquisito. Esta escultura, diseñada por Rembrandt Bugatti –hermano de Ettore– adornaban el capó del legendario Type 41 Royale, uno de los roadsters más lujosos y carismáticos de la historia. La idea era producir 25 unidades, pero solo se hicieron siete, de las que actualmente se conservan seis, y una de ellas cambió de dueño en 2018 por 22 millones de dólares.

Debajo del gigantesco capó de apertura lateral del Royale había un gigantesco motor de ocho cilindros en línea de 12.7 litros, como nunca antes se había visto en el mundo. Algo muy parecido al motor W16 del Mistral y compañía.
Cuando el anterior roadster de Bugatti, el Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse, estableció el récord mundial de velocidad de 408,84 km/h en 2013, su W16 desarrollaba 1.200 CV. El W16 que monta el Mistral ofrece 1.600 CV y ​​utiliza la misma unidad de potencia que impulsó al Chiron Super Sport 300+ al récord mundial de velocidad para un coche de producción en 2019: 490,48 km/h. Es por tanto es muy probable que el Mistral se convierta en el roadster más rápido del mundo. De hecho, desde la marca han limitado su velocidad máxima a 420 km/h, pero seguro que podría ir más rápido.

Mate Rimac, CEO de Bugatti Rimac, dijo: “La unión de un formato roadster y nuestro sistema de propulsión W16 es la perfección absoluta. Con el techo quitado y un par de grandes tomas de aire directamente detrás de la cabeza, que alimentan su corazón con 70.000 litros de aire por minuto, conducir el W16 Mistral sigue siendo tan apasionante y revolucionario como todos los Bugatti. Con el Mistral también continuamos un épico legado de roadster Bugatti, cada uno de ellos incomparable en diseño, rendimiento y singularidad. Desde el Type 40, al Type 57 Roadster Grand Raid o incluso la increíble elegancia del Type 57SC Corsica Roadster: Bugatti siempre se ha asociado con la pureza de la conducción descapotable. Así, aunque el legado del W16 de carretera termina con el Mistral, siempre podremos continuar con la estirpe de los roadster. Un legado establecido por primera vez por Ettore Bugatti hace más de un siglo”.

Solo se construirán 99 ejemplares del Mistral, con un precio neto de 5 millones de euros, y las entregas comenzarán en 2024. Como ya habrán imaginado, la producción completa del Mistral está agotada. Al fin y al cabo, este superdeportivo es como el capítulo final de una gran serie. De esos que te dejan con buen sabor de boca, como el de “Friends”, “Hijos de la Anarquía” o “The Last Dance” de Michael Jordan. De esos que, por mucho que pienses y le des vueltas, no se te ocurre la forma de mejorarlos.