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Reunión Club DeLorean: long live the dream

El pasado 25 de octubre, como viene siendo norma después de la temporada estival, tuvo lugar la Reunión anual del DeLorean Club España. Esta ha sido la cuarta ocasión y el lugar elegido fue Salou. Parece que los 80 están de vuelta, o es que ¿acaso nunca se quisieron ir? Al menos eso opinan los miembros del Club. La pequeña familia española DeLorean está compuesta por nostálgicos de épocas pasadas, de los tiempos bien medidos y, por encima de todo, de amantes de aquella industria del automóvil en la que había sitio para un vehículo que podía ser más que un elemento adicional destinado a ir del punto A al B. Italdesign, ingeniería de Lotus y alas de gaviota ¿se puede pedir más?

Los orígenes del Club DeLorean

Como suele ocurrir en todos los grupos lo difícil es el comienzo y éste no es una excepción, pero con un catalizador como el DMC 12, el resultado de la fórmula siempre es positivo. Las bondades o posibles mejoras, siempre parecen ser el fundamento principal de discusión en el club, pero este año la localización de la reunión invitaba todavía a más.

Así lo pudieron comprobar los miembros del Club DeLorean en Salou, a un salto de Tarragona, la ciudad de origen romano. Durante la primera jornada el grupo disfrutó de una visita guiad por la ciudad. Por un momento se trasladaron en el tiempo y descubrieron cómo vivían aquellas primeras sociedades, el crecimiento, la decadencia y finalmente su desaparición.

El día avanzaba y mientras los vehículos quedaban expuestos en la plaza Corsini para deleite de los aficionados, sus propietarios pudieron degustar diferentes delicatesen ofrecidas por Tarragona. Así concluía la primera jornada de la tres que la organización tenía preparada. El sábado era el de día de ruta y el tiempo acompañaba. El DeLorean cuenta con un motor v6 de 2.850 cc y una relación de 5 marchas que lo convierte en un GT perfecto para recorrer largas distancias sin llegar a destino agotado.

Tras escasos 40 minutos, la caravana ya se encontraba en el Parque Samá, donde de nuevo era turno de conjugar historia y pasión. Tras una sesión de fotografías, el grupo fue guiado por las 14 hectáreas que componen el
parque ideado por el Marqués de Marianao Don Salvador Samá y Torrens, a comienzos del Siglo XX. La visita fue endulzada por una degustación de aceites y vermouths.

El día no terminaba, y otra vez en la carretera camino de vuelta, otra visita con historia esperaba al rallye. El Castell de Mas Calvó. La familia Ferrero tuvo en esta ocasión la cortesía de permitir el acceso a la finca en la que se encuentra el singular edificio que data del Siglo XII. Consiste en una casa fortificada con varias arcadas y un patio gótico unido a una capilla, elementos éstos últimos que rara vez se conjugan en esta clase de edificaciones singulares. “Si los muros pudiesen hablar…”.

Pero como no todo es historia, dentro del programa y como viene siendo habitual en las reuniones, la tarde del segundo día queda reservada para la mecánica. El DeLorean DMC-12 cuenta con una mecánica sencilla, un sistema Kjetronic de inyección de gasolina, frenos de disco en las cuatro ruedas, suspensión independiente en ambos ejes y una serie de comodidades tales como el cierre centralizado, elevalunas eléctricos y aire acondicionado, que hace casi 40 años no se encontraba ni aún a sobreprecio en ningún automóvil europeo. Ello supone, como es razonable, que un mantenimiento de los sistemas resulta casi obligatorio.

Noche de sábado en la Costa Dorada, de nuevo la organización guardaba una sorpresa y no defraudaron. Los miembros del club pudieron degustar una excelente cena amenizada por música en directo, como siempre el centro de discusión el coche plateado. También hubo baile, parece ser que el Rock & Roll sigue en la onda.

Más que un club, una familia

La noche avanzaba y el domingo asomaba aunque de fondo bien se pudo oír a uno de los miembros, “¡ya queda menos para la próxima!”. Como buenos amantes del automóvil y de la competición, durante la última jornada siempre queda espacio para quemar algo de adrenalina. Esta vez el destino elegido para ello fue el circuito de karting más cercano. No hubo perdedores.

Grupo Club DeLorean

Y así concluyó la cuarta reunión del Club DeLorean. El infame coche inoxidable que llevó a su creador y soñador John Z. DeLorean, a la ruina, una vez más ha conseguido condensar amistad, camaradería, debate y pasión, ¿quién se lo hubiese dicho? “Long live the dream”.

Texto: Jon Villamor

Fotos: Pablo Bayo-Airmadrid

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