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Skoda Superb Combi: no falta de nada, no sobra nada

Puede parecer que una berlina con carrocería familiar es algo aburrido, sin vida, monótona como el camino al trabajo todas las mañanas. Un Superb, no. No es una berlina familiar como otra cualquiera, es el gran compañero de viaje, trabajo y placer. Si el modelo de carrocería normal ya es de un diseño muy atractivo, con la carrocería «ranchera» la cosa no cambia. Del Skoda Superb Combi nos gusta especialmente la trasera nueva, que a nada se parece, pero que mucho inspira. Lo primero elegancia, lo segundo dinamismo. El que ya de por sí tiene este coche. Nuestra unidad además es la versión 4×4, así que sus cualidades ya se han duplicado sin ni siquiera mover el coche. El Superb Combi comienza con un precio en la gama de 27.870 euros con el 1.4 TSI de 150 CV, aunque nuestro modelo es el más caro de toda la gama con un precio de 43.892 euros, pero porque además tenemos el acabado Laurin&Klement y el motor diésel TDI de 190 CV con el más que recomendable cambio DSG. Si algo le falta a esta versión, es nada.

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Detenidos ante el coche, lo miramos tratando de comprenderlo y analizarlo, como el que se compra una herramienta nueva y no hace caso a las instrucciones para ver como funciona y que tiene. Y lo primero que vemos es lo que no tiene, una bola de remolque. Estamos desconcertados ante un familiar sin este útil, pues son los modelos más recomendables para el uso de caravanas o remolques. Pero un momento, ¿qué es este símbolo en el borde del suelo del maletero? Bingo, una palanca extensible de la que tiramos hace que de los bajos del coche se descuelgue la bola de remolque. «Simply clever.» Con este sistema de escondite tus vecinos no temerán aparcar junto a tu coche. Habíamos mencionado el maletero. Es el segundo más espacioso del mercado y el primero en su categoría con 660 litros, que suben hasta los 1950. Te cabrá hasta la suegra. 

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Hablando de espacios, tenemos un familiar de los que da la talla. El Skoda Superb Combi tiene más espacio en las plazas traseras que la berlina y más altura de techo, por lo que el espacio del habitáculo es sustancial. Si quieres algo similar en medidas y espacio, tienes que tener una cartera más grande, pues el Superb supera a sus rivales directos como el BMW 320d Touring o su hermanastro el Passat Variant, y casi iguala a modelos como el Audi A6. Quién dijo que para tener mucho había que pagar en proporción. En resumidas cuentas, te sentirás cómodo en el coche, sobretodo al volante, gracias a la plataforma modular MQB y el sistema opcional de chasis adaptativo DCC con el que también disponemos de varios modos de conducción. Es opcional pero es recomendable, pues la regulación de la suspensión en los cuatro modos distintos, ECO, Confort, Normal, Sport, más un quinto rcar19_Individual, es muy apreciable, como también la sensibilidad del acelerador y el cambio DSG, que nos da más contundencia en el modo más deportivo.

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La bola de remolque va muy bien complementada con la cámara de visión trasera, con la que también podemos tener el Park Assist. A la hora de maniobrar para acercarnos al enganche del remolque podemos hacerlo con comodidad y precisión a través de la pantalla de hasta 8 pulgadas. Con el remolque detrás el coche se muestra muy seguro y natural, además de preciso y capaz en las cuestas gracias a que contamos con el motor de 190 CV y la tracción a las cuatro ruedas. Para probarlo a conciencia enganchamos un remolque de barco, con el que comprobamos que dependiendo de la situación el Superb Combi puede dejar el barco casi en el mismo agua. Hay que estar pendiente de que los escapes no se sumerjan en el agua, pero tenemos un poco de margen. Por la arena del embarcadero el coche se comportó bien, como un adulto serio y responsable, y no como un niño que quiere jugar con la arena y mancharse. Pero si dado el momento nos queremos descamisar también podemos, que gracias al sistema 4×4 tendremos una seguridad extra.

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Después del chapuzón nos dio por un paseo mas tranquilo. Por unas carreteras con curvas y varios cambios de nivel, teniendo en cuenta que llevamos un motor 2.0 TDI de 190 CV y tracción total, hicimos un consumo medio de 7 litros, que luego bajó a 6,3 de vuelta a casa por la autovía y los pocos kilómetros de ciudad hasta aparcar. En este paseo probamos otro remolque, esta vez de caballos, para ver que tal se comportaba ahora el Skoda Superb Combi. Y volvió a hacerlo con brillantez, incluso atravesando algún camino estrecho, donde comprobamos que el coche va de maravilla sobre asfalto o tierra.

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Podríamos haber dormido en sus plazas traseras abatiendo los asientos, pero decidimos aparcar el espíritu aventurero por ese día y volver a casa en la comodidad de sus asientos delanteros, en cuero de color negro marrón. No aspira a subir de categoría, porque no le hace falta siendo el mejor de la suya, con ese espacio, esa utilidad práctica y comodidad, y esa eficiencia en carretera o botando un barco. No le falta de nada el Superb Combi, no le sobra de nada al Superb Combi 4×4 DSG.

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