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Prueba Lamborghini Sian: Perdón, ¿cuál era la pregunta?

Cuatro segundos. Uno, dos, tres, cuatro y se acabó. Ese es todo el tiempo que necesitas para agotar por completo la electricidad almacenada en el supercondensador, la innovación tecnológica que hace del Lamborghini Sian FKP 37 un superdeportivo diferente a cualquier otro.

Lamborghini Sian

Es un periodo de cuatro segundos de pedal a fondo. Son cuatro segundos de apasionante aceleración en un automóvil que ya iría sobradísimo de aceleración incluso sin el breve impulso del motor eléctrico de 34 CV, que se corta a 130 km/h.

Después aprovechas sin piedad unos frenos increíblemente poderosos para volver a recargar electricidad y ya está listo para otra explosión en la siguiente recta, como un relámpago V12. Ya habrás intuido que este biplaza tiene poco que ver con un Prius.

Sí, es un híbrido, pero un híbrido de hibridación ligera muy rápido, muy ruidoso y muy salvaje, una máquina con más probabilidades de causar un terremoto que de salvar el planeta.

Solo se fabricarán 82 Lamborghini Sian, 63 unidades cupé y 19 roadsters que, por supuesto, ya están asignadas, así que no hay que preocuparse por los osos del Ártico.

Lamborghini Sian: el primer híbrido de lamborghini

Está basado en el Aventador SVJ y emplea su misma estructura central de fibra de carbono. Es el primer híbrido de la marca y su precio supera los tres millones de euros.

Y aunque hay pocas posibilidades de que puedas tener un Lamborghini Sian en el garaje, sí es posible que algún Lambo del futuro se beneficie de esta evolución de la tecnología de supercondensadores.

Otros aspectos en los que esta maravilla influirá en los modelos de los años venideros se refieren a su diseño y a su sistema de iluminación.

Lamborghini Sian

Pero lo más importante, la razón principal por la que existe el Lamborghini Sian es por esos cuatro segundos, y el sonido (algo así como chi-ing) que acompaña a cada golpe del acelerador.

Un supercondensador es, a grandes rasgos, un dispositivo de almacenamiento de energía eléctrica. Su atractivo es que se puede descargar y recargar muy rápidamente –a diferencia de las baterías–, y con una degradación mínima.

El supercondensador elegido por Lamborghini va instalado entre la cabina y el motor, y es tres veces más potente que una batería de iones de litio del mismo peso. Trabaja junto a un motor eléctrico de 48 voltios que va acoplado a la caja de cambios y el poderoso V12.

El cambio no lleva marchas atrás y cuando se pulsa el botón “R” para retroceder se usa el motor eléctrico, como en otros superhíbridos de la competencia como el Ferrari SF90 y el McLaren Artura.

Lamborghini Sian

Nuestro coche de prueba (número 00 de 63) resulta ser exactamente la misma unidad que se expuso en su debut en el Salón del Automóvil de Fráncfort (Alemania), en 2019. Se le bautizó apresuradamente FKP 37 en honor al genial expresidente del Grupo VW Ferdinand Karl Piëch, nacido en 1937, que había fallecido dos semanas antes del evento.

Sus líneas, como las de un prototipo nacido en un sueño, producen una intensa fascinación que te empapa y te aísla del resto del mundo. Cada interacción con el Sián es muy física. Para entrar, primero debes empujar hacia arriba la pesada puerta de tijera. Luego debes colocar tu trasero en el estrecho báquet y estirar las piernas.

Ya estás dentro, listo para abrocharte el cinturón, pero no lo hagas todavía, porque la puerta está fuera de tu alcance. Los más altos verán cómo sus piernas rozan el tablero, mientras que los muslos se turnan para chocar con el volante. Tampoco pienses en modernidades como sistemas de asistencia o conectividad, pero fíjate en ese extraño techo “periscopio” inspirado en el del primer Countach.

La potencia máxima es de 819 CV. Estos son la suma del motor V12 de 785 CV (15 más que el Aventador SVJ), más los 34 CV del motor eléctrico.
Una vez que empiezas a rodar, vas en segunda marcha y empiezas a acelerar, el V12 hace sentir y escuchar su presencia a través de un nuevo sistema de escape que claramente no ha sido diseñado para clientes que tienen vecinos.

Lamborghini Sian

Deberás hacer un buen uso de las levas gigantes detrás del volante para cambiar de marcha. El Sián es complicado de conducir en automático, ya que resulta brusco y en el tráfico urbano podrías ser confundido fácilmente con un hooligan.

La marcha atrás eléctrica tampoco es perfecta, ya que cambiar la dirección de desplazamiento puede requerir un par de intentos, lo que nos recuerda al cambio F1 de un veterano Ferrari F355. La solución pasa por el botón “M”, que pone al conductor a cargo de las dos majestuosas levas del cambio.

