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Lord March, el gran director de orquesta de Goodwood

Probablemente ya conozcáis la casa de Lord March. Durante los últimos 25 años, cuatro millones de tiques han sido vendidos para el Goodwood Festival of Speed. Permitiendo a aquellos que vienen cada año, al menos medio millón de personas, incluyendo muchos lectores de CAR, deambular por el gran parque temático que rodea la Casa Goodwood, hogar del Duque de Richmond.

Lord March Goodwood
Nuestro director junto a Lord March en el pasado FOS.

Si esta es tu única experiencia en este lugar, se perdona que pienses que es un parque temático de motorsport permanente, dadas las vastas y variadas zonas y estructuras para el entretenimiento. Se tardan tres semanas en construirlo todo, siendo el Festival sobre un jardín más grande del mundo y, una vez completada, necesita tanta electricidad como para abastecer a la cercana localidad de Chichester (UK).

Lord March Goodwood
Se compró este 911 GT2 RS porque se presentó aquí y según él es un “coche Goodwood”. Lo tienen desde agosto del año pasado, pero le han hecho pocos kilómetros. Eso sí, la mayoría en casa, en el circuito.

También le gusta conducir

Aparcamos en el círculo de grava detrás del Land Rover Defender V8 y el Porsche 911 GT2 RS de Lord March. La puerta frontal es abierta por el mayordomo, y nos encontramos con un gran hall y una escalera que sube hacia la parte de trabajo de la casa, a través de una antecámara ocupada por los tres asistentes personales del Duque.

Tony Mountford, llamado Monty, ha sido el mayordomo personal del Duque 12 años después de servir otros 29 en la Marina, 19 de los cuales en submarinos. Está preparando un té con limón para el jefe y un café para nosotros. Las jarras son plateadas y las tazas de porcelana china… ¿De verdad pensabais que iríamos a Starbucks?

Lord March Goodwood
Su nombre completo es Charles Gordon Lennox, XI Duque de Richmond,
XI Duque de Lennox, XI Duque de Aubigny y VI Duque de Gordon.

Antes de que Lord March, perdón el Duque, se una echamos un vistazo en su extraordinaria residencia. Un cuarto de siglo acogiendo a los mejores coches y pilotos dan para una buena colección de recuerdos. Hay un cartel gigante de Betty Boop, un sombrero de Richard Petty en una urna de cristal, incontables volantes, cascos y premios, y un largo escritorio cubierto por completo de maquetas de coches.

Le comento a Monty que debe ser una pesadilla quitar el polvo. “Una señora viene una vez por semana”, nos confiesa. “Ella sabe cómo poner todo otra vez en su sitio. De otra manera se daría cuenta”. “Iba a quitarlo todo cuando redecoramos”, dice el Duque cuando llega. “Pero lo volvieron a colocar todo de nuevo antes de que les detuviese”.

Lord March Goodwood
Con una taza de té nos cuenta su labor para que Goodwood sea el mayor evento del mundo del motor… y todo en un jardín trasero.

La ceremonia del té con Lord March Goodwood

Monty sirve las primeras tazas y nos deja con ellas. Desde 1993, cuando se celebró el primer Festival Of Speed, su jefe ha sido el padrino de los cuentos del motorsport. En aquel momento era solo Lord March: él heredó el ducado cuando murió su padre en 2017. Aquel primer Festival fue puramente amateur: Charles estaba pintando el puente sobre el camino cuando llegaron los primeros coches.

“Esperábamos unas 2.000 personas, y dijeron que tendríamos suerte si llegábamos a eso. Al final creo que tuvimos 20.000 personas el primer año”. El Festival fue seguido del Revival en 1998 y el Members’s Meeting en 2014. Juntos se han convertido tanto en un centro neurálgico de la cultura del motor como de las carreras y los rallyes. El evento llena el aforo cada año, limitando el espacio a 200.000 entradas, como a dos estadios Santiago Bernabéu y algo más…

Lord March Goodwood

El Festival Of Speed en particular es ahora parte de la industria del automóvil británica. Los coches corren y hacen ruido, ¿quién querría verlos parados y vallados en un caluroso y saturado hall? Cuando Porsche presentó el 911 GT2 RS en 2017, la primera vez que la prensa internacional lo vio fue cuando Mark Webber pasó a toda velocidad por la recta de la pista, mientras todos atendían a la charla desde el pit-lane. Eso no puedes hacerlo en cualquier lado.

