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Prueba Tesla Model X, la moda se electrifica y se sofistica

Tesla nació con el Roadster, un deportivo biplaza cuya base era un Lotus y cuyas baterías duraban apenas unos 200 km. Fue una serie limitada pero puso la semilla de lo que es la marca ahora. Llegó el Model S, la berlina eléctrica que traía bajo el brazo una autonomía muy decente, cada vez mayor en las actualizaciones y que además se podía considerar premium. Fue un éxito para Elon Musk y animó a la compañía americana a lanzar su segundo  modelo de producción en masa, el Tesla Model X. Estamos ante un SUV con todo lo que uno pueda necesitar en el día a día y además pensado para la comodidad de hasta 7 ocupantes. Es hora de comprobar si estamos ante un auténtico SUV.

En lo tocante a su diseño no es nada rompedor, sigue la línea de lenguaje de diseño que estrenó el Model S en cuanto a las ópticas, los paragolpes y la silueta lateral. Es decir que podría ser considerado como un Model S hecho SUV, pero con mucho acierto pues no queda desproporcionado. Eso sí, es igual de grande, superando los cinco metros de largo, pero como veremos, esto tiene sus ventajas dentro.

El Tesla Model X se ha creado para ser lo más cómodo posible y eso incluye todos sus aspecto. Por ejemplo las puertas. Se pueden abrir desde la llave del mando, todas ellas, y dado que no tenemos tiradores, para accionar la apertura con la mano basta con apretar la moldura metalizada donde iría el tirador normal. Pero además, hay una función que se puede activar o desactivar para que al desbloquear el coche con la llave la puerta del conductor se abra. Todo funciona igual para cerrar, podemos usar la llave, los tiradores o hasta la pantalla de 17″ de su interior. Pero además, la puerta del conductor se cierra al pisar el freno, momento en el que el coche se enciende y entiende que queremos emprender la marcha. Todo lo hace con suavidad y una rapidez correctas.

Hablemos de sus populares Falcon Wings (alas de halcón). Sus dos puertas traseras han sido pensadas para ofrecer el mejor espacio posible para subir a bordo, tanto de la segunda fila, como de la tercera opcional. Además, lejos de lo que podría parecer, necesitan menos espacio en el lateral para abrirse que un coche con puertas convencionales. Y es que no se abren como en un Mercedes SLS, donde son rígidas, sino que pivotan sobre dos puntos y los seis sensores que llevan permiten abrirse sin golpear el coche de al lado o el techo de cualquier garaje.

Con ellas es muy fácil entrar y salir, y para cerrarlas hay un botón en un lateral de estas si estamos fuera del coche, o uno junto al pilar B si estamos dentro. Como he mencionado hay plazas traseras opcionales. El Tesla Model X se puede configurar en 5, 6, 0 7 plazas, teniendo que pagar cerca de 6.000 euros por añadir cualquiera de las otras dos configuraciones que no sean las cinco plazas de serie. En nuestro caso, teníamos la de 6, lo que permitía tener un gran espacio para los ocupantes de la segunda fila con sus asientos individuales. Estos se pueden mover hacia delante o hacia atrás de forma eléctrica, tanto desde ellos, como desde la pantalla del ordenador de a bordo. Las plazas traseras no están mal para adultos de estatura media, aunque la cabeza queda a la altura de la luna trasera. Entrar y salir a la última fila es muy cómodo gracias a un botón que desplaza el asiento de delante hasta el límite y lo reclina hacia delante.

Tesla Model X

Más allá de todo ese nivel de sofisticación para hacernos más cómoda la vida, pasemos al volante. Del Autopilot ya os hablamos con la prueba del Model S, un sistema de conducción autónoma de nivel 2. Tenemos todo lo que puede tener un coche normal, asistente de carril, control de crucero activo, aviso de vehículo en ángulo muerto, etc., sumando que el coche puede girar solo en ciertas curvas y cambiar de carril al accionar el intermitente. El Tesla Model X es rápido, muy rápido aunque pese más de dos toneladas. La versión probada, el 100D, con dos motores, uno en cada eje, y la batería de 100 kWh para recorrer hasta 450 km, hace el cero a 100 km/h en menos de 5 segundos. Donde más choca ganar velocidad es al salir de las curvas, en ese 60-90 donde los motores de combustión suelen tener las de perder.

Tesla Model X

Por lo demás es como un SUV. El Tesla Model X es grande, es pesado pero es ridículamente rápido. En ciudad no es el mejor pez en el agua, pero dada la tecnología que llevamos a bordo como la cámara de visión trasera y los sensores de parking que te dicen a cuanta distancia está el obstáculo más cercano, podremos desenvolvernos bien y volver a casa sin un rasguño en su carrocería. Aunque lleva suspensión neumática, esta ha sido tarada para no inclinar el coche demasiado y que las inercias no afecten a la conducción, por lo que, aunque los baches y resaltos se pasan sin problemas, se notan más de lo que uno podría esperar. Quizás eso también se deba por sus llantas, pues podemos llevar las de serie de 20 pulgadas o las de 22 opcionales. Recordad que el diámetro afectará a la autonomía total.

Precisamente de esto no carece el Tesla Model X, pues en esta versión tenemos 450 km reales para circular sin temor a quedarnos sin electricidad. Este año Tesla en España acabará con 24 Superchargues, sus «electrolineras» donde recuperar en 20 minutos 250 km de autonomía. Aquí podrás ver donde están ubicadas, y además cada vez más centros comerciales y hoteles están poniendo los puntos de carga de destino, que permiten recargar hasta 100 kilómetros de autonomía por hora. Actualmente hay 200 en nuestro país y creciendo.

Tesla Model X

Respecto a su habitabilidad, esos cinco metros comentados antes hacen que haya espacio por todos lados. Especialmente su maletero. O sus maleteros mejor dicho, porque al no haber motor de combustión, su capó delantero da paso a un hueco de 187 litros de capacidad. Como curiosidad, dentro hay un tirador para abrirse desde dentro por si nos encierran o nos quedamos atrapados haciendo la gracia de probar si cabemos. Detrás, unos descomunales 958 litros que ridiculizarían algún que otro baño público. En nuestra unidad si tenemos la tercera fila operativa se reduce el espacio a 357 litros, que no está mal comparado con otros coches con siete plazas cuyo maletero en ese caso sería la mitad de esa cifra. Los asientos se abaten con un botón situado justo debajo del reposacabezas, y lo hacen automáticamente de forma eléctrica.

Es hora de hablar de precio. El Tesla Model X llega como producto premium. Va cargado con todo lo que cabría esperar en un coche de su precio y hay que tener en cuenta sus prestaciones así como su confort a bordo por se un coche silencioso gracias a la electricidad. El precio de partida son 97.000 euros pero nuestra versión sube hasta los 115.800 con cinco plazas, 5.000 euros más si añadimos la tercera fila de asientos.

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