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Realidad aumentada: Comparativa Alpine A110, Lotus Emira y Porsche Cayman

El Emira es el Lotus más importante desde hace décadas y lo enfrentamos a sus rivales directos, biplazas compactos capaces de hacernos vivir experiencias propias de superdeportivos.

Disculpe”, me dice una mujer que conduce un Mercedes, deteniéndose junto a nosotros. ¿Es este el nuevo Lotus Emira? Mi jefe acaba de encargar uno. “Lamento interrumpir”, dice otro hombre saliendo de su Range Rover, con el teléfono en la mano. “Te importa si tomo una foto del Emira? Estoy pensando en apuntarme a la lista de espera. Mi otro coche es un Ferrari...”. 
Rodamos por caminos rurales casi libres de tráfico, en medio de la nada, un territorio perfecto para probar tres de los mejores deportivos del mercado mundial. Naturalmente hoy el protagonista es el nuevo Emira, y las primeras impresiones son que está a la altura de las expectativas. Estoy solo, pero tengo el volante más comunicativo del mundo entre mis manos, y con su forma ligeramente octogonal transmite todo tipo de detalles respecto al firme por el que circulamos. Este volante necesita un agarre razonablemente firme en una carretera llena de baches, ya que la dirección del Emira es más viva y más propensa a desviarse que la de un automóvil moderno normal. Esto no es una crítica, porque este biplaza es mucho más vivo y emocionante que la media.  


Lotus ofrece a los compradores dos configuraciones de suspensión a elegir: Tour (lo que llevaba nuestra unidad) o Sport, más firme, ambas con amortiguadores convencionales. Es más firme de lo que esperaba, pero fiel a la tradición de Lotus, sigue siendo compatible. El agarre lateral es fenomenal, el frenado y la tracción aún más. En cada curva piensas con júbilo “¿esto es todo lo que sé hacer?” Porque puede frenar más tarde, llevar más velocidad y obtener potencia antes de lo que tus sentidos te dicen que debería ser posible.
Sin embargo, a diferencia de algunos deportivos de alto rendimiento, el Emira no se siente distante, sino que la inmersión es total. Estás involucrado y comprometido, a cualquier velocidad. Hay mucha emoción invertida en este automóvil. Es el último deportivo de gasolina que la marca fabricará, y el primer modelo verdaderamente nuevo desde hace muchos años –un Lotus en toda regla. 

Llegan los invitados

Detrás del coche inglés rueda una máquina color ‘Python Green’ que lleva muchos años siendo una referencia en cuanto a deportividad y equilibrio dinámico, el Porsche 718 Cayman. Y además, este es el GTS de 4.0 litros. Ya se sabe que mientras las versiones básicas de Boxster y Cayman emplean un cuatro cilindros bóxer turbo, el GTS disfruta de un sensacional seis cilindros bóxer atmosférico que rinde 400 CV. 

En el Emira la inmersión es total, estás involucrado y comprometido con la conducción a cualquier velocidad. Es el último Lotus de gasolina.

El biplaza germano está a la par con el Lotus en precio y en potencia. Nuestro Emira 3.5 V6 con compresor (400 CV) tiene las especificaciones ‘First Edition’, muy equipado, lo que significan 110.000 euros en el mercado español. Más adelante llegará la versión con el explosivo motor cuatro cilindros turbo de AMG y 360 CV. Desde Lotus Cars Barcelona nos han confirmado que la marca se está reorganizando para recibir al Emira y al nuevo SUV eléctrico, bajo el paraguas de Lotus Europe y con una estructura comercial mucho más fuerte que hasta ahora. Por su parte, el 718 Cayman GTS 4.0 es más barato y tiene un precio inicial de 96.800 euros, aunque con el equipamiento equivalente su precio final sería más o menos parejo.