El parque de atracciones del motor

Las experiencias que proporcionan Goodwood significan un incremento de los ingresos cada año a pesar de que el número de visitantes está limitado. Para ser un hombre que podría llevar una corona, el Duque es notablemente modesto acerca de la escala y el significado de lo que ha construido. “No hago una maldita cosa”, nos dice Lord March. “Solo me siento aquí y bebo muchas tazas de té”.

Lord March Goodwood

Esto no es cierto. Una vez nos sentamos una fila por detrás de él y su equipo en un vuelo al Salón de Ginebra, y le oímos planificar todo un asalto militar a los responsables de decidir en las grandes compañías de automóviles. Él está íntimamente involucrado en cada aspecto de estos eventos. Una vez me dijo cuántas bombillas iluminan la fila de puestos de comida en el hangar en el Members’ Meeting.

Me pregunto si su título impresiona a los CEO y coleccionistas multimillonarios, y abre puertas que de otra manera podrían permanecer cerradas. “Creo que, en general, podría significar que piensan dos veces antes de no responder. Así que en ese sentido podría ayudar un poco. Pero todavía tengo un montón de gente que nunca me contesta”.

Lord March Goodwood

Lord March lo lleva en las venas

Le pregunto de dónde viene su amor por los coches, a qué profundidad corre por su cuerpo. “Si realmente quieres saber dónde comenzó todo esto, fue con esto”, dice, llegando a los estantes repletos de libros de automovilismo. Este se mantiene al alcance de la mano: The Automobile Book, de 1962, de Ralph Stein. “Mi abuela fue muy buena en fomentar mi relación con mi abuelo –un piloto y aviador que trajo a Goodwood–, así que estoy seguro de que ella compró este libro. Me enamoré de estas fotos.

Este libro jugó un papel importante en todo esto. Recuerdo en la escuela, con unos 13 años, tratando desesperadamente de irme a dormir y pensando en estos coches. Soy un firme creyente de que si quieres algo lo suficiente, puedes conseguirlo”.

Lord March con Stirling Moss Goodwood
Lord March junto a Stirling Moss, quien nos dejó recientemente.

“Primero conduje allí”, dice, señalando desde la ventana de la oficina a la pista de abajo. “Pasé horas aterrorizando a todos. Salí del establo y subí la colina hasta la casa de mi abuelo. Salía disparado todo el tiempo. El kart solía explotar constantemente y tenía que ir a West Ham para conseguir anillos de pistón nuevos. ¡Eran tan frágiles…! Se romperían de nuevo y yo volvería a West Ham para conseguir más. Me llevó todo el día”.

“Cuando tenía 16 años, compré un Morgan 3-Wheeler por 200 libras. Era un montón de basura, pero yo era inquieto. Pasaba mucho frío, hasta que la rueda trasera se cayó. Entonces tuve un hermoso Datsun Cherry 100A. Mi padre era un gran modernista, por lo que pensó que debía tener un automóvil japonés si o sí. Le puse ruedas Cosmic y pinté todos los centros en azul. Tuve el Datsun cuando estaba trabajando con Stanley Kubrick como fotógrafo, por lo que iba rugiendo por todo el país con él”.

Lord March Goodwood

“Después de eso fui a África un año y cuando regresé, para mi horror, mi padre le había dado el coche a la cocinera. No se le ocurrió
que era importante para mí. Tener un coche siempre ha sido importante para mí. Lo usó para recoger leche de la granja y derramó un cántaro en la parte de atrás. El olor era tan malo que no podía recuperarlo”. Le siguió un Mini Cooper, un Austin-Healey MkIII y luego “algunos coches de carretera bastante normales”.

Su primer Ferrari

“Y luego gané mi primera tajada de dinero”, tuvo buen éxito en la fotografía y publicidad antes de tomar el control del patrimonio. “Vi un precioso Ferrari Lusso en venta. Estaba loco por ese coche.

No era tan viejo, porque esto era 1980. Era absolutamente impresionante, plateado con el interior azul claro. Fue realmente genial y costaba 21.000 libras. Fui hasta Yorkshire para verlo… ese fue mi primer error”. ¿Y por qué fue un error? “¡Porque no lo compré!”.

Aunque tiene como clientes a muchas marcas de automóviles, el Duque es feliz con los dos coches tan opuestos que tiene en su garaje. ¿Cuál será la siguiente adquisición?

“Por otra parte, siempre he sido algo fan de Porsche, así que también tuve un 924 Carrera GT. Solo se hicieron en 1981 y eran 17.000 libras, pero lo tuve mucho tiempo. Lo conduje diez años hasta que lo rompí en Silverstone. Conseguí mi récord de viaje de Goodwood a Londres en él. Te diré cuanto tardé, pero no puedes publicarlo”.

