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Prueba Bentley Continental GT W12, escandalosamente sublime

Seguramente cuando pensemos en Bentley nos vengan a la mente ciertos conceptos: exclusividad, refinamiento, tecnología… Sin embargo a veces se nos puede pasar uno por alto: la deportividad. ¿Es este el mayor rasgo del Bentley Continental GT W12?

Parece que fue ayer, pero ya han pasado 17 años desde que el Continental GT rompiera los moldes de Bentley para empezar su andadura imparable. 17 años en los que este Gran Turismo de 4 plazas de corte elegante y generosas dimensiones ha seguido su senda imparable hasta llegar a la generación actual.

Bentley Continental GT W12 a prueba

Ya desde su lanzamiento, su éxito fue clave. Consiguió conquistar un público más joven, conjugando la exclusividad de siempre con algo de lo que carecía su predecesor el Continental R: la deportividad. Hoy, con la 3ª generación, todas las cualidades con las que nació el GT se ven acentuadas. Más elegancia, más más exclusividad, y gracias a unos paquetes de personalización específicos, también más deportividad.

Un concesionario de sueños

Nuestro protagonista de hoy lo recogemos en Bentley Barcelona, ubicado en las instalaciones de Quadis en el paseo de la Zona Franca, un lugar fascinante por las maravillas automovilísticas con las que allí te encuentras cualquier día del año. Y no hablo sólo de vehículos nuevos, sino también de joyas de todas las épocas que acuden al servicio técnico oficial… Lo extraordinario convertido en lo normal.

Elegancia deportiva en el Bentley Continental GT W12

Para muestra, el protagonista de hoy, el Continental GT W12 2020 con una configuración deportiva que brilla con luz propia. Por una vez, ni colores discretos ni elementos cromados: por lo contrario, blanco roto combinado con detalles en negro brillante para el exterior, y más negro en el interior. El resultado habla por sí solo.

Pero igual que un buen cuadro no se puede apreciar en todo su esplendor si se encuentra rodeado de otras obras maestras, nada mejor que llevarme al Bentley hacia la tranquilidad y el aislamiento de la naturaleza para prestarle la atención que merece. Sin distracciones.

El placer de arrancar un W12

Sin más dilación, me siento a los exquisitos mandos del Bentley Continental GT W12para iniciar la prueba. Nada más abrir la puerta del habitáculo que da acceso a un universo de perfección, me llega un agradable olor que definiría como “esencia de calidad”. Aunque parezca una broma no lo es. Los fabricantes como Bentley se dejan grandes cantidades de dinero en cuidar todos los detalles a la hora de fabricar sus modelos. Su olor no es una excepción, y en el caso del fabricante de Crewe se hace siempre perceptible: sus interiores desprenden un inconfundiblemente olor a Bueno.

Una vez perfectamente acomodado en mi asiento de suave piel negra,  arranco el motor presionando el elegante botón de Start situado en la consola central en piano black y abandono el concesionario. Un sonido melódico aunque quizás demasiado discreto acompaña el movimiento con su canto. Por su extraordinaria suavidad de su funcionamiento, podría parecer que el coche no está ni arrancado. A bajas revoluciones casi parece un eléctrico, aunque no, no lo es. De hecho, no será hasta 2025 que no veremos el primer Bentley de estas características. Hasta entonces, seguiremos disfrutando de sus gloriosos W12.

Un universo de perfección en el interior

En ocasiones me han preguntado que cómo es conducir un Bentley. Bien, a efectos de conducción lo mismo que un coche normal que tenga pedales y un volante. Sin embargo, en cuanto a sensaciones no es exactamente lo mismo.

Bentley Continental GT W12 vista interior

A sus mandos te sientes francamente aislado y distanciado del resto del mundo, algo ideal en tiempos de covid. De alguna forma, las lunas representan una frontera imaginaria entre dos universos distintos que poco tienen que ver uno con otro. Fuera puede llegar a encontrarse el caos, pero dentro del Bentley Continental GT W12, perfectamente insonorizado, la atmósfera es de absoluta armonía.