Si Lotus y Porsche te resultan un poco excesivos por potencia y precio, el inconfundible cuarteto de luces que se mueven detrás del Cayman son el contrapunto ideal. En cierto modo, el Alpine A110 ha ocupado el puesto de deportivo muy ligero y con motor pequeño que ha dejado vacío Lotus. Y lo decimos porque han posicionado al Emira más alto de lo que estaban el Elise, Exige y Evora, que ya no se fabrican. El Alpine nos enamoró cuando se lanzó en 2017, y en la gama 2022 se comercializan el A110, A110 GT y A110 S, el que nos ocupa. Esta es la versión más rápida y deportiva, con más potencia (300 CV), más agarre y una suspensión mucho más firme que el A110 normal. 
Mientras que el A110 normal cuesta 62.200 euros, el S sube hasta los 74.800 euros. Y en el caso de nuestro coche, con una generosa cantidad de opciones, estamos cerca de los 80.000. Tenemos por tanto dos deportivos muy diferentes y maravillosos para comparar con el Emira. Sin embargo, en términos de puro espectáculo y presencia, el Lotus parece imponerse, con ese color ‘Seneca Blue’. Alguien lo define como “un McLaren por 110.000 euros”, y es difícil no estar de acuerdo. 

El Alpine es todo lo ligero que puede ser un coche actual, hecho entero de aluminio 

No obstante, las proporciones de la cabina del Emira, similares a las de un superdeportivo, le hacen poco práctico, y no hay maletero delantero. Y aún así parte de las exigencias en el desarrollo del Emira han sido ser el Lotus más cómodo de usar. 


Una de las ventajas del Cayman es su practicidad, con dos maleteros. Cuenta con un buen compartimiento de equipaje debajo del capó y un maletero secundario en la parte trasera.
El Alpine también tiene un segundo maletero delante, pero es muy poco profundo, mientras que el hueco en la parte posterior es pequeño. El maletero trasero del Emira es mucho más grande y podría llevar dos bolsas blandas de tamaño decente. 
Respecto al acceso al interior, en los tres el más fácil de lo que podría parecer teniendo en cuenta su altura, y también son amplios por dentro. En el Emira hay mucho sitio para dos adultos altos, y un espacio notable para las piernas del pasajero. El único inconveniente es que los anchos huecos de los pasos de rueda desplazan un poco los pedales hacia el centro, un hecho que es más perceptible en esta unidad de preproducción con volante a la izquierda.

Hay mucha magia en el Cayman, en pocos metros te sientes como si lo hubieras conducido durante años

Cómodos de inmediato

Y en cuanto a almacenamiento interior, el Emira gana. Hay compartimientos en las puertas, una ranura para el teléfono, grandes portavasos/bolsillos de almacenamiento, una cavidad debajo del reposabrazos central y un estante utilizable para equipaje detrás de los asientos delanteros. El Porsche también ofrece un portaequipajes sobre su motor plano y, si bien el interior del Emira es, hablando objetivamente, el más práctico, hay algo en la cabina del Porsche que te hace sentir cómodo de inmediato. Al igual que la forma en que conduce. Porque hay algo mágico en el 718. Cada coche tiene una fase de familiarización, unos kilómetros para sintonizarte con él. Todos excepto el 718. En unos pocos metros ya te sientes como si lo hubieras conducido durante años. Esos acabados, ese olor, esa instrumentación… es como retornar a un lugar donde viviste grandes momentos. Hay algo en su bajo centro de gravedad, la forma en que todo el automóvil gira alrededor de un punto central, y lo predecible que es su manejo, incluso más allá del límite. Lleva en el brazo derecho del volante el mando circular para elegir entre los cuatro modos de conducción: Individual, Normal, Sport y Sport Plus. También es el único de los tres que lleva amortiguadores adaptativos, con posición Normal o Sport. 

El Lotus tiene una especie de exotismo juvenil, es un mini superdeportivo manual

El equilibrio es notablemente neutral, sin apenas subviraje. La caja de cambios manual, aunque con un embrague algo pesado de recorrido largo, es brillante. Los desarrollos son más bien largos, y en segunda puede superar los 120 km/h. Se siente muy rápido, sube de vueltas con rabia (hasta las 7.000 rpm), con una preciosa melodía, gracias a su contundente motor, y también al escape deportivo. cuyo sonido se puede regular mediante un botón.
En los otros dos coches, esa fase de adaptación para romper el hielo también es efímera: confías en ellos intuitivamente. El Lotus tiene un sonido industrial al ralentí y a bajas revoluciones, que cuando alcanza las vueltas suficientes se convierte en un aullido agudo y agradablemente estridente como el de un coche de carreras. No obstante, su mecánica de origen Toyota no es tan carismática como la del coche alemán. 

