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Rolls-Royce Mónaco trae la excelencia a Madrid

Rolls-Royce –integrada en BMW Group– ofrece modelos que, objetivamente, están a un nivel de calidad, refinamiento y acabados que no tienen competidores. Y basta con ponerse al volante de un automóvil como el SUV Cullinan para ser consciente de ello. En España Rolls-Royce no tiene representación oficial, pero a pesar de ello sí cuentan con clientes fieles. Para ellos, y para otros potenciales compradores, Rolls-Royce Motor Cars Mónaco organizó unas jornadas de pruebas con sus últimos modelos. El concesionario monegasco cubre también los mercados de Francia, Andorra, España y Portugal, y el servicio técnico está garantizado por RR Motor Cars Ownership Service Madrid y RR Motor Cars Ownership Service Barcelona. Rolls-Royce Mónaco es ahora parte del grupo BPM, fundado en 1959 y líder del sector automovilístico –en 2021 BPM compró Mónaco Luxury, propietaria de Rolls-Royce Mónaco–. Actualmente representan a casi veinte marcas en Francia y en el Principado, incluyendo a Aston Martin, Bentley, Ferrari, McLaren, Mercedes-Benz o Pininfarina. 

Los responsables comerciales trajeron hasta el Hotel Villamagna de Madrid tres automóviles, dos Cullinan y un Ghost.  Nuestro primer impulso fue subirnos en el Cullinan, que toma su nombre del diamante más grande jamás encontrado, y que actualmente se encuentra entre las joyas de la corona británica. Cuando fue lanzado, hubo quien criticó su diseño por cuadrado y poco estilizado, pero la alta demanda ha dado la razón al fabricante británico. El responsable de diseño exterior, Felix Kilbertus, declaró: “En Rolls-Royce visualizamos un auténtico todoterreno de carrocería alta, con un diseño que desafiaba las convenciones y una capacidad absoluta que satisfaría los impulsos aventureros de nuestros clientes”. Además, una cosa es verlo en fotos y otra verlo en por las calles de Madrid, donde resulta absolutamente imponente, con sus 5,34 metros de largo y una altura de 1,83. Tras abrir las puertas enfrentadas y acomodarnos en una de sus butacas de cuero nos sentimos en un universo aparte.

El ‘nuestro’ iba pintado en color Bespoke Olivin y tapizado en cuero blanco con detalles en color verde caza, y en el techo brillaban cientos de puntos de luz (se hace con fibra óptica). Incluso se puede encargar un ‘cielo’ que replique la posición de las estrellas en un día concreto. Como todos los Rolls, lleva un motor V12 biturbo de 6.7 litros; rinde 570 CV, con un par máximo de 850 Nm. Puede acelerar de 0 a 100 en solo 5 segundos y alcanzar 250 km/h, pero está pensado para hacer las cosas con calma y elegancia. También emplea tracción y dirección a las cuatro ruedas, porque no hay que olvidar que ofrece verdadera capacidad off-road. Es perfecto para ir a cualquier sitio sin esfuerzo, con el máximo lujo y comodidad, gracias a la suspensión neumática. 

Otra opción era conducir el Ghost, la berlina ‘pequeña’ –que mide 5,54 metros–, que se posiciona por debajo del enorme Phantom. Es la segunda generación de este modelo –la primera se vendió entre 2009 y 2020–, el Rolls más parecido a un Audi A8 o a un Mercedes Clase S, y también el más discreto. De hecho, desde la marca dicen que “refleja la filosofía de diseño ‘Post Opulent’, rechazando expresiones superficiales de riqueza”. Las puertas se abren y cierran eléctricamente, sin esfuerzo, y merece la pena quitárselo al chófer y ponerse al volante. Así es posible disfrutar de su motor V12 biturbo con 571 CV, tracción total y dirección a las cuatro ruedas. En Rolls no dan precios de sus modelos porque cada coche está hecha prácticamente a medida, pero las unidades concretas de Cullinan y Ghost que probamos costarían, matriculadas en Madrid, 534.000 y 504.000 euros, respectivamente. 

Guido Giovannelli, director general de Monaco Luxury y BPM Exclusive

El ejecutivo italiano tiene una amplia experiencia en el sector, y hasta hace un año ocupó el cargo de director general de Maserati EMEA (Europa, Oriente Medio y África). Fue él quien nos recibió amablemente, y nos introdujo en la realidad de la marca británica: “Parte del éxito de Rolls-Royce es su profunda comprensión del mundo único en el que viven sus clientes. La clientela de Rolls-Royce solo espera lo mejor, y en Rolls-Royce Mónaco queremos ofrecer a los clientes españoles una experiencia de compra totalmente personalizada, que comenzará con la posibilidad de probar los coches regularmente en su propio país, además de tener acceso a las experiencias y colaboraciones más exclusivas. En términos generales, el sector del lujo de alta gama está creciendo en España. Solo en Madrid se abrieron un total de 13 hoteles de lujo entre 2020 y 2022, y al menos seis nuevos se inaugurarán en 2023, por lo que creemos que hay un gran potencial en este país para la marca Rolls-Royce”. 