La precisión como estándar en el Bentley Continental GT W12

La belleza de cada detalle, la calidad superior de los materiales y el tacto de cualquier elemento del interior te hacen sentir en una especie de “cápsula de bienestar” en la que reina la precisión. Como en el caso del hipnotizante display de la consola central, un dispositivo giratorio con 3 caras distintas que transforman el aspecto del salpicadero con sólo tocar un botón.

Una primera cara es una pantalla táctil de 12,3 pulgadas con el sistema de infoentretenimiento, una segunda cara dispone de 3 elegantes relojes analógicos –brújula, cronómetro y temperatura exterior.  Por último, una tercera cara totalmente lisa da al salpicadero un aspecto totalmente sobrio y limpio. El ajuste y funcionamiento de este dispositivo rotativo es tan preciso como un reloj suizo y digno de una película de James Bond.

En mi caso opto por elegir la cara con los relojes analógicos a la vista. No es que necesite especialmente la información que me proporcionan. Me basta con su belleza. De hecho, este valor estético es aplicable a todos los mandos, botones y detalles presentes en el interior del Bentley Continental GT W12. Todos sin excepción disponen de acabados casi propios del mundo de la joyería. Desde el mando del limpiaparabrisas hasta los aireadores del sistema de climatización o las tapas de los altavoces.

En este microuniverso uno se puede hasta permitir el lujo de escuchar las noticias por la radio sin ver el ánimo alterado. Ventajas de conducir un Bentley.

Bentley Continental GT W12 logo iluminado

Dinámico como nunca

En cualquier caso, y conforme dejo atrás la ciudad condal opto por poner música y centrarme en la conducción. Tengo claro adónde me dirijo y por qué: las faldas de Cabrera en Osona. No es la campiña ni es inglesa, pero sí se trata de un paraje natural con encanto y lleno de buenas carreteras sin tráfico ideales para conducir un GT.

En mi camino hacia allí recorro la C-17 hacia Vic, una autovía con tramos que bien podrían recordar el trazado de un circuito de carreras si no fuera por los múltiples radares que te encuentras en ella. A pesar de que no se pueda correr como antaño, sigue siendo una vía con un atractivo especial. El lugar perfecto para tomar consciencia de lo magnífico del comportamiento dinámico del Bentley en curvas rápidas donde se desenvuelve como pez en el agua.

Llegados a este punto recuerdo mi experiencia con la las 2 generaciones previas del Continental GT. Mi memoria evoca un coche que me pareció extraordinario, pero que en ocasiones se percibía algo pesado. La sensación ahora es distinta y se hace evidente que el salto cualitativo entre la generación actual y las precedentes es mucho más que notable.  La mayor diferencia se percibe efectivamente en el mayor dinamismo gracias a una mayor agilidad y estabilidad del chasis.

Belleza deportiva: cuando la clave está en el negro

Y tras una hora de plácido recorrido de unos 90 kms por autovía hasta llegar a Vic, tomo la carretera panorámica C-153 que cruza de Osona a la Garrotxa. Desde allí me desvío por caminitos hasta adentrarme en el paisaje más otoñal que podría haber encontrado. Una vez en la intimidad de la naturaleza, a los pies del Collsacabra, es hora de hacer una pausa para observar en detalle este Bentley Continental GT W12.

Bentley Continental GT W12 perfil
Lord Blasco no cambió el dinero de la comida para la gasolina, se encontró los restaurantes de la zona cerrados por el Covid-19.

Tras apearme de este bonito coupé me siento ante él para admirarlo como quien contempla una escultura. Las formas que se dibujan ante mi son majestuosas pero con aires deportivos. La elegancia es intrínseca en el diseño de Bentley, pero, ¿y la deportividad? También, especialmente si la resaltas con el negro: un negro brillante que ha sustituido todos los cromados característicos de la marca. El mismo negro que viste las agresivas llantas de 22 pulgadas de diseño Mulliner.  

