Misma potencia, pero menos consumo y emisiones. La fórmula es ya archiconocida. Esta vez la ha adoptado el Land Rover Discovery Sport 2.0 TD4 150, que se olvida del anterior bloque de cuatro cilindros y 2,2 litros de cilindrada para esconder bajo el capó un nuevo cuatro en línea con menos cubicaje y así mejorar, como suele ser habitual, las cifras de gasto sin perder potencia ni prestaciones. Sobre el papel, la nueva incorporación a la gama le tiene que sentar muy bien a uno de los SUV más polivalentes del fabricante británico. Lo que voy a hacer es justamente comprobar si eso es cierto.

Vehículo Nacional

Dos propietarios

Libro de mantenimientos al día en concesionario oficial Land-Rover

Cámara de marcha atrás con sensores de aparcamiento delantero y trasero

Sistema de reconocimiento de señales

Terrain Response con cinco programas (normal, hierba/gravilla/nieve, barro y arena)

Sistema de cierre y encendido sin llave «Keyless Access»

Cambio Automático de 9 velocidades

Apertura y Cierre eléctrico del maletero con función manos libres

Control de crucero adaptativo con Queue Assist

Monitorización ángulo muerto,sensor de aproximación y detector de tráfico en marcha atrás

Volante multifunción con levas de cambio

Black Pack 19″ con techo en contraste

Sistema de navegación táctil

Climatizador automático

Black Pack 19″ con techo en contraste