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Prueba Nissan GT-R Track Edition, el coche que todo amante de los deportivos debería tener

El Nissan GT-R 35 ocupa desde su presentación en 2007 un lugar merecido entre algunos de los mejores deportivos del mercado. Hablamos de más de una década en que este “generalista” nipón se ha mantenido en lo más alto a pesar de no renovarse íntegramente, un logro que dice mucho del trabajo de ingeniería que esconde. Personalmente, en todos estos años sólo me he subido de copiloto en él, pero jamás he podido conducirlo, hasta ahora. Además, no he probado el modelo estándar sino el Nissan GT-R Track Edition. Ya os adelanto que me ha dejado huella, y os cuento por qué.

GT-R Track edition: el hermano intermedio, ¿la versión más interesante?

Tras unos primero años de comercialización en que el GT-R estaba disponible en una única versión (originalmente de 485CV y cada año con un poco más) Nissan amplió su gama en 2014 añadiendo a la versión de acceso, el GT-R Track Edition y el Nismo. Estas tres variantes son las mismas de la gama actual.

Actualmente, el modelo estándar se sitúa en 108.000€. La variante top, el Nismo, cuesta 60.000€ más disparando el precio hasta los casi 170.000. Y entre ambos se sitúa el Track Edition. Más allá de ser el hermano intermedio en precio y equipamiento, para mi quizás estamos ante la versión más interesante para cualquier amante de la conducción y la deportividad.

Y es que por sólo 12.000€ más que la versión de acceso, con el Track Edition tienes prácticamente un Nismo (aunque con menos equipamiento, y 30 CV menos) pero con todos los mismos elementos que mejoran el comportamiento dinámico. El Track edition dispone de la suspensión Bilstein Damp Tronic, el espectacular kit aerodinámico, unos imponentes frenos brembo de 390mm delante con pinzas de 6 pistones y unas agresivas llantas negras Rays de 20. Y todo por sólo 12.000€ de sobrecoste más que justificados.

El marco de la prueba: Huesca

Sabiendo que para esta prueba dispongo del Nissan durante varios días y que han terminado las restricciones de movilidad, planteo a mi mujer hacer una escapada por España para aprovechar la ocasión. La prueba lo merece. Dicho y hecho. Así que abrimos Google maps para encontrar un destino que tenga mucha naturaleza, tranquilidad, y puertos de montaña. Tras pocos minutos ya lo tenemos: nos vamos al norte de Huesca, hacia Ordesa y Monte Perdido.

Así que para al cabo de un par de días, nos preparamos nuestra maletita, y listos. No necesitamos nada más, aunque con los 315 litros de capacidad del maletero del GT-R hubiera cabido de todo. De hecho podríamos irnos hasta con nuestros dos hijos pues tenemos hasta 2 plazas traseras. El acceso a las mismas es complicado pero ahí están. Un momento, pero si no tenemos hijos. Mejor, una cosa menos de qué preocuparse.

Nissan GT-R Track Edition asientos Baquet

Un coche de circuito cómodo en carretera

Sin más dilación, nos ponemos en marcha. Nos esperan 190kms de autovía desde Barcelona hasta Binéfar. No tenemos prisa, así que opto por activar el cruise control a velocidad legal, y poner la suspensión en modo confort.  Sólo puedo decir que la comodidad de este deportivo cuando se viaja relajadamente es sorprendente. Las irregularidades del asfalto se filtran asombrosamente bien, y con buena música sonando en el equipo BOSE del habitáculo los kilómetros pasan sin que uno se de cuenta. Tan sólo las inserciones en carbono y piel del interior así como el carácter deportivo del interior y la placa de “Track Edition” hacen recordar la bestia que tengo entre manos. Una bestia que no ha despertado aún pero que está ansiosa por hacerlo… Pero prefiero esperar a estar bien lejos de casa para sacar el potencial del coche, así si mi mujer quiere volver ya será tarde.

Rapidísimo aún sin quererlo

Es un miércoles por la mañana, y desde Binéfar nos adentramos a las carreteras secundarias para dirigirnos hacia Aínsa pasando por el Grado. Hay poquísimo tráfico y hace sol. Pongo la suspensión en modo normal, y empiezo a aumentar el ritmo sin excesos. Mi sonrisa sale de forma instantánea. El aplomo es impresionante, el empuje del motor 3,5l Biturbo –sin pisar a fondo- es enorme, así como la frenada gracias a los potentes frenos Brembo con discos de 390mm heredados del nismo.

A su vez, los neumáticos Dunlop Sport Max GT600 ofrecen una adherencia formidable y junto con lo preciso de la dirección, me transmiten perfectamente lo que ocurre en el asfalto en todo momento. El resultado es que con el GT-R Track Edition puedes rodar muy rápido sin despeinarte, casi sin darte ni cuenta, y con la más absoluta seguridad. Lo único que tienes que vigilar constantemente es el velocímetro pues resulta extremadamente complicado mantenerse dentro de las velocidades legales.