Es el secreto de los packs Blackline de Bentley, unos paquetes opcionales que permiten a base de sustituir el cromado por el negro transformar la estética más clásica en otra mucho más deportiva.  El resultado salta a la vista, y para mi gusto es más que perfecto con un aspecto menos clásico pero más agresivo. Tras admirarlo durante un buen rato mi conclusión es clara: si un día tengo este coche tendrá que ser con paquetes Blackline.

Bentley Continental GT W12 detalle llanta

Bentley Continental GT W12: majestuosamente deportivo

Me gusta admirar el Conti aparcado. Sin embargo prefiero mucho más conducirlo. Así que tras otra breve pausa para comer en la calle aún sin perder la clase –malditas restricciones- me pongo en marcha de nuevo por las carreteras que me rodean. Sin rumbo, por el simple placer de conducir. El GT W12 es adictivo.

Con el modo de conducción en posición “Bentley”, el compromiso entre confort y deportividad es óptimo. A nivel de chasis, el buen comportamiento del bastidor del GT te da siempre la sensación de estar conduciendo un coche más ligero de lo que en realidad es – 2,2 toneladas.

Bentley Continental GT W12 trasera en carretera

Por su lado, la dirección resulta precisa y comunicativa, permitiendo dibujar trazadas perfectas sobre el asfalto. El trabajo de la suspensión neumática convierte el asfalto en una alfombra. Dicho de otra forma, hace que cualquier tipo de asfalto se convierta en bueno tras el volante. En estas circunstancias, uno no ve el momento de dejar de conducir.

Sin embargo, si queremos aumentar la emoción hay que pasar el modo de conducción a Sport: al hacerlo, el balanceo en cambios de apoyo desaparece por completo gracias al trabajo de las estabilizadoras activas mientras que el cambio en posición automático se vuelve más agresivo para ir más alto de régimen.

En este modo, conducir rápido por los tramos virados es una gozada. La combinación entre la tracción integral, el empuje del motor W12 de 635 CV y 900 Nm, la caja automática de 8 relaciones – que proviene del Panamera -, y el comportamiento del chasis permiten llevar un ritmo. El empuje al pisar el acelerador a fondo es tan descomunal como el ruido de los turbos soplando, un sonido que llega a eclipsar el ruido de los 12 cilindros.

La capacidad de frenada es casi exagerada, aunque siempre sin brusquedades. En definitiva, estamos ante un coche capaz de ir muy rápido, pero sin ser radical ni perder jamás la compostura ni la nobleza de comportamiento. Por más que te pegues un buen tramo a ritmo considerable, acabarás con el peinado intacto. Y después de una experiencia más intensa, nada como volver al modo confort para volver a casa con total placidez, como si nada hubiera ocurrido.

Bentley Continental GT W12 2020 en carretera

Hacia el final de una era

Una vez más, aprovechando el camino de vuelta a Bentley Barcelona, saboreo conscientemente cada kilómetro, cada metro recorrido en un vehículo tan especial.

Porque en definitiva, el Continental GT W12 de 3ª generación es un vehículo soberbio. Es además uno de los últimos Bentley en equipar el corazón de 12 cilindros de combustión puro, antes que la firma de Crewe acelere en su camino sin retorno hacia la electrificación.

Bentley Continental GT W12 prueba 2020

El Bentley Continental GT W12 es por tanto una de las piezas que cerrarán una la etapa de combustión para siempre. Una obra maestra, que incluso el día que no quede más gasolina en la tierra, valdrá la pena mantener aunque sea para contemplarlo como la pieza de arte escandalosamente sublime que es.

Texto: Dani Blasco

Fotos: Javier Lorite

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