Prueba Peugeot 508 PSE: el león saca sus garras en su versión más deportiva de 360 CV
Lo confieso, es la primera vez que conduzco un Peugeot, mi idea preconcebida de lo que fue la marca a principios de los 2000 me lo impedía. No era capaz de ver más allá que las calles plagadas de 205 y gente joven al volante con la música a tope y un peluche colgado del retrovisor... Dejando esto de lado, su diseño no me entusiasmaba y ya sabéis que para mí es clave a la hora de que un coche me guste o no.
Ahora doy gracias de haber podido cambiar de opinión y de haberme bajado del 508 con tan buenas impresiones. Aunque claro, no es difícil si eliges su versión más deportiva, el PSE (Peugeot Sport Engineered) con nada menos que 360 CV y tracción total. Y lo mejor es que no hace falta irse al tope de gama, porque los acabados son muy buenos y los diseños son agresivos y con personalidad.
Diferenciar al PSE del resto de 508 de la gama es fácil: el logo habitual de Peugeot cambia por tres líneas en color Kriptonita emulando las garras del león y la parrilla adopta un tono negro brillante texturizado que lo hace más imponente junto a los nuevos faros de LED de tres garras Peugeot Matrix, que vienen de serie en toda la gama. Además, en ambos paragolpes lleva alerones y el faldón trasero tiene aletas verticales. A nivel estético también incorpora unas llantas de aleación de 20 pulgadas y unas llamativas pinzas de freno en color verde pistacho a juego con las tres garras del león. Os aseguro que es fácil diferenciarlo, pero ya sabemos que los principales cambios no son solo estéticos sino en la mecánica y conducción.
Esta versión combina un motor de gasolina PureTech 200 y dos mecánicas eléctricas (una por eje) para alcanzar los 360 CV de los que hablaba. Su par máximo es de 520 Nm y es capaz de alcanzar una máxima de 250 km/h, que aunque me guste correr no llegué a comprobarlo (no me gustaría quedarme sin carnet)... Es destacable que tiene 42 km de autonomía en modo completamente eléctrico, que fueron con los que empecé la ruta. Fueron unos 150 km de ida y otros 150 de vuelta, de Madrid a Sigüenza, por lo que agoté esta batería. Al llegar al precioso pueblo guadalajareño aproveché para cargarlo y al cogerlo para volver a Madrid la batería estaba casi al 100% en unas dos horas y media.
Ya de vuelta decido probar el modo sport -que por supuesto es mi favorito, aunque soy consciente que no el más eficiente- y me sorprende gratamente la suspensión de este coche, especialmente en un badén en el que podría haber salido practicamente volando, pero sin embargo el coche absorbió muy bien gracias a los tres modos que tiene. Esta suspensión junto a las barras estabilizadoras y por descontado que sea una berlina se nota mucho, la estabilidad es magnífica en cada curva. Aprovechando el maravilloso día y antes de salir a la autovía descapoto el techo panorámico que lleva este coche. Me gusta porque le da luminosidad pero también porque te permite tener esa cierta libertad de disfrutar de días así. En cualquier caso, para quien no le entusiasme esta idea puede hacer uso de las cortinillas.
Una vez en carretera aprovecho para ir ligera y llegar cuanto antes para evitarme el atasco de hora punta de Madrid (aunque fue inevitable). El coche es ágil y las ayudas a la conducción no son para nada intrusivas. Gracias y enhorabuena. Me llama la atención el sonido de los intermitentes, que cuando llevan más de ciertos segundos activos los pone más altos para que te des cuenta y los quites en caso de que se te hayan olvidado.
Respecto al sistema de infoentretenimiento cuenta con una pantalla de 10 pulgadas con botones de tecla de piano y Apple CarPlay se conecta sin necesidad de cable y hasta dos dispositivos a la vez, algo que sinceramente se agradece mucho. También cuenta con un cargador inalámbrico que a simple vista no se ve y es que se encuentra bajo la consola central.
Antes de tener que dejar el coche no desaprovecho la ocasión de probar el sistema de masajes del asiento con hasta ocho programas. Me gusta, resulta agradable y relajante, y dentro de tener que soportar un atasco pues mejor hacerlo así. Hablando de asientos, en esta versión más deportiva lleva el logo en los reposacabezas, al más puro estilo de lujo, como hace Audi en sus RS.
Tanto yo personalmente como desde la marca somos conscientes de que no todo el mundo tiene o quiere desembolsar los 71.260 euros que cuesta esta unidad. No hay problema, la gama 508 es amplia y variada, con silueta de berlina (487 litros de maletero) o de ranchera (530 litros sin abatir ningún asiento). Los acabados son los que ya conocemos: Allure y GT, además del PSE. En esta nueva generación se han incluido 3 colores nuevos de carrocería, más opciones de llantas y también de motorizaciones (térmicas e híbridas enchufables) desde los 130 CV a los 360 CV y precios que parten desde los 42.110 euros.