Audi Quattro: comienza la fiesta
Audi Quattro: comienza la fiesta
Hemos podido rememorar los rallyes de los ochenta del siglo pasado, probar los últimos modelos con tracción Quattro, comprobando una vez más que la electricidad y la diversión no tiene que ir reñidas, y hemos sido copilotos de una leyenda viva de las carreras. Nuestra lista de deseos tiene un check más.
Quizá dicho por mí, que soy una enferma del deporte de los rallyes, no tiene mucha validez de cara al exterior, pero “larga vida a los rallyes”, no es solo por pasión, que también. Todo lo que envuelve a un rallye es único, mágico. Nadie va a un rallye por primera vez y no vuelve. Es algo que envenena. Es el ambiente.
Cuando vas a la fórmula 1, soñando con intentar ver a Fernando Alonso (a mí me ha pasado), te vas de allí con un sabor de boca un poco extraño. Como espectáculo también es inigualable, pero para ver a tu ídolo se tienen que juntar los astros, además de haber un perímetro para el espectador de muchos metros. En los rallyes esto no pasa. Puedes acercarte a Sébastien Ogier, puedes cruzarte con Ött Tanak en un patinete moviéndose por la asistencia y pararle para hacerte un selfie. Puedes ver el coche de Dani Sordo a dos metros de ti. Es un universo paralelo para los amantes del deporte.
Pero, además de todo este romanticismo que engancha al espectador, los rallyes han ayudado y siguen ayudando enormemente al desarrollo de nuevas tecnologías para las marcas y sus coches de producción. Sin ir más lejos, a partir de 2022, la normativa FIA para el WRC cambia radicalmente y se implementan motores híbridos en la competición.
Esto sin duda servirá para sacar conclusiones de cara a los próximos lanzamientos de las marcas. Pero esto no viene de ahora. Una de las firmas que más se involucró en el desarrollo de nuevas tecnologías a partir del mundial de rallyes fue Audi. Quizá ahora es impensable ver un Audi con barras de pegatinas, pero en el pasado tuvo un importancia clave en la competición y en los modelos de Audi que hoy en día conocemos.
¿Cómo empezó todo?
Con el primer motor Otto de cinco cilindros utilizado en el Audi 100 (C2) en 1976, la marca de los cuatro aros quería ponerse a la altura y superar a la competencia. El bloque de cuatro cilindros utilizado como base de partida se complementó con un cilindro adicional para aumentar la cilindrada y la potencia, lo que dio como resultado un motor de cinco cilindros en línea con 2.1 litros de cilindrada que ofrecía una potencia de 100 kW (136 CV).
Un moderno sistema de inyección de combustible aumentaba la eficiencia y la entrega de potencia. Junto con la tracción total quattro y el turbocompresor, el cinco cilindros aseguraba un cambio en la imagen de Audi y el éxito en el automovilismo.
El sistema de tracción quattro forma parte del ADN de la marca de los aros y ha sido aclamado tanto en los deportes de motor como entre los clientes desde la década de 1980. Cuando el Audi quattro debutó en el Salón del Automóvil de Ginebra de ese mismo año, supuso el estreno de una transmisión completamente nueva en el sector de los turismos: un sistema de tracción total que era ligero, compacto, eficiente y presentaba una distorsión mínima.
Esto hizo que, desde el primer momento, el concepto quattro fuera especialmente adecuado para coches deportivos. Y como resultado, la lista de logros de más de 40 años de quattro es impresionante. Hasta la fecha Audi ha fabricado alrededor de 11,8 millones de coches con tracción total.
Una leyenda de los rallyes
Para conocer su historia hace falta remontarnos a 1983, cuando la FIA creó dos categorías de rallyes, los grupos A y B. La más bestial sin lugar a dudas en toda la historia de los rallyes fue el Grupo B. Los fabricantes tenían carta blanca para poder diseñar los coches de competición. Fue el comienzo para la tracción a las cuatro ruedas, por ejemplo. Lo que más llamaba la atención era la modificación de los motores por medio de turbocompresores que multiplicaban la potencia de los vehículos, llegando incluso a los 500 CV.
Los A1 y A2 ganaron 11 rallies mundialistas. Hannu Mikkola (1983) y Stig Blomqvist (1984) fueron campeones con ellos. El Quattro Sport solo ganó el Costa de Marfil de 1984 y el E2 (550 CV) ganó el Rally San Remo de 1985 con Walter Röhrl al volante. Otra de las características por las que es conocida esta categoría, par algunos la más gloriosa de la historia de los rallyes, es que casi cualquier fabricante de automóviles podía participar.
Coches como el Lancia 037 Stradale, el Delta S4, Peugeot 205 o, en lo que nos acontece a nosotros, Audi Sport Quattro, vivieron su momento de gloria en el Grupo B. Debido al éxito de afluencia de la competición, muchos aficionados se agolpaban en las lindes de las carreteras para ver pasar a su coche favorito. La FIA consideró la extrema potencia de los vehículos como un peligro y en 1986 decidieron disolver el campeonato.
La tracción quattro hoy en día
A excepción de la gama A1, la tracción quattro está disponible como sistema de tracción total puramente mecánico en todas las series de modelos. El nuevo Audi RS 3 es el primero que ha incorporado la tracción quattro con el RS torque splitter, que distribuye el par motor entre las ruedas traseras de forma totalmente variable.
El e-tron y el e-tron Sportback inauguraron en 2018 la era de la tracción total eléctrica. En los modelos Audi e-tron, un motor eléctrico impulsa el eje delantero y otro el trasero.
Las versiones S de la serie e-tron representan un hito técnico particular: es la primera vez que se utilizan tres motores eléctricos en un modelo de producción en serie, dos de ellos en el eje trasero. En este caso la vectorización eléctrica de par, es decir, la distribución del par entre las dos ruedas traseras sin necesidad de una conexión mecánica como un diferencial proporciona al sistema de tracción quattro una agilidad y una tracción aún mayores.
Desde un punto de vista técnico no importa cómo se implemente el sistema quattro: siempre es sinónimo de una gran capacidad de tracción, una experiencia de conducción altamente dinámica y de la máxima seguridad. En todas las versiones quattro encontramos el sistema de control selectivo de par de las ruedas, que facilita la conducción en su límite dinámico mediante ligeras intervenciones en el sistema de frenos.
Los revirados y míticos tramos del Rally de San Remo, en Italia, fueron testigos de nuestro paso por allí con Audi RS e-tron GT y jamás me habría imaginado esa sensación de pura deportividad en un coche eléctrico.
La tracción quattro eléctrica distribuye el par entre los ejes delantero y trasero en función de las necesidades, desde cero hasta el 100%. Y lo hace de forma proactiva en condiciones resbaladizas o al conducir de forma deportiva en carreteras viradas, incluso antes de que se produzca el deslizamiento o el coche subvire o sobrevire.
No hace ruido, eso es cierto. Pero la diversión era tal, que incluso han conseguido que no lo eche de menos. Hablar de Audi es indirectamente hablar de quattro, y a los románticos como yo nos gusta trasladarnos al pasado. Pero lo cierto es que quattro ya forma parte del presente y del futuro, y no es por ser pesada, pero quiero pensar que es, en gran parte, el legado de los rallyes.