“He trabajado muchos años en el sector del automóvil de lujo, pero es cierto que cuando en mi primera reunión descubrí Rolls fue una gran sorpresa, porque es una marca increíble, que representa el verdadero lujo. Pero no solo los coches, sino también las personas, la factoría, es impresionante cómo trabajan para hacer realidad los deseos de los clientes, la personalización, cada detalle”. 

¿Qué porcentaje de sus clientes son de Mónaco o Francia, y cuántos del resto del mundo? “Actualmente la mayoría de nuestros clientes, aproximadamente dos tercios, vienen de Mónaco o de zonas francesas cercanas. Pero este año hemos tenido clientes de España y Portugal”. 

¿Cree que hay un perfil de cliente específico de los Rolls? “Lo que hemos visto en Mónaco es que son cada vez más jóvenes, más abiertos a las novedades. Una cifra muy sorprendente es que la edad media de nuestros clientes, a nivel mundial, está entre 40 y 45 años, bajísima si se compara con cifras del pasado. Y también si se comparan con marcas como Porsche, con una edad media de los clientes de 47 años. La línea Black Badge, por ejemplo, tiene un estilo más moderno y agresivo, y suele ser la preferida por los clientes jóvenes”. 

¿Cuál es el modelo que más venden? “El Cullinan, el SUV, el coche más versátil de la gama. Sus ventas suponen aproximadamente un 40 por ciento; no sé la cifra en todo el mundo, pero supongo que será parecida”. 

En 2019 se inauguró un concesionario Rolls en Barcelona (impulsado por una empresa de Emiratos Árabes) pero cerró pronto. ¿Cree que hay clientes potenciales para su marca en Portugal y España? “Creo que sí, en este momento en España nuestros clientes tienen el servicio asegurado, ya que disponen de talleres en Madrid y Barcelona, que son independientes, pero que trabajan con nosotros. Estamos evaluando el potencial que tiene el mercado español en cuanto a ventas, y dándonos a conocer en eventos como este para ver la reacción de los clientes”. 

El nuevo Spectre tiene un aspecto fantástico, ¿pero cree que sus clientes están listos para la electrificación? “Sí, pudimos ver el coche en mayo y es fantástico, impresionante. También pudimos mostrárselo a algunos clientes en Reino Unido en junio, y sus reacciones fueron muy positivas. Rolls necesita electrificarse, y creo que será bueno para nuestros clientes, que sabrán apreciar sus ventajas. Un Rolls ha de ser silencioso y debe ofrecer mucho par motor, y para esto la propulsión eléctrica es perfecta”. 

Coches con alma

Iván Malagón, odontólogo de prestigio mundial, fue uno de los vips convocados por Rolls para conocer su gama. El doctor es muy aficionado a los automóviles especiales y personalizados, y muestra de ello es el Brabus G550 Manufaktur o el Aston DB11 desarrollado por el departamento Q que guarda en su garaje. Le pedimos que nos hablara de su experiencia, y accedió amablemente. “El lujo en su máxima expresión es el tiempo. Todo se puede comprar, excepto el tiempo. Eventos e invitaciones para probar coches, hay muchos, pero cuando te subes en un Rolls Royce Cullinan, ese tiempo tan preciado, se detiene: vivir la armonía, el bienestar; sentir el olor a madera natural, a cuero perfectamente tratado para que tus dedos, y tu olfato, comprendan que no se trata de un coche de lujo cualquiera, sino que estás conduciendo la historia de una empresa centenaria que cuida los detalles, porque eso es lo que marca la diferencia; la atemporalidad. Lo que no pasa de moda no muere, permanece. Hoy en día recibimos muchos inputs, estímulos de todas partes, sin historia, creados únicamente para un instante o para ser mostrados en un post en una red social, y que mueren inmediatamente después porque carecen de alma. Yo soy muy sensible, y procuro disfrutar de cada una de las sensaciones que tengo la suerte de experimentar; nunca antes había conducido un Rolls Royce, y ha sido una mezcla de excitación y de emoción tremenda, porque se juntaron la tradición inglesa con un paseo por la ciudad más bonita del mundo, Madrid”.

 

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