¿Tendrá coche de empresa?

Con la mayoría de fabricantes del mundo como clientes, Lord March se cuida mucho en su elección para coche de diario, pero está feliz teniendo los dos que hay aparcados fuera.

¿Qué hay más inglés que un Duque subiendo colina arriba a toda velocidad en Goodwood al volante de un Land Rover Defender V8? No te pido que lo superes, iguálamelo.

Le dejamos las tazas a Monty y bajamos a charlar sobre ellos. “Presentaron el 911 GT2 RS aquí y le dije a Porsche que compraría uno, ya que ahora era un coche Goodwood”. “Charlie y yo (su hijo mayor) fuimos a recogerlo a Mayfair y condujimos de vuelta bajo una fuerte lluvia, así que no lo condujimos como tal. Solemos usarlo en el circuito de aquí. Lo tenemos desde agosto y le hemos hecho muy pocos kilómetros”.

“Con el Defender, escuchamos que estaban haciendo uno V8, así que teníamos que tenerlo. Es bastante divertido. De hecho, es el número 1 de 150. No sabía que me daban el primero hasta que llegó”.

Lord March Goodwood
Como Duque, sus llamadas rara vez no son contestadas, pero aún así hay gente que sigue sin cogérselo. Aquí le vemos junto a Brian Johnson, cantante de AC/DC, e Ian Callum, jefe de diseño de Jaguar hasta hace poco.

Solo tenemos tiempo para conducir uno antes del almuerzo. Elijo el Land Rover, sabiendo que ninguna experiencia será más inglesa nunca que el Duque conduciendo en un Defender V8. Charles conduce como si fuera el dueño de la carretera…, que lo es.

Empuja al Defender con el mismo entusiasmo con el que subía colina arriba con su kart explosivo, haciendo que el caucho se retuerza y rechine con cada giro del volante y golpe del freno, disparando ese desenfrenado V8 para colocar su proa a unos centímetros del fotógrafo mientras se cuelga de la parte trasera del coche cámara.

Lord March Goodwood
Cuando llega el Festival of Speed la mansión del Duque se encoge alrededor de los estands de las marcas, las gradas y la enorme escultura de Gerry Judah de 46 metros de alto.

El Duque se ríe mientras conduce; genuinamente absorto y encantado. “No es lento, ¿verdad? Y en realidad va por los vértices y se detiene bastante bien. ¿Has conducido uno? ¿No? Oh, tienes que probarlo. Cambiemos”.

Al andar con coches como este se aprecia un toque de diversión y travesura que no se esperarías de un duque de 64 años. Pero es un duque, y a pesar de su marketing moderno, Goodwood sigue siendo una de las grandes propiedades ducales. Sus empleados se sientan más recto a su paso. Su trabajo es simplemente pasar “este lugar”, como él lo llama, a su hijo, en mejores condiciones que cuando lo heredó.

Lord March Goodwood solo está de paso

“Lo fundamental es que uno es responsable de ello por una cierta cantidad de tiempo y uno no quiere estropearlo. Para que la finca sea sostenible tiene que ganar bastante dinero. No tenemos accionistas ni ninguna otra persona a la que debamos responder, por lo que podemos hacerlo como queramos. Sin embargo, no debería sentirse como algo comercial. Y espero que no sea así. Debe sentirse como una gran, gran experiencia compartida”.

Hay una regla no escrita de que las grandes herencias deben pasarse al otro cuando alcanza la edad de 40 años. Lord March, el actual Duque, está tan ligado “a su empresa” que la idea de que alguien más esté al volante le preocupa. Pero el hijo de Charles, Charlie, aparentemente tiene gasolina en su sangre azul.

“Tiene 24, y acaba de dejar Oxford y empezar su primer trabajo. En última instancia él será responsable de todo el patrimonio y afortunadamente se preocupa mucho por sus coches. Se ha comprado un bonito E-Type, y sigue intentando ponerse en el seguro del GT2, lo cual es divertido. Ha corrido en el Revival y es un buen piloto. Podría pilotar un coche Nascar colina arriba, tiene mucha confianza”.

Suena a que estaremos en buenas manos. ¿Pero por cuánto tiempo más tendremos a este Charles? “La brecha entre Charlie y yo es 15 años mayor que la que había entre mi padre y yo”, nos dice. “Puede ser difícil. Más bien lo estoy temiendo”, sabes que no es así, “pero probablemente me tengáis otros 10 años más por aquí”.

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