Respecto al Alpine, lógicamente su cuatro cilindros turboalimentado de 1.798 cc no tienen la misma pegada que los seis cilindros de gran capacidad. Pero sigue siendo un motor vibrante, con sonido bonito y gran capacidad de respuesta, que se adapta a su carácter compacto inspirado en los rallyes. 
El Alpine es el automóvil más pequeño del grupo, y sus dimensiones hacen que se sienta casi como un coche clásico para conducir. Recordamos que para Gordon Murray, el célebre ingeniero incondicional de los modelos ligeros, el Alpine es su deportivo favorito de la oferta actual. El coche galo también inspira confianza: los frenos son simplemente poderosos, y su alucinante ventaja de casi 300 kg menos que sus rivales pasa a primer plano. Se nota en las curvas, en los cambios de apoyo o en las zonas bacheadas, es un coche realmente diferente y especial, para sibaritas de la conducción. En contra de su clasicismo está el hecho de ser el único de los tres que no se ofrece con cambio manual. La configuración del chasis es muy diferente a la del A110 normal, con muelles un 50% más firmes y barras estabilizadoras un 100% más rígidas, además de una altura más baja. Hay quien opina que el A110 básico, más suave, más lento y menos costoso, tiene más sentido. Al perseguir al Cayman, tal vez el A110 S pierda un poco de ese carácter de clásico moderno, y el manejo tiende más hacia el subviraje que en el A110 básico.


En el interior los tres coches tienen una pantalla táctil, y son compatibles con el smartphone y todo eso. Pero en términos de diversión al volante, no de experiencia digital, el Emira ofrece las sensaciones más intensas de los tres. Casi hasta el punto de que conducirlo se puede convertir en un trabajo duro si eliges la configuración Sport. El biplaza inglés tiene lo que podríamos llamar exotismo juvenil, parecido a lo que sería un superdeportivo moderno con cambio manual. Aún así, su caja de seis velocidades no es perfecta. Puede ser reacio a dar marcha atrás (era un problema en el Evora también) y necesitas concentrarte para ejecutar un cambio perfecto y suave. Pero la sensación de satisfacción cuando lo haces es inmensa.
Entonces, ¿por qué deberías gastar tu dinero en un 718 Cayman o en un Alpine? No es una cuestión fácil. Lo seguro es que, independientemente del veredicto de esta prueba, cualquiera de los tres es un deportivo sublime.

Hora de las conclusiones

El Alpine, en cierto modo, es el automóvil más similar a lo que solía ser un Lotus. Es de bajo peso, tamaño pequeño, una lección magistral de potencia y agarre equilibrado. La versión S no es para todos, especialmente por el dinero extra que supone, pero si valoras mucho la dinámica, o te apetece meterte en circuito de vez en cuando, ofrece ventajas claras sobre el Alpine básico, maravillosamente ligero y manejable. El Alpine también es una propuesta diferente a los otros dos: está más cerca de ser un deportivo junior que un superdeportivo. Esto no es una crítica, y para muchos conductores experimentados que conocemos, eso podría convertirlo en el automóvil más deseable del grupo. Es maravilloso, pero ocupa un espacio diferente. Y por mucho que sus compactas proporciones sean una virtud, también le roban algo de practicidad.

El Cayman sube de vueltas con rabia y con un sonido precioso, también destaca en facilidad de uso y visibilidad

Respecto al Cayman, se ha convertido en un deportivo cupé tan popular que es casi una elección obvia. El Lotus es un poco más emocionante, tanto para vivir una experiencia de conducción inmersiva como para verlo. También marca un avance considerable en la comodidad interior y la ergonomía de los modelos Lotus. Pero el Porsche gana por puntos. Es como un piloto de F1 que gana el campeonato al terminar en el podio en cada carrera y obtener la victoria ocasional aquí y allá. Para extender esa analogía, el Lotus es como un piloto que gana cinco carreras seguidas y con frecuencia califica en la pole, pero tiene demasiados abandonos. Por cada aspecto medible y racional (respuesta del motor, facilidad de uso, visibilidad, calidad interior percibida), además de la cuestión más subjetiva de la satisfacción del manejo en carretera, el Porsche se lleva la victoria. Sin embargo, los deportivos son cualquier cosa menos racionales. El Alpine es una delicia que aquellos que saben ver más allá de los CV o el tamaño, y valorarán su pureza y su carácter único. El Emira es un automóvil emocional de principio a fin, un mini supercar. Así que, aunque el Porsche Cayman gana esta prueba, si has pedido un Alpine A110 S o un Emira V6, no te decepcionarán. 

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