Con este paseo se nos hace la hora de parar a comer, tras lo cuál proseguimos tranquilamente nuestro camino hacia nuestro destino. Vámos a Lárrede, un pequeñísimo pueblo del Alto Gállego. Allí está el Hotel Viñas de Lárrede, un fantástico y acogedor alojamiento de estilo Alpino al que llegamos acompañados de una tormenta veraniega. Momento de dejar el Nissan; mañana será otro cantar, pero lo que queda de día lo pasaremos en el Spa del hotel y bebiendo buen vino. Que sería de la vida sin estos pequeños que hacen de nuestro más agradable. Al final no todo tienen que ser coches.

El día de la bestia

Con el cantar de los pájaros y el frescor de la mañana tras una noche fresca y agradable empieza un nuevo día… Tranquilidad, paz…  Esa es la calma que precede a la tormenta. Porque hoy hace sol, pero se avecina tormenta… de gasolina. Hoy sí que sí toca probar de verdad el GT-R.

Arranco el coche y lo dejo calentarse poco a poco, sin prisas. Ya en esos momentos mientras escucho el V6 al ralentí siento la excitación de saber lo que me espera. Mientras tanto, me entretengo a personalizar la pantalla central con los datos que más me interesan, algo que me toma un tiempo, pues las posibilidades son interminables y a cuál más interesante. Desde velocidad instantánea, grado de giro, de aceleración o frenada, consumo, presión del turbo, de la inyección, temperatura de aceite del motor, de la caja de cambios, del agua, hasta gráfico de fuerzas G entre otros datos etc. Por si acaso prescindo de la velocidad instantánea en la pantalla central no sea caso que mi querida copiloto se fijara en ella en el hipotético caso que la excediera en algún momento puntual, cosa que rara vez pasa.. ¡Arrancamos!

La hora R: sensaciones indescriptibles

Salimos de Lárrede dirección a Biescas, dónde empieza el puerto de Cotefablo. Para quien no lo conozca, se trata de un puerto de montaña bellísimo y perfectamente bien asfaltado. Sin duda lo recomiendo a todo amante de la conducción, pues entre las vistas y el trazado es para volverse loco. De nuevo, nada de tráfico, así que con toda la configuración en modo R, despierto a la bestia.

Madre mía de mi vida y del amor hermoso, qué barbaridad.  Intentaría describir en palabras lo que siento en los primeros momentos de exprimir este coche, pero me faltan. Todo es una barbaridad. Nunca 570 CV han dado tanto de sí. Acelerar a fondo es como caer al vacío en horizontal. Todo es intenso.

 Por suerte pronto llego a un túnel donde me paro durante unos minutos para asimilar las sensaciones a la vez que aprovecho para hacer unas bellas fotos. Durante ese intervalo no pasa nadie: parece que la carretera esté enteramente a mi disposición. ¿Mi mujer está bien? Sí, un poco impresionada pero ya medio acostumbrada. Estupendo.

Vuelvo a arrancar y pongo toda la configuración de nuevo en modo R. Probaré el Launch control. Piso el freno, el acelerador a fondo, se mantienen las vueltas y de golpe suelto freno. De 0 a 100 kms/h en 2,8s. Lo siento pero de nuevo me es imposible definir lo que se siente haciendo esto y más en un túnel.

Instantáneamente noto la adrenalina corriendo por las venas, a la vez que oigo algún que otro grito que viene del asiento del copiloto.  El empuje del motor con sus 570CV es salvaje, como también lo es el sonido del soplado de los turbos acompañado y el escape. La aceleración es vertiginosa. El cambio automático por levas –si te gusta conducir vale la pena llevarlo siempre en modo manual- es perfecto. La frenada, cuando se le exige su máximo rendimiento, es apabullante. Donde con otros coches empezarías a frenar con el Track edition puedes seguir acelerando, y cuando por fin frenas, aun te sobra distancia hasta llegar a la curva. No tengo intención de apurar ninguna frenada ni de buscar ningún límite, no en carretera abierta. No hace falta.

El paso por curva desafía literalmente a la gravedad. Los cambios de apoyo en cambios de trayectoria rápidos son también sorprendentes. Cuesta de creer que con 1800kg de peso, el GT-R resulte tan extremadamente ágil. ¿Cómo es posible?

El grip de los Dunlop es altísimo, sin embargo saliendo de ciertas curvas pie a tabla y a pesar de la tracción 4×4 sobrepasas el límite del agarre: en estas circunstancias el coche sobrevira llegando a cruzarse notablemente pero de forma muy predecible, natural y excitante. Es una verdadera salvajada lo que se puede disfrutar al volante del GT-R.  Cuando estás en este punto el coche no se conduce, se pilota. Mi sonrisa no cabe en la cara y ahora sí que me empleo más a fondo. No me atrevo a mirar las velocidades que alcanzo porque sospecho que excedan un poco el límite legal.

