Prueba Renault Arkana, cuando el estilo conoce al precio accesible
El Renault Arkana no es el primer SUV coupé, pero si que es el primero del sector de marcas generalistas, o no premium, que se atreve a crear un coche alto y de proporciones SUV con una caída del techo lo suficientemente pronunciada como para girarte a mirarlo más de dos segundos. Ahora toca conocerlo y probarlo.
¿Qué esconde su atractiva carrocería?
Diseñado inicialmente para otros mercados que no eran Europa, el Arkana podría parecer un derivado del Kadjar, pero en realidad usa la plataforma modular CMF-B, del Clio y el Capur.
Sin embargo salta a la vista nada más verlo que es más grande que el B-SUV con el que comparte su origen, es más, es incluso unos centímetros más largo que el Kadjar, y a pesar de su silueta, también tiene más maletero que este, 513 litros en total, bastante aprovechables por cierto.
Por lo tanto, el Arkana, a diferencia del Kadjar, no tendrá versiones de tracción total, solo será delantera, y hará uso de la gama de motores del Clio y el Captur.
Es por eso que ahora mismo no hay un motor diésel disponible, Renault apuesta todo a la gasolina, con un motor de 140 CV en primera instancia y uno de 160 CV más adelante, ambos micro-híbridos. También se puede pedir ya con el sistema híbrido E-Tech, pero el autorrecargable del Clio, no el enchufable del Captur, así que tenemos 145 CV y un consumo menor homologado que el Arkana de 140 CV.
Estilo dinámico = ¿más dinamismo al volante?
Su tamaño mayor le hacen diferir bastante de un Captur, un coche con buena planta y agilidad gracias a su tamaño compacto. Sin embargo, el Renault Arkana no se desmadra en la báscula gracias al uso de esa plataforma, concretamente poco más de 1.400 kg de peso, así que al volante se debería notar.
Y efectivamente, el peso no es un enemigo, tampoco un aliado, pero notamos un coche con buena estabilidad, con una dinámica de conducción muy agradable, bastante directo, especialmente por su dirección con tres modos de regulación en la que solo la posición Comfort ofrece una dureza normal, la posición intermedia o «Regular» y la Sport suman bastante peso al volante, algo que en carretera se agradece, pero que en ciudad acusaremos. Vuelve a Comfort en el selector de modos y listo.
El peso no nos condiciona gracias también a unos 140 CV y 260 Nm de par muy buenos para mover a este Renault Arkana, con la fuerza suficiente para no sufrir en adelantamientos, pero para no pasarnos de consumos. El homologado son 5,8 l/100 km, nosotros nos movimos más cerca de los 6,5 l/100 km sin atender mucho al consumo, y cuando lo hicimos estuvimos en 6 l/100 km.
Hablando de esto, el Multi-Sense, el sistema de modos de conducción de Renault, nos da a elegir entre le modo My Sense donde personalizar el cuadro digital (si lleváramos el más grande) y la dirección, el Sport, para que todo responda con inmediato, y el Eco, para que todo esté más calmado.
Hay una transición clara entre todos los modos, así como en el caso de la regulación de la dirección. Olvídate del modo Eco para un uso intenso del coche, lo apaga mucho, necesitaremos pisar más el acelerador, así que solo para viajes largos.
Para bien o para mal, el Renault Arkana solo está disponible por ahora con cambio automático, una caja EDC de 7 velocidades y doble embrague que nos facilita la vida diaria y que dispone de levas en el volante con esta versión R.S. Line que tenemos entre manos.
R.S. Line, que no RS
Si sueñas con un Megane RS al estilo SUV, no se dará ese caso, pero al menos si que podemos hacer que el Arkana luzca aún más deportivo con este nivel de equipamiento y vestimenta.
Renault nos da unas llantas «Silverstone» específicas de 18 pulgadas con un detalle rojo, curiosa elección ya que el color especial para este acabado es este llamativo Naranja Valencia que no se puede pedir en otros acabados, aunque hay otros 6 colores más.
Tenemos paragolpes específicos, molduras en negro brillo, los logos RS Line y en opción podemos pedir el paquete que incluye el techo en negro, el alerón trasero del mismo color y los protectores inferiores de las puertas en el mismo color de la carrocería.
En su interior también hay detalles especiales, como el tapizado piel/ante de los asientos, costuras rojas para estos, el volante de cuero y los guarnecidos de las puertas, pedales de aluminio y una moldura especial en el salpicadero.
Mirar el interior del Renault Arkana es como mirar a cualquier Renault actual, todo es familiar. Por suerte esto significa que todo está también dispuesto de forma ergonómica y cómoda.
Por ejemplo, la pantalla central de 7 o 9,3 pulgadas va situada alta, bien a la vista y al alcance, pero los mandos del climatizador se mantienen físicos justo debajo. Y más abajo aún tenemos una superficie de carga inalámbrica para el móvil.
Delante de nosotros la instrumentación, según el acabado, podrá llevar una pantalla de 4,2, 7 o 10,2 pulgadas, si es este último caso, se puede personalizar desde el sistema multimedia, y sus gráficos son sencillos pero claros.
La posición de conducción es más propia de un SUV de tamaño medio convencional que de uno de corte algo más dinámico. Quizás por el diseño de la luneta delantera y mi altura superior a la media me encuentre algo más cerca del techo de lo que me gustaría, y por lo tanto sienta que voy sentado demasiado alto, pero lo cierto es que es un efecto óptico, pues al lado de otros SUV de similar tamaño no parece que vayamos tan alto.
Si toca subirse detrás…
La comodidad para hacerlo en el Renault Arkana será buena, gracias a su concepto de SUV, sin embargo, su diseño nos restará algo de espacio para la cabeza comparado con otros modelos de diseño normal, aunque una vez dentro, las rodillas respiran bien, aunque persona alta delante y detrás nos dejarán poco margen, pero sin llegar a tocar el asiento delantero.
Renault Arkana, veredicto
Las modas se imponen y se extienden. Antes si querías un SUV coupé bien estilizado tenías que irte a Mercedes, Audi o BMW, pagar más de 45.000 euros por poco equipamiento y un coche que solo se parecerá al del anuncio si sumas unos cuantos paquetes. Renault y su Arkana quieren darte el paquete de diseño y equipamiento todo en uno.
Lo hacen desde 26.000 euros con el motor de 140 CV micro híbrido, lo que significa que por ahora tiene etiqueta ECO de la DGT. Un concepto que no es nuevo, pero que atrae muchas miradas, quizás por el color, quizás por el estilo, pero que reúne la tecnología de la marca, no sacrifica el espacio y ofrece una conducción más que satisfactoria.
