Prueba Mercedes S 500 2021, inteligencia emocional
Dijimos que nos gustaba el aspecto del nuevo Clase S: inofensivo, decidido, cautelosamente contemporánea. Sin embargo, cuanto más ves el clase S de séptima generación en la carretera, más te preguntas si el atractivo diseño es lo suficientemente diferente para mantener el ciclo de vida de siete años. Pero no importa el envoltorio, lo que marca la gran diferencia aquí es el interior totalmente fresco. Fresco, digital, multifuncional, interactivo, mezclando inteligencia artificial con realidad virtual. Y aquí probamos el Mercedes S 500 con su motor de 6 cilindros en línea.
Son muchas palabras de moda…
Lo son, pero hay mucha tecnología detrás de ellas. El asistente interior basado en el MBUX identifica al usuario mediante PIN, huella digital, reconocimiento facial o de voz, lleva el control de gestos y el seguimiento ocular al siguiente nivel, y su comunicación «más allá de las pantallas» activada por voz es sofisticada como Alexa.
El diseño es atrevido en algunos lugares y, en todo caso, claramente diferente, vigorosamente contemporáneo y bellamente ejecutado.
Y, por supuesto, el Clase S todavía te divierte. En su forma más elaborada, el asiento del conductor te entretiene con 19 motores diferentes para alimentar diez programas de masaje diferentes, ajustar y ventilar el asiento, operar el soporte lumbar neumático y mover el monitor en la parte posterior del reposacabezas a su posición.
La calefacción de la superficie se puede extender desde el asiento hasta el reposabrazos central, el panel de la puerta, el volante y la almohada para dormir.
Cinco de las seis versiones de la Clase S disponibles inicialmente funcionan con gasolina y son seis cilindros o diesel, también llegará un PHEV.
Probamos el S500 4Matic de la mejor gama, que rinde 435 CV y 520 Nm más 22 CV y 250 Nm adicionales bajo demanda del sistema EQ híbrido suave. Los modelos de distancia entre ejes estándar y larga aceleran de 0 a 100 km/h en 4.9 segundos idénticos, y promedian 8,2 l/100 km. Aquí tenemos la batalla normal.
Cifras impresionantes, pero a pesar de que el motor de seis cilindros y 3.0 litros está dispuesto a acelerar mientras extiende el par máximo de 1800 a 5500 rpm, no impresiona en el departamento de ruido y vibración cuando se le presiona.
Y es que en Sport Plus la suavidad y la ligereza que aporta yendo a baja velocidad desparece, ya que su tren motriz está diseñado para mecernos suavemente, por lo que no es el coche para cambios ascendentes rápidos, inercias repentinas o movimientos bruscos de volante, no al menos como un Clase S, sino como una berlina más convencional.
No conduces una Clase S con fuerza…
Bueno, en el otro extremo del espectro del Mercedes S 500, el modo Comfort mima y relaja, en una órbita fuera del alcance de sus rivales directos. Incluso sin la suspensión e-ABC (e-Active Body Control), el chasis de la clase S sobresale con una rara combinación de compostura, cumplimiento y mimo.
El viaje es cómodo sin permitirse una amplitud excesiva en terrenos ondulados, el chasis absorbe las irritaciones transversales como una almohada enorme, el Airmatic neutraliza los obstáculos a baja velocidad en forma de alfombra mágica y la suspensión funciona sin inducir movimientos indebidos de flotación y rodadura.
Agrega a esto el ruido del viento y la carretera bien suprimido, la transmisión silenciosa a revoluciones bajas a medias, así como los asientos de clase mundial, y está claro por qué el W223 es el nuevo sinónimo de lo último en aislamiento espléndido sobre ruedas.
Sin lugar a dudas, este es el verdadero jet privado, la edición definitiva de un crucero que despeja el carril rápido por su pura presencia, el futuro favorito de aquellos que anhelan el estatus pero rechazan el ostentoso bling. No esperábamos menos por 140.000 euros.
¿Qué tal toda esa nueva tecnología de conducción?
En la carretera, no hay forma de saber que se puede tener la última clase S con una dirección extrema en las ruedas traseras para facilitar las maniobras y consolidar la estabilidad direccional a alta velocidad. El último truco es la función de cangrejo que dirige la parte trasera del automóvil con una precisión asombrosa alrededor de los obstáculos y facilita el estacionamiento al sincronizar los ángulos de giro de ambos sistemas.
Debido a problemas legislativos, la conducción altamente automatizada de nivel 3 no será legal en la calle durante al menos un tiempo, pero el Drive Pilot puede tomar el control en ciertas secciones de la autopista con tráfico denso a hasta 90 km/h.
La anticipación, la adaptación y la asistencia son tres fortalezas interactivas clave de este Mercedes S 500. Eso es anticipación, como bajar automáticamente el parasol trasero tan pronto como el conductor pone la transmisión en reversa.
Anticipación como en la realidad aumentada, que allana la ruta con flechas en movimiento, marcas viales virtuales y primeros planos de video breves, todo proyectado en 3D a través de la pantalla de visualización frontal multitarea, junto con los símbolos de advertencia relevantes.
Finalmente, asistencia como en Digital Light que emplea 2,6 millones de píxeles adaptables para enfocarse en ciclistas y peatones, definir la trayectoria de vuelo a través de secciones críticas y mantener el nivel de iluminación en todas las condiciones.
Mercedes S 500: veredicto
No hay duda de que el Clase S establece una vez más el punto de referencia en el segmento de lujo, con tecnología, comodidad, capacidad de conducción y eficiencia, todos logrando ganancias considerables con respecto a su excelente predecesor.
Los que gastan mucho deben buscar con detenimiento una berlina de lujo más cómoda, inteligente y competente que pida que la conduzcan o que lo conduzcan.