La intensidad dura un rato pero pronto hemos completado los 40 kms del puerto y llegamos a Torla dónde la carretera hacia Ordesa empeora su estado. Si por mi fuera me pasaría el día haciendo el puerto arriba y abajo, pero debo recordar que no voy solo en el coche.

Es hora de volver al modo confort para llegar a la pradera o parking del parque nacional de Ordesa, un enclave maravilloso en dónde sólo hay suvs aparcados. Supongo que te hacen sentir más excursionista pero vamos, que nosotros hemos llegado tan ricamente en el Nissan GT-R. Por curiosear miro el consumo medio durante el último tramo, y este asciende a 25l/100kms. No está nada mal.

Un paseo por el parque y 350 kms hasta casa

Después de una mañana intensa, y para acabar de abrir el apetito, nos pegamos una buena caminata por el Monte perdido. ¡Qué lugares tan bellos esconde España! Así que tras este bonito paseo por el parque, comemos y salimos hacia Barcelona. Quedan 350 kms, pero con lo a gusto que estoy a los mandos del Track edition se me hacen cortos. Valga decir que cojo carreteritas para alargar la vuelta, que voy alternando ritmo calmado con ritmo alegre con las correspondientes subidas de adrenalina.

A las 9 de la noche llegamos a casa.  El parcial marca 704kms habiéndolo puesto a 0 el día anterior. Estamos cansados pero no deshechos.  El Nissan GT-R Track Edition es capaz de ser una máquina brutal, un verdadero coche de circuito para calle, pero también resulta notablemente cómodo cuando se viaja a ritmo “normal”. El balance es por tanto muy positivo. Menuda maravilla de vehículo.

¿La máquina definitiva?

El Track Edition es el coche más potente, ni el más ligero ni el más bonito que he probado. Pero como conjunto y a nivel técnico es absolutamente soberbio se mire por dónde se mire.

Si lo analizamos dentro de la gama GT-R, por equipamiento en relación al precio, desde mi punto de vista tiene el equilibrio perfecto. Sin irse tanto de precio como el Nismo, resulta manifiestamente mejor que el GT-R de acceso, pero todo por un sobrecoste muy ajustado.

Con las mejoras obtenidas por esos 12.000€ más, el Track edition te permite disfrutar al volante como muy pocos supercoches que son más ligeros, más potentes y ya sea dicho de paso mucho más caros… En el caso de la unidad de pruebas estos 12.000€ son más, pues también equipa el portón trasero de fibra de carbono (1500€) y los asientos Recaro V-spec de fibra de carbono (8000€) que recomiendo encarecidamente, pues son comodísimos y muy envolventes.  

Con todo, el GT-R Track Edition quizás nunca tendrá el glamour o prestigio de un Ferrari, un Porsche o un Aston Martin. Pero si lo que te gusta es el placer de la conducción, no tengas duda que vale hasta el último céntimo de su precio.  En concreto el precio de la unidad probada era de 135.590€, una cantidad que me parece pequeña por lo que te ofrece Nissan por ella. Se trata pues de un vehículo que todo amante puro de los deportivos debería tener en su garaje. Un coche que incluso el más ferrarista o el más porschista debería tener entre sus elegidos, aunque fuera tapado con una lona para disfrutarlo sólo en la intimidad, más que nada por eso de que “es un generalista”. Pero menudo generalista.

Una huella imborrable

Con todos los coches exóticos que he llegado a conducir en mi vida, que no son pocos, puedo afirmar que sin duda el Track Edition es uno de los deportivos más sensacionales que he probado, y uno con los que más he disfrutado conduciendo. Al final, lo he devuelto con más de 1000kms en el parcial de un total que marcaba 6500. Ahí es nada. Y es que después de ir a Huesca seguí haciendo kilómetros de puro placer hasta hartarme.

Por si a estas alturas no os habéis dado cuenta, este GT-R Track Edition me ha dejado huella. Algo me dice que no es la última vez que lo conduzco. Tiene ese algo especial que me ha dejado con sensaciones contradictorias. Satisfecho por haberlo podido probar, triste por haber tenido que devolverlo, y un poco desubicado con mis nueva concepción que me ha dejado de lo que es “conducir rápido”. Ahora mi viejo 911 me parece tan absolutamente lento… No creo que haya llegado el momento de venderlo, pero por curiosidad he empezado a ver cómo se cotizan los Carrera 3.2. ¿Venderá Nissan este Track edition cuando lo jubilen? Estaré atento por si acaso.

Texto y fotos por: Dani Blasco

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