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Prueba Mazda CX-30 Skyactiv-X: un motor muy especial que hay que saber aprovechar

El Mazda CX-30 Skyactiv-X dispone de un avanzado motor 2.0 de gasolina de 180 CV que puede lograr consumos muy bajos. Tiene dos modos de funcionar diferentes, y conviene conocer sus secretos para sacarle todo el partido.

Mazda CX-30 Skyactiv-X
El diseño del CX-30 es uno de sus principales argumentos de venta.

Mazda es una marca que gusta a los que nos gustan los coches. Tienen una brillante trayectoria de automóviles emocionantes, bellos y de gran calidad, y siempre han sido valientes a la hora de lanzar modelos rompedores o de usar tecnologías avanzadas y diferentes. Los motores rotativos o wankel son el mejor ejemplo de ello. Actualmente, y como todas las marcas, se han centrado mucho en lo que más demanda el mercado, los modelos tipo SUV.

Dos gasolina y un diesel para el Mazda CX-30 Skyactiv-X

En su gama ofrecen el CX-3 (desde 18.200 euros), el CX-5 (desde 29.350 euros) y el CX-30 (desde 27.575 euros) que es el que nos ocupa. En septiembre llegará el MX-30, un nuevo SUV que será además su primer modelo eléctrico 100%. Con su gama de SUV están logrando un gran éxito de ventas, y el año pasado crecieron en España un 8,4%, hasta llegar a las 23.100 unidades.

Mazda CX-30 Skyactiv-X
El CX-30 está disponible con tres motorizaciones diferentes.

El Mazda CX-30 Skyactiv-X es un SUV con un diseño atractivo, gran calidad interior y un comportamiento brillante en carretera. En este sentido hay que destacar la eficacia del sistema G-Vectoring Control Plus, que actúa ligeramente sobre los frenos para mejorar el comportamiento y la estabilidad.

Mazda CX-30 Skyactiv-X

La gama CX-30 se presentó en 2019 y se vende con el motor 1.8 turbodiesel Skyactiv-D de 116 CV, el 2.0 Skyactiv-G de 122 CV y el 2.0 Skyactiv-X de 180 CV que nos ocupa. Simplificando para no entrar en complejas cuestiones mecánicas, podemos decir que a bajas revoluciones el Mazda CX-30 Skyactiv-X funciona de una forma diferente que a altas revoluciones, casi como si tuviera dos motores.

Mezcla pobre

Pasa de un modo de funcionamiento a otro sin que el conductor lo perciba. Puede funcionar con mezcla pobre, con menos gasolina de la que debería haber en un motor de ciclo Otto normal. Aquí, la gasolina se enciende por compresión, como en un diesel (aunque también usan una chispa), y el consumo es muy bajo. Y cuando se le pisa a fondo puede quemar la gasolina mediante una bujía, como cualquier coche de gasolina. Lo llaman SPCCI, (encendido por compresión controlado por chispa).

Mazda CX-30 Skyactiv-X
El motor 2.0 Skyactiv-X, sin la cubierta de plástico protectora.

El Mazda CX-30 Skyactiv-X se vende con cambio manual de seis velocidades, con un tacto muy bueno, o automático también de seis marchas. Asimismo puede llevar tracción total. Nuestra experiencia comienza al usar el CX-30 Skyactiv-X por la ciudad como cualquier otro SUV moderno, que suelen ser diesel, y lo primero que nos viene a la cabeza es que no es para tanto. Es decir, a pocas revoluciones no empuja mucho ni tiene mucho par, como pasa con cualquier motor de gasolina de cilindrada media sin turbo. Un turbodiésel resultaría más agradable, porque empuja más a bajo y medio régimen, que es el margen en el que más se usa un motor en zonas urbanas e interurbanas.

Las cifras confirman nuestras sensaciones: el diesel 1.8 turbo Skyactiv-D rinde 270 Nm de par entre 1.600 y 2.700 rpm. y el 2.0 Skyactiv-X ofrece menos, 224 Nm a partir de 3.000 rpm. Además el consumo medio que hago con el Skyactiv-X (sin preocuparme por el gasto, con una conducción alegre) supera los 7 litros, una cifra que está bien pero que tampoco mejora a un diesel equivalente. ¿Qué está pasando entonces?

El diseño y la calidad del interior están a un gran nivel.

La clave es que no estoy conduciéndolo adecuadamente. Este motor está pensado para gastar lo mínimo, y por tanto lograr emisiones muy bajas. A menos de 2.000 rpm. es cuando más se aprovechan las ventajas de poco consumo. Hay en la pantalla un indicador que te marca cuando el motor está funcionando en modo SPCCI, y si vas incrementando el gas con suavidad puedes ir a 4.000 rpm. o algo más, sin que el  modo SPCCI se apague.

A la derecha en verde, indica que está funcionando en modo SPCCI, lo que implica un consumo muy contenido.

También llama la atención que lo puedes llevar a muy pocas vueltas, incluso a menos de 1.000 rpm y ni da tirones ni se cala. Esta versión puede lograr consumos que rondan los 5 litros a los 100 km. Desde Mazda tienen mucho interés en hacer pedagogía con este motor, para que los clientes entiendan sus virtudes.

¿A quien va dirigido el Mazda CX-30 Skyactiv-X?

En Car consideramos que el Skyactiv-X  tiene sentido para clientes que quieran ahorrar, que no quieran un diesel y que estén dispuestos a conducir en plan “eco”. Y cuando quieran salir de viaje y necesiten prestaciones, las tendrán. Si te subes a un CX-30 Skyactiv-X en una zona de carretera y le exiges a fondo subiéndolo de vueltas, sí notarás que los 180 CV están ahí, o al menos tendrás la sensación de que tiene unos 160 CV. En cualquier caso no tiene la pegada que te esperarías de un motor 2.0 con  turbocompresor del grupo Volkswagen, por ejemplo.

Este coche es además mild hybrid gracias a una batería de 24V que recupera energía en las frenadas y asiste al motor térmico. Así el CX-30 tienen la etiqueta ECO, como también la llevan el Mazda2 y el Mazda3. El CX-30 Skyactiv-X está a la venta desde 27.175 euros, con acabado Origin. El CX-30 Skyactiv-D más asequible sale por 26.775 euros, y el 2.0 Skyactiv de gasolina por 24.775 euros.

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