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Comparativa: Volkswagen T-Roc, Toyota CH-R y Mini Countryman

Bienvenido a la ciudad, donde los coches utilitarios y, para los que tenían necesidades de mayor espacio, los compactos, eran los reyes. Ya no lo son. Los crossover compactos llegan con ganas de destronarlos, y estos modelos se cuelan, con suma facilidad, en el top 3 de ventas de sus respectivas marcas. El Mini Countryman fue uno de los primeros en llegar al segmento, pero Toyota C-HR híbrido, y Volkswagen T-Roc, quieren morder el pastel del británico.

Comparativa T-ROC

El T-Roc es el último en llegar, y el pequeño crossover alemán ha sustituido en la fábrica portuguesa de Palmela al cupé Scirocco y al descapotable Eos. Desde el primer día, el T-Roc se fabrica a un mayor ritmo que los otros dos modelos juntos en sus mejores tiempos. Dicho de otro modo, a Volkswagen, los T-Roc se los quitan de las manos.

Las razones son fáciles de entender. Aunque este crossover es más corto que el Golf, es más alto, más ancho y tiene más maletero por un precio un poco mayor ¿no es suficiente? Por supuesto que no, porque si se está vendiendo bien es por un diseño más sofisticado que nunca, con una ancha parrilla, un portón tipo cupé, bonitas luces led traseras, cromados, interior de colores y tonalidades exteriores llamativas. En resumen: el pack completo, y lo quieren tanto jóvenes que buscan un primer coche como familias marchosas o senior con ganas de conducir lo último. El T-Roc llega con el 1.0 TSI de 115 CV, caja manual y tracción delantera, la mejor combinación posible para este alemán, y tiene un precio, con el acabado Avance Style, de 24.470 euros.

Una gran competencia

El T-Roc llega a un territorio que estrenó el Mini Countryman. Antes del boom de estos crossover, Mini ya detectó que, en cuanto sus jóvenes clientes tuvieran una vida más activa, hijos, o ambas cosas, saldrían huyendo hacia otra marca, así que el Countryman tiene todo lo bueno de un Mini: diseño, calidad, personalización y conducción dinámica, pero con más tamaño, más espacio, más puertas y más tecnología. La segunda generación ofrece tracción delantera o total, cambio manual o automático, etcétera, aunque aquí llega con el 1.5 litros gasolina de tres cilindros y 136 CV que, con el acabado Cooper cuesta 28.250 euros.

Comparativa T-ROC

Pero si un coche ejemplifica a la perfección lo que es un crossover este es el Toyota C-HR. Nunca verás uno en un camino de tierra a no ser que su conductor se haya perdido, porque su diseño tipo prototipo encuentra acomodo en ciudades y carreteras, y no en medio del campo. No se ofrece con tracción total, y si en Europa hay un 1.2 litros turbo con cambio manual, en España solo se vende, con gran acierto, el híbrido, con un motor 1.8 litros y otro eléctrico que rinden 122 CV. Hay cuatro acabados, pero el Style Plus de 28.350 euros es el más deseado, aunque hay dos más por debajo y otro por encima para elegir un CH-R desde algo menos de 25.000 euros. Su diseño es sorprendente para ser un Toyota. Pilotos traseros, luces delanteras, su techo tipo cupé, gran alerón… todo ello lo convierte en un icono, y si sumamos que utiliza una evolución de la plataforma del Prius, nos termina gustando un poco más todavía.

Hora de conducir

Al volante, el T-Roc es un coche que gusta. El 1.0 TSI sale disparado en cualquier momento, mejor que los 1.5 TSI o 2.0 TDI, que tienen demasiado peso e inercias. La dirección es ligera y rápida, y el chasis, aunque es una evolución más económica del famoso MQB del grupo alemán, resulta refinado y seguro. Por dentro la pantalla multimedia es la mejor del trío, por claridad y facilidad de uso, pero los materiales son bastante duros y los asientos muy sencillos. En la parte trasera es uno de los más cómodos, y podrán ir un par de adolescentes o adultos sin pegas. El maletero, con 445 litros es muy profundo, tiene doble piso y lo podemos ampliar hasta casi 1.300 litros. Lo mejor es que a su volante se disfruta y que el motor no consume mucho. Eso sí, hay que elegir el pack de colores interiores para no encontrarnos con un ambiente muy gris.

El Mini tiene un interior muy alegre. De calidad y muy bien construido, el equipo multimedia está bien planteado, aunque queda algo lejos de la visión al estar la pantalla más baja que en sus rivales. Poco importa, porque el volante es el más directo y rápido y ofrece varios tipos de conducción. El rendimiento del motor es bueno, con muy poco sonido, de manera que apenas lo notamos en carretera. Delante el espacio no es abundante, pero tampoco escaso. Detrás se viaja muy a gusto con su gran altura y el maletero no solo es el más amplio –con 450 litros– sino que al tener el portón casi vertical, será el mejor si, por ejemplo, llevamos perros en el coche.

El carácter al volante está entre el Mini pequeño y sus rivales aquí presentes, lo que unido al motor más potente le da ventaja cuando rodamos por carreteras viradas. Eso sí, la lista de opciones es larga y no es barata. 

Comparativa T-ROC

Lo contrario ocurre en el C-HR, con packs de opciones cerrados y de precio ajustado. Bajo su aspecto, indudablemente el más llamativo del trío, se encuentra la mecánica más tranquila. Híbrido y automático, por la ciudad es un placer disfrutar de los muchos momentos de silencio que, además, calman nuestra conciencia, ya que sus emisiones son la más bajas del trío y también tiene ventajas en las ciudades más grandes, como poder circular en episodios de alta contaminación, ORA con precios reducidos, etcétera. Pero esto es secundario cuando nos enfrentamos a un diseño tan chocante. Por dentro continua el show, y una línea de luz azul recorre el interior. La pantalla central está alta y bien dispuesta, aunque dista de ser moderna y fácil de usar. Equipamiento y materiales son buenos. Destaca el equipo de sonido JBL por su extraordinario sonido. Lo que no es tan bueno es el espacio en las plazas traseras. A los peques les costará muchos años llegar a las manetas que abren las puertas, y siempre se sentarán muy bajitos respecto a las ventanillas.¿Un defecto? Depende. Al final todos viajan con su tableta. El maletero es grande, pero con 377 litros queda lejos de sus rivales y no se amplía fácilmente. Al volante no es un portento en agilidad, y de hecho el cambio de variador mata cualquier aceleración fulgurante para convertirla en un bramido sin resultados inmediatos. Eso sí, si nuestra conducción es tranquila, es el mejor y el más económico, y al volante tampoco es aburrido, sino que acabamos jugando con las inercias y el acelerador para recargar las baterías y lograr el consumo más bajo, a pesar de su mayor peso.

Hora de terminar

Como suele ocurrir en Volkswagen, el T-Roc es muy competitivo en todos los frentes, y además es atractivo. Tiene un interior de gran calidad, comparable al Golf, y como propuesta es realmente top. Qué decir del Countryman. Todo lo de un Mini en un formato mayor. El diseño no es tan bonito, pero todo lo demás está casi intacto: calidad, conducción, tecnología… y ese rollo premium que tanto gusta en este coche. El C-HR también es una gran elección. Más ecologista y con un diseño brutal, le falta algo de espacio en la trasera, pero por lo demás es un coche que apetece encontrarse cada día en el garaje, aunque su conducción tenga que ser pausada: ¡todo sea por el medio ambiente! Eso sí, por lo que valen te puedes comprar un compacto de sus respectivas marcas más potente y mejor equipado, cuestión de modas.

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