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Adiós a Frank Williams, una historia de superación constante

Frank Williams fue durante muchos años dueño de una escudería de F1 y se le consideró el Stephen Hawking del automovilismo. Recibió al Team CAR hace diez añospara repasar su trayectoria Hoy reproducimos parte de ese reportaje para recordar a una de las grandes leyendas del deporte del motor, quien nos dejó el pasado 28 de noviembre.

Frank Williams y Emilio Olivares
Con nuestro director, Emilio Olivares, en 2011.

Sir Frank Williams, 16 veces campeón del mundo –7 de pilotos y 9 de constructores–, fue nombrado caballero del imperio británico en 1999, pero sobre todo fue capaz de caer y de levantarse, de aprender, sobrevivir, luchar y brillar. Este tipo admirable, aunque no perfecto, por supuesto, hizo algo increíble. Volcó su Ford Sierra de alquiler tras unos entrenamientos en el circuito de Paul Ricard, a comienzos de marzo de 1986 –Williams tenía fama de conducir como un poseso–. Se aplastó su médula espinal y, tras estar al borde de la muerte, sobrevivió para quedar tetrapléjico. A los tres meses, atado para siempre a una silla de ruedas, estaba en su despacho, con dificultades para hablar, pero al timón.

Frank Williams y Ecclestone
Junto a Bernie Ecclestone.

Siempre al frente del equipo

Su equipo, con los diseños de Patrick Head, aquel ingeniero que convenció en 1977 para que fuese su socio al 30%, logró el título de ese año y el del siguiente, con motores oficiales de Honda. Los nipones, que no entendían cómo una empresa como Williams podía ser dirigida por un tetrapléjico, le abandonaron al terminar 1987.

Frank Williams y Alan Jones
Con Alan Jones en 1980.

Hubo otras consecuencias del dramático episodio. Frank había estado entregado totalmente al automovilismo dejando su matrimonio con Virginia Ginny Williams y su vida familiar, con tres hijos, en segundo plano. La antes sumisa esposa cambió. Se trataba de una nueva y diferente clase de vida para ambos.

Frank Williams

Debido a su tetraplejia Frank había perdido esa sonrisa cautivadora que era su mejor activo en la vida, personal y profesional; estaba irritable. Y Ginny agotada. En 1988 se separaron amigablemente. Williams no era, no es una persona que mire mucho hacia atrás. Volvió a sumergirse, si cabe con mayor profundidad, en su equipo y en el automovilismo.

Volcado en el trabajo

Empujado por su asistente personal que era como sus brazos y manos, Ian Cunningham, Williams entró con su silla de ruedas en las oficinas de Renault ese mismo año. La casa francesa le confió sus motores en 1989 y Williams volvió a ganar otros cuatro títulos de constructores. Hizo campeones a Nelson Piquet, Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill y Jacques Villeneuve.

Frank Williams

Podría haberlo conseguido con Ayrton Senna, pero una columna de dirección defectuosa provocó, en mayo de 1994, en Imola, el accidente que se llevó la vida del legendario tetracampeón brasileño. Junto a Patrick Head y algunos colaboradores Williams fue sometido a juicio en Italia, y al final sobreseído.

Siempre buscándose la vida

A mediados de los años noventa era evidente que cualquier equipo, para tener éxito y sobrevivir, tenía que disponer de un motor oficial e ingentes cantidades de dinero. Cuando Renault se retiró, a finales de 1997, tuvo que pagar por los motores Mechachrome, pero en 1998 su principal diseñador, Adrian Newey, se marchó a McLaren.

Frank Williams

En 2000, Frank ponía en marcha sus F1 con motor BMW y el primer triunfo con los germanos llegó en el GP de San Marino de 2001, con Ralf Schumacher. Tras 10 victorias con BMW, Williams protagonizaba una tensa separación de su aliado alemán al finalizar 2005. Mario Theissen, el director deportivo de la marca de Múnich, acusaba al equipo de no ser capaz de ganar un campeonato.

Una gran empresa

El equipo Williams, que había ganado su primer certamen en 1980 con Alan Jones y una plantilla de 50 personas, había derivado en una organización con 400 empleados. Head dirigía técnicamente, pero ya no dibujaba ni calculaba y para sus decisiones dependía de los informes de su equipo de diseño. Ya no era lo mismo y resultaba todo mucho más difícil.

Frank Williams e hija
Con su hija Claire Williams.

Además, las actividades se diversificaban: Williams diseñó para Renault el Laguna que ganó el British Touring Car Champion-ship de 1997, se había ganado Le Mans en 1999 con una barqueta diseñada para BMW, se había construido una treintena de chasis para la GP2 en 2009, año en el que también se estableció en Qatar el Williams Technology Center de investigación y desarrollo en temas de movilidad. Además, la tecnología que se había probado en los F1 del equipo en 2009 se vendía a Porsche y tenía buenas perspectivas para el empleo en el transporte público.

Frank Williams y Keke Rosberg
Con Keke Rosberg en 1985.

Tras dos temporadas con altibajos recibiendo motores Toyota, Williams adoptó los Cosworth en 2010. Sabiendo que la época de grandes glorias podría tardar en retornar y, para responder a la nueva época necesitada de grandes inversiones, Williams había establecido un departamento de marketing y de desarrollo de negocios varios años antes. Por ello, logró patrocinadores corporativos que le reforzaron comercialmente, el Royal Bank of Scotland, Philips, Allianz, ATT&T, Hewllet Packard y otros gigantes mundiales aparecían en la decoración de sus monoplazas.

Una historia de superación

Cuando se accidentó, en 1986, Frank Williams tenía 44 años. Los médicos vaticinaron que quizás no pasara de los 55 años. El año 2009 fue el de las grandes decisiones, Williams tenía 67 años y la compañía venía perdiendo bastante dinero desde 2006. Patrick Head estaba agotado de ir a las carreras, quería quedarse definitivamente en Londres. El viaje cotidiano en helicóptero entre la gran capital y el pequeño pueblo de Grove, sede del equipo, era caro y ya no le causaba gracia. Frank había tenido que vender su jet de ejecutivo para reforzar las arcas de la compañía. Un nuevo jugador aparecía en escena, el expiloto de carreras de resistencia, un broker y empresario austriaco de nombre Torger Christian, Toto Wolff.

Frank Williams

Head y Williams lo aceptaron como socio, al 10%. Toto les mostró una nueva realidad y nuevas posibilidades financieras, una salida corporativa, adaptada a la nueva época, necesaria si la Williams Grand Prix Holdings quería asegurarse un futuro. La historia de Toto Wolff ya es conocida, pero está claro que todavía no es comparable con el largo camino que recorrió Frank Williams. Su pasión le llevó a obrar varios milagros desde su silla de tetrapléjico. Admirable.

Frank Williams

Williams estuvo implicado en la gestión del equipo hasta mediados de 2016 cuando cedió la dirección a su hija Claire. No obstante, y aunque la escudería ya no era propiedad de la familia Williams –fue vendida en 2020 al fondo Dorilton Capital–, Frank siguió siempre con pasión los pasos de su equipo hasta el último de sus días. Descanse en paz.

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