Prueba Skoda Octavia Scout, con la familia al fin del mundo
El Skoda Octavia Scout es una de las berlinas más completas del mercado, ya que a la funcionalidad de la carrocería familiar, hay que sumarle el plus de la tracción total. Todo, en perfecta armonía gracias a la eficiente caja de cambios automática de doble embrague DSG de siete velocidades. Pero, para ponerla a prueba de verdad, nos hemos pasado todo el verano viajando, solos y con familia, por carretera y ciudad, en autopistas y fuera del asfalto… ¿Quieres conocer el resultado?
Antes de comenzar nuestra aventura conviene recordar que el Skoda Octavia Scout es la versión “campera” del Octavia Combi. Tiene detalles característicos, como los pasos de rueda reforzados, y tiene una altura 15 mm superior. Está disponible con cuatro motores, dos gasolina y otros tantos diésel.
Los primeros son sendos 1.5 TSI, con 150 o 190 CV –el menos potente se asocia a un cambio manual. En los animados por gasóleo tenemos dos 2.0 TDI, con 150 o 200 CV. Nosotros en este caso optamos por el más potente de los diésel, una suerte de mecánica que nos ha hecho una media de consumo de apenas 6,2 l/100 km después de más de 5.000 kilómetros. Muy cerca de los 5,7 l/100 km que anuncia la marca. Su acerecación de 0 a 100 km/h se cifra en 6,8 segundos y la velocidad máxima es 230 km/h.
De la Peña de Francia a Santiago de Compostela
En carretera el comportamiento es ejemplar. El cambio gestiona los cambios de marcha con soltura y se adapta a nuestras necesidades sin problemas. Y en caso de tener que adelantar con urgencia siempre puedes reducir con las pequeñas levas situadas tras el volante. También tienes disponibles varios modos de conducción (Eco, Comfort, Normal, Sport, Individual y Off-Road).
Después de asistir a AutoBello Marbella, ida i vuelta a Madrid sin contratiempos, se lo quisimos poner un poco más difícil. Nuestra aventura empieza en Madrid, con destino a Santiago de Compostela. Para complicarle la cosa a nuestro Skoda Octavia Scout no quisimos coger la A6 y poner destino directo. Nuestra ruta tenía algunas paradas. La intención era pasar por la Peña de Francia y, desde allí partir hacia la capital de Galicia, pero antes pasando por Ciudad Rodrigo, cruzar la frontera con Portugal hacia Aveiro. Desde la «Venecia Portuguesa», sin dejar la costa, hasta Oporto, volver a España por Tui, parada en Pontevedra y punto final en Santiago.
Una recorrido completo con muchas paradas y excursiones intermedias que nos permitieron disfrutar de las habilidades lejos del asfalto. En desniveles pronunciados y resbaladizos la tracción total es un plus que te ayuda a solventar esas dificultades sin problemas. Por pistas y caminos bacheados, la altura extra también ayuda a que ganes confianza y te atrevas con cualquier camino, aunque no aparezca en el navegador.
Comodidad y conectividad
Con mucho menos cansancio que los peregrinos, fuimos recorriendo etapas sin problemas. Los kilómetros parecían metros mientras los asientos del Skoda Octavia Scout nos masajeaba los riñones… un extra muy recomendable que incorporada nuestra unidad. Tampoco tienes que estar pendiente del móvil en ningún momento porque la conectividad es total. Incluso puedes conectar varios dispositivos al coche y tiene un cargador inalámbrico.
El confort a bordo es más que notable y, desde la fila de atrás se puede regular el climatizador. No obstante, si son pequeños y rebeldes, también se puede bloquear desde la pantalla táctil delantera, donde se maneja todo el infoentretenimiento del vehículo.
Punto… y seguido
Santiago de Compostela parecía que estaba muy lejos pero no fue así. Por eso nos animamos y seguimos adelante en nuestra peregrinación, rumbo a Finisterre, donde está el kilómetro 0 del Camino de Santiago. El tiempo se empezó a complicar y, en el “fin del mundo de los romanos” la niebla nos fastidió las fotos.
Pero el pasaje no perdió el ánimo y, continuamos por la costa hacia Muxía y Lage, hasta llegar a Coruña. Al día siguiente, continuamos nuestra ruta por Ferrol y nos fuimos al Cabo Ortegal para seguir retratando al Skoda Octavia Scout. De allí a otro faro, el de Estaca de Bares para despedirnos de Galicia y poner rumbo a Madrid.
En las carreteras reviradas, sus 4.703 metros parecen menos y su agilidad es sobresaliente. Potencia tienes de sobra y si quieres jugar a hacer consumos también sorprende. En este caso nosotros optamos por el modo Sport. Es entonces cuando la dirección, el cambio y las revoluciones del motor se vuelven más directas. Todo funciona en perfecta sintonía, solo tienes que trazar y dar gas. Los frenos también responden cuando es necesario, sobre todo si te encuentras con un ciclista que quiere ocupar toda la carretera para acortar su ascensión.
Seguridad de máximo nivel
En este apartado cuenta con todo lo que puedas imaginar, como el asistente frontal con protección predictiva de peatones que activa los frenos para minimizar los daños en caso de colisión. Nuestro gran aliado durante el viaje de vuelta fue el Travel Assist.
Este sistema incorpora diferentes sistemas, como el control de velocidad, el control de crucero predictivo y el asistente de salida de carril, para que puedas devorar kilómetros sin tener que tocar ni un pedal. También puedes soltar el volante, pero enseguida una seña acústica te recordará que esto no es un juego de la PlayStation 5 y que tienes que poner tus manos en el volante.
Precios
El Skoda Octabia Combi está disponible desde 28.100 euros, pero nuestro Scout, con el motor 2.0 TDI de 200 CV, sube hasta los 39.990 euros. Si nuestros argumentos no te han convencido todavía, te dejamos por aquí el configurador de la marca… por si quieres cambiar el color. No se nos ocurre otra cosa que no te pueda gustar de este gran coche. Mucho más ágil que cualquier SUV del mercado y con un maletero de 610 litros, que puede crece hasta los 1.740.
