Buscar

Nos dejamos llevar por la brújula con el Jeep Compass Traihawk en Portugal

El sur de Europa es un sitio excelente para hacer conducción off-road por el cambiante de su terreno y los increíbles paisajes. Elegimos el pico más alto de Portugal para escalarlo a bordo del Jeep Compass Traihawk, un SUV preparado para lo más extremo de la montaña.

El Jeep, llamado compacto pero con pinta de 4×4, entra en el mercado rompiendo un poco las reglas. Y decimos esto porque el Jeep Compass es un vehículo que ha venido a presentarse con las credenciales de un todoterreno, y aunque las tenga, se quedará como un coche urbano en la mayoría de los casos.

Jeep Compass

Para aproximarnos un poco a esta teoría, pensaremos que un Nissan Qashqai o un Volkswagen Tiguan pueden cumplir las mismas funciones que le pediríamos a un Compass, y por eso este tiene que demostrar que puede ofrecer algo más. Vamos a buscar una manera de descubrir cuánto es el talento real del Compass, poniéndolo un poco al límite. Lo vamos a llevar por sitios desconocidos y sin planear mucho las rutas, para que podamos improvisar y comprobar si realmente este coche se puede enfrentar a un obstáculo inesperado. Lo meteremos por caminos poco frecuentados, y a ver qué conseguimos.

En Portugal, si empiezas por el interior, sabes que estás lejos cuando ves que el paisaje de fondo es el Océano Atlántico. Para ir hacia arriba, se puede visitar el parque nacional Serra da Estrela. Está tan alto, que en invierno es una típica zona de esquí, y hay un lujoso resort ahí mismo.

LA PREPARACIÓN

Jeep Compass

 

Para hacer esta ruta, necesitaremos el acabado Trailhawk, que incluye unos neumáticos para off-road, parachoques especiales, el recorrido del cambio más corto, gancho para remolque y alguna cosa más. Ah, sí. Lleva con orgullo una insignia en la que pone “Trail”. La carretera más occidental de Europa está en Cabo da Roca, a media hora en coche de Lisboa. Pero allí, lo más que se puede hacer es llegar a un aparcamiento y observar el mar desde una roca. Queremos algo un poco más difícil, así que damos la vuelta y tiramos hacia el norte hasta llegar cerca de Praia das Macas, donde tenemos que coger un camino de tierra y rocas. Parece que todo va bien, así que seguimos.

El suelo empieza a cambiar, y pasa de ser un camino más o menos liso con alguna piedra, a complicarse un poco. La suspensión del Jeep Compass empieza a trabajar, y aunque hay zonas en las que se nos complica un poco mantener el equilibrio, la tracción es muy aceptable. No obstante, procuraré no estar demasiado tiempo a dos ruedas, y voy a intentar trazar un camino que sea más o menos plano. Pero entonces empieza a complicarse. Llegamos a una brecha en la montaña llena de barro y con una caída de las de no mirar por la ventanilla. Pero en el Compass nos sentimos seguros, y tiramos. La suspensión empieza a trabajar otra vez. El Compass se mueve, pero se mantiene, y cuando queremos darnos cuenta, hemos pasado la brecha sin caer por el precipicio ni quedarnos encallados en el barro. Nos sentimos unos verdaderos aventureros luchando contra la naturaleza. Parece que hemos descubierto un “trocito” del mundo, pero llegamos al final del camino y nos encontramos a un grupo de pescadores sentados en sofás viejos y mirando al mar fijamente mientras beben cerveza. No hemos descubierto nada, pero hemos llegado sanos, algo es algo. Seguimos conduciendo, pero ya por carretera.

Jeep Compass

 

Tenemos cerca de cuatro horas de conducción por asfalto y pensamos que es un buen momento para ir más ligeritos y pisar un poco el acelerador. Con las especificaciones de Trail, el Jeep Compass no es tan ágil por una autovía como uno normal, pero su motor diésel de 170 CV puede valer para moverse de un sitio a otro en una jornada de campo. Además, nos gusta que vamos amplios, tiene un montón de espacio atrás. El sistema de entretenimiento también es muy bueno, con una pantalla grande y con gráficos fáciles de entender. Y para los que les gusta la música como a mí, los altavoces Beats hacen que estas cuatro horas se pasen mucho más felizmente.

NOS PONEMOS SERIOS

Jeep Compass

Llegamos a la entrada del Parque Nacional Serra da Estrela, la última sección del Sistema Central que atraviesa la península Ibérica hasta llegar a Madrid. Y ya que estamos aquí, vamos a intentar subir al pico de la montaña más alta de Portugal, que son cerca de 2.000 metros. Puedes conducir derecho hasta la cima por una espectacular carretera, pero para sacarle todo su jugo al Trailhawk, nosotros vamos a complicarnos la vida. Lo bueno es que esta sierra está llena de pistas y caminos diferentes que cruzan de un lado a otro, y todo está abierto y accesible para que podamos pasarlo de locos. La única regla es que no te quedes atascado ni te pierdas.

Los senderos con cambios de suelo abundan. Tan pronto pasamos una trialera, como volvemos al asfalto, y al poco entramos en una pista llena de grietas. Así todo el camino. La verdad es que vamos en modo “Auto” y no tenemos ningún problema con el Jeep Compass. En esta versión del Compass podemos elegir entre “Snow”, “Sand”, “Mud” y “Rock”, pero sorprendentemente, en “Auto” es suficiente. Estamos a mil metros de altura y de momento no hay sorpresas. Este terreno es el habitual en esta zona de Europa: grava, polvo y mucho pino bordeando los caminos.

LA RECTA FINAL

Jeep Compass

A 1.100 metros ya empiezo a no estar tan confiado. El camino ha cambiado y ahora las rocas son un poco más gordas, el sendero no es tan plano. Empezamos a escalar una cascada de piedras y cada pocos metros tengo que asomarme por la ventanilla para comprobar que está todo correcto. Es la primera vez en todo el viaje que empiezo a estar preocupado. El camino se complica y sin todas las cualidades off-road de Jeep funcionando a la perfección, esto podría ser un auténtico desastre. Pero lo cierto es que nada de esto pasó. Aunque había zonas realmente difíciles, el Compass pudo con ellas, con algo de esfuerzo, pero pudo.

El Jeep Compass ha aguantado estoicamente este viaje que le hemos preparado a mala leche. Ha pasado por senderos, trialeras, polvo, barro y carretera, sintiendo miedo solo una vez y porque incluso andando habría dudado si pasar por ahí. Y entonces estábamos a 2.000 metros. Había coronado el pico Torre. Cuando hemos llegado arriba, a la cima, he visto que había una tienda. Vendían piezas de cerámica. Al fin y al cabo, terminé comprando una.

TEAM CAR SPAIN PUBLICACIONES, S.L utiliza cookies propias y de terceros para recordar tus preferencias y optimizar la experiencia de usuario. Para obtener más información lee nuestra política de cookies.
Al pulsar en “Aceptar” aceptas el uso de las diferentes cokies que utiliza el sitio web. Puedes configurar o denegar el uso de las cookies en la configuración de la política de cookies.