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Prueba Skoda Octavia RS 2017: Incluso Mozart mejoraba sus partituras

En la cuna de la música clásica, Viena, hemos ido a parar para probar la versión deportiva de la berlina de tamaño medio más vendida de su segmento. Una berlina que este mismo año se ha renovado y claro está, la mejor parte de una sinfonía siempre se puede mejorar, así que era hora de ponernos al volante del nuevo Skoda Octavia RS 2017.

Puede que Mozart no supiera nada de diferenciales autoblocantes, sistemas de infoentretenimiento o del par motor, pero si sabía que una obra debía ser siempre mejor que la anterior, o al menos, ese era el objetivo. Pues en la sinfonía RS, así ocurre. El nuevo Skoda Octavia llega con lenguaje de diseño actualizado, tecnología nueva, interior más perfilado y más eficiencia. Todo eso llega al Octavia RS.

Skoda Octavia RS 2017
Octavia RS con las nuevas llantas de 19″

Para empezar su aspecto es el que debe ser, evocador de la deportividad que el coche deberá transmitirnos. Por los ojos lo consigue, por la conducción ahora lo veremos. Paragolpes frontal nuevo, con sus tomas de aire bien grande, los nuevos faros partidos en dos, por un lado antinieblas y por otro el resto de luces, todas ellas en Full LED. En su zaga, un nuevo alerón y las dos salidas de escape a cada lado en forma trapezoidal. También han sacado unas nuevas llantas de 19”, porque no solo hay que saber mover la batuta, sino hacerlo con estilo.

Dentro del RS la nueva atmósfera de Skoda te envuelve entre plásticos de mejor calidad y unos fantásticos asientos baquet en Alcantara. La tecnología a estrenar corre a cargo de la pantalla táctil del sistema de información y entretenimiento. Espacio, el que quieras, tanto delante como detrás. Y en el maletero si quieres podrías meter los instrumentos de toda la filarmónica de Viena : 590 litros de capacidad para la berlina y 610 para el Combi, que crecen con la segunda fila de asientos abatida hasta los 1580 y 1740 litros respectivamente. Creo que no hace falta recordar las soluciones “Simply Clever” que trae el Octavia.

Pero pasemos a dar protagonismo al gran instrumento de viento metal del Skoda Octavia RS, su motor y conjunto de elementos que le hacen ser un soplo de vitalidad. Los checos han querido dar a elegir entre gasolina y diésel,  ambos de 2.0 litros, con 230 CV en el TSI y 184 CV en el TDI. Como aliciente para el motor diésel, es el que podrá disponer de la tracción total sumada al cambio DSG de 6 velocidades, el gasolina solo se podrá elegir con tracción delantera y ambas cajas de cambio (manual o DSG 6). Hay una versión de 245 CV, pero ni la hemos probado ni llegará hasta verano, así que paciencia.

Después de una ruta en carretera uno comprueba como el Skoda Octavia RS puede ser uno más en ciudad, y uno de los más talentosos en carreteras de curvas. Una vez más los modos de conducción nos permiten a golpe de botón subir el tempo del instrumento que llevamos delante para que amenice la sinfonía y el trayecto de camino a casa. Por mis manos ha pasado el RS con el cambio DSG 6, un cambio que responde igual de bien tanto al repentino golpe de acelerador como al toque de dedo con las levas tras el volante.

Pero aquí no acaba la cosa. En un alarde de puesta a punto, Skoda nos ha permitido probar en circuito ciertas capacidades del RS para ver cómo ha mejorado su obra. Ha añadido un nuevo instrumento, el Launch Control, que, al igual que el triángulo en una orquesta, uno nunca le presta atención hasta que le apetece usarlo. Solo está disponible en las versiones con cambio DSG y su puesta en marcha es tan sencilla como eficaz: modo Sport, cambio en modo Sport, ESC en modo Sport, frenamos con pie izquierdo, aceleramos con pie derecho y en cuanto salta el aviso de que el Launch Control se ha activado ya podemos soltar el pie del freno para ser los primeros en salir del semáforo, perdón, del pit lane. El 2.0 TSI logra hacer el 0 a 100 km/h en 6,8 segundos, aunque se toma un segundo luchando por traccionar, lo cual no sucede como es de esperar en la versión 2.0 TDI 4×4.

La parte divertida ha corrido a cargo de las pruebas en mojado, un salalom sobre pista deslizante mojada y media “rotonda” de iguales condiciones para intentar descolocar la trasera y volver a recuperar el control. Más allá de intenta emular a Ken Block, se trataba de comprobar los diferentes niveles de los controles de estabilidad del coche. Con todo activado apenas había problema por dominar los 4,68 metros del Skoda Octavia RS, con el ESC en modo Sport el intrusismo del sistema disminuía considerablemente pero en última instancia evitaba acabar mirando a Bratislava. Con todo desactivado no había mucho que hacer salvo esbozar una sonrisa.

Pero sin duda ha sido en el pequeño y revirado circuito donde han salido a relucir todas las bondades del Octavia RS. Tan solo era un kilómetro de pista, pero con diferentes tipos de curvas y aumentando el ritmo en cada vuelta conocías mejor las aptitudes de la mejor sinfonía de Skoda. En especial su dirección, que solo cuenta con dos vueltas y media de giro, lo que se traduce en más maniobras en el parquing y más deportividad y precisión a ritmo endiablado. Además los frenos de 17” eran tremendamente efectivos para detener el coche antes de apuntar con el morro hacia el vértice de la curva. Una altura 15 mm menor que el Octavia normal permitía incrementar su estabilidad y su precisión en el paso por curva. Y es que vuelta tras vuelta y curva tras curva posicionabas la dirección con la misma agilidad y rapidez con la que un violinista mueve su arco.  Te sentías a gusto yendo rápido y cada vez exigías más y más a sus cuatro cilindros para que te dieran esos 230 CV lo antes posible. Eso sí, las prisas no son buenas y es que su condición de coche de tracción delantera implica que dar gas a tabla al salir de la curva implique perder valiosas décimas de segundo intentando encontrar tracción. Para eso mejor el 2.0 TDI 4×4.

El coche transmite cuando vas fuerte y su dirección es de esas que te pide curvas y más curvas. Su diferencial autoblocante electrónico te permite ser preciso en el paso por curva siempre que tu pie derecho lo sea con el nivel de gas que apliques. Y no olvidemos que todo esto, en una carrocería de cinco puertas que goza del mejor espacio y tecnología de su segmento. Y dado que Skoda sigue siendo una marca generalista el Octavia RS no se pone en precios de alemanes con más cilindros de los que tu bolsillo se puede permitir. Por 32.460 euros tienes el Skoda Octavia RS con cambio manual y el diésel de tracción 4×4 y cambio DSG 6 por 35.340 euros.

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