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Alfa Romeo Giulia QV VS BMW M4 y Mercedes AMG C63

Para retar al Alfa hemos reunido a la versión más potente del Mercedes C63 AMG, llamada S, y que tiene los mismos 510 CV que el deportivo italiano, y al BMW M4 en su versión «comepetition pack» con 450 CV, similar a la exclusiva unidad «made for Spain» apodada CS.

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El Giulia está creado sobre un nuevo chasis de acero con una larga distancia entre ejes y suspensiones de doble brazo en cada una de las ruedas. Las puertas son de aluminio, el techo de carbono y el capó de plástico reforzado con carbono, con un resultado en la báscula de 1.650 kilogramos en versión automática, los mismos que el Clase C y unos 100 kilos más pesado que el M4,

Comencemos por el italiano, el Alfa Romeo Giulia

Alfa

Al subir al Alfa parece que alguien te haya quitado la silla, así de bajo es el asiento. El ambiente es puramente Alfa, con un volante redondo, grande y fino. Hay mucho de simplicidad y elegancia en esta cabina, con una pantalla digital central que se controla por un mando entre los asientos, confirmando años más tarde que sí, BMW estaba en el buen camino con el iDrive.

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Conforme miramos el interior vemos muchos detalles que recuerdan a Ferrari, como el botón rojo en el volante para arrancar la mecánica, las enormes levas del cambio fijas y muy externas respecto al centro del volante o el selector de modos de conducción. En el exterior hay un faldón delantero activo y un difusor trasero que parece llegado desde un «Speciale».

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El motor, señalan, está inspirado por Ferrari que, indagando en su ficha técnica, comparte características con los V8 turbo del California T.  El motor V6 turbo sube de vueltas como un avión con un ruido excepcional. El selector DNA de toda la gama añade un cuarto programa Race que desconecta el control de estabilidad. No podemos configurar un programa únicamente, pero sí podemos regular la dureza de la suspensión en cada programa.

Sin duda, es un coche excepcional aunque tiene algunos peros que hacerle a su tremenda eficacia; el primero es un motor que suelta muy rápido toda su potencia, de modo que hay que ser cuidadoso con el acelerador y tiene una suspensión algo banda que hunde el frontal algo más de lo deseado en las frenadas más exigentes. Por lo demás, es un coche muy competitivo.

Llega el turno del BMW M4

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La estética del deportivo alemán resulta más atractiva que el Alfa, ya que el italiano goza de muy buenas proporciones, pero que solo exista como berlina de cuatro puertas le resta algo de deportividad. No es así en el alemán, dadas las formas agresivas en el paragolpes alertan de una eficacia sin límites. Están todos sus argumentos habituales: retrovisores de doble soporte, capó abultado, cuatro tubos de escape, difusor, llantas forjadas.

Alfa

La dirección del M4 sigue siendo algo dura incluso en modo «confort». No obstante, la suspensión, más firme, ha ganado en precisión. El M4 está mucho más alerta ante cualquier curva, pero con un nivel de confort muy utilizable incluso en el modo «sport» del selector. El escape realiza algunos petardeos al reducir marcha, y el motor es una gozada por su rendimiento al llegar hasta las 7.500 revoluciones por minutos.

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El M4 es increíblemente rápido. Tiene un leve retardo de respuesta en los turbos, pero compensa con una subida de vueltas hasta el límite, una suspensión realmente buena y un cambio muy ágil. Con el modo «Sport plus» activado, el deportivo alemán derrapará si nuestro pie derecho se hunde más de la cuenta, disparando nuestra adrenalina. Los frenos cerámicos son una opción a tener en cuenta si vamos a ir de lado con frecuencia.

Llegamos al deportivo con «estrella»

Alfa

El Mercedes C63 AMG S te sorprende desde el minuto uno. El sonido del V8 te cautiva, da igual que no tengas ni carnet de conducir. Subes, lo arrancas y alucinas. Y es que Mercedes, quien lo iba a decir, es la que mejor ha sabido realizar la transición del V8 sin turbo y 6.3 litros a este cuatro litros biturbo que el Clase C comparte con todo un hiperdeportivo como el AMG GT. La versión de 510 CV no solo implica más potencia, sino un diferencial trasero diferente y muchos cambios técnicos, aún así quedan opciones imprescindibles, como el escape deportivo, que da un sonido glorioso a este V8.

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La dirección tiene una asistencia electrohidráulica, y tiene una sensibilidad perfecta, por no hablar de un volante precioso, aunque algo grueso para nuestro gusto. La suspensión no es muy dura, pero transmite perfectamente todo lo que ocurre bajo el coche en todo momento, y ahí está la gracia de este AMG: a cualquier velocidad, lo estás disfrutando.

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El interior es una pasada, muy bien equipado, diseñado y acabado, mezcla de una berlina de lujo con ganas de divertirse, algo que se nota en un asiento demasiado alto y un selector de cambio algo raro para un coche deportivo.

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A pesar de comportarse de manera implacable, el Clase C también tiene duros handicaps. El motor tiene un retraso en la entrega de potencia, especialmente cuando pasas al modo «Sport». El cambio automático en «Sport Plus» va muy bien, pero si pasamos la selección a manual no hay una conexión tan directa entre las órdenes del cambio y lo que hace el coche, y no es lo rápido que resulta el cambio del M4. La ventaja del C63 es que, aunque hay margen para mejorar, ya es muy divertido.

Hora de la verdad, toca decidir

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El Giulia es un deportivo increíble, cautivador y resulta sencillamente excepcional. Sorprende que, en el primer intento, Alfa ponga ya contra las cuerdas a los chicos de AMG y BMW M, pero así es. Aún con todo, tenemos que tomar una decisión y, si tuviera que poner mi dinero en uno de estos tres coches, sería en el que equipa el soberbio motor V8, es decir, el Mercedes, pero no por su motor, sino porque es el más divertido en el uso cotidiano.

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