La transmisión de siete velocidades es algo especial, porque la segunda resulta demasiado corta para la mayoría de los caminos rurales sinuosos, mientras que la quinta es demasiado larga para permitirte aprovechar el motor en las carreteras menos rápidas. Lo que deja la tercera marcha como la más utilizable y la cuarta como la relación más adecuada cuando ruedas entre 130 y 200 km/h.

Lamborghini Sian

El Lamborghini Sian se ve tan radical y agresivo que podrías creer que su dieta diaria incluye roedores, gatos callejeros y hasta algún niño despistado. Insistimos, no es un Prius y tampoco un Honda NSX. La distancia mínima de la carrocería respeto al suelo, hace que sea prácticamente imposible abordar las carreteras rurales italianas en mal estado en cualquier programa de conducción que no sea “Strada”.

Este proporciona al menos un mínimo de recorrido a la suspensión. En “Sport” se percibe cada grieta en el asfalto, mientras que “Corsa” es sinónimo de ese ruido de raspado que te atraviesa antes de causar un daño de cuatro cifras a tu cuenta bancaria.

No es la primera vez que echo de menos en Lamborghini un sistema que permita regular de forma independiente amortiguadores, tren motriz, dirección y control de estabilidad.

El Sián tiene tracción en las cuatro ruedas, pero es necesario que los neumáticos delanteros se calienten.

Recién salido del garaje, el agarre al girar es errático y algo impredecible en la primera docena de curvas. Siempre que la temperatura se mantuvo por debajo de la marca de dos dígitos, el testigo amarillo del “ESP” se siente obligado a trabajar horas extras. Al fin y al cabo, ¿quién iba a sacar este coche un día frío y/o lluvioso cuando tiene otros cuarenta en el garaje?

Vamos cogiendo temperatura

A primera hora de la tarde el asfalto finalmente se calienta lo suficiente como para fusionarse con los enormes Pirelli, a los que le gusta escaparse sin previo aviso. En todo caso, una superficie lisa es esencial para lograr que este biplaza brille intensamente en términos de agarre, tracción y adherencia a la carretera.

El tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h es de “menos de 2,8 segundos”, mientras que la velocidad máxima es “más de 350 km/h”. Eso es realmente rápido y, sin embargo, de alguna manera, esta evolución electrificada del Aventador no se siente capaz de eclipsar al poco menos impresionante Aventador SVJ. Al menos no en nuestra ruta sobre el paso de Futa.

En un trazado desigual, zigzagueando entre profundos cráteres y con secciones de asfalto socavadas por décadas de erosión, hacen que eche de menos una mayor dosis de confianza en un automóvil de volumen tan grande, con un radio de giro muy amplio y un impulso desenfrenado.
De vuelta a terrenos más suaves, el Lamborghini se siente de nuevo instantáneamente como en casa.

El tráfico se transforma en un mundo de ciencia ficción donde todo parece posible. El impulso desatado por los 12 cilindros y los 6,5 litros de cilindrada te lleva de un extremo a otro de una recta con una rapidez inaudita. En ese momento, otros puntos fuertes del Lamborghini Sian se enfocan nítidamente.

Como el chasis casi magnético, que sigue agarrándose mucho después de que el conductor haya perdido la esperanza. O la aerodinámica con efecto suelo, que ayuda a trazar un rumbo razonablemente seguro incluso a velocidades disparatadas.

Pero los aspectos que hacen que el Sián, como cualquier Aventador, sea realmente especial son la dirección táctil ultrarrápida y los frenos brutalmente eficientes. Estos controlan todo ese impulso con aplomo mientras alimentan al supercondensador, generando una nueva potencia de impulso lista para ser liberada. Tan pronto como se despeja el tráfico, este maravilloso maestro della strada puede volver a llenar el fondo del valle con su inigualable rugido.

La mayoría de los frenos de los vehículos eléctricos y algunos PHEV tienen un tacto poco natural, debido al sistema de regeneración, pero eso no ocurre en el Sián. Su pedal izquierdo puede ser un poco más pesado que el del SVJ, pero la potencia de frenado se aplica de la misma manera progresiva y fascinante. Y otra vez.

Y una vez más. Tan a menudo como sea necesario. Además, la forma en que tus manos desencadenan el movimiento de la dirección, aplican las fuerzas que dan forma a la trazada y alcanzan la armonía con el acelerador, es un ejemplo de control del automóvil en su forma más pura.

Es el Lamborghini que más acelera, y puede ganar un par de décimas sobre el Aventador SVJ: en tercera la fuerza de tracción mejora un 10% y la aceleración entre 30 y 60 km/h mejora 0,2 segundos.

Y en cuarta, la electrificación permite ganar 1,2 segundos respecto al SVJ entre 70 y 120 km/h. Pero más allá de las décimas lo importante es que su habilidad para despertar emociones. Eso es lo que distingue al superdeportivo más complejo de la marca de sus compañeros de ganadería, ligeramente menos extrovertidos.

Ir más rápido, frenar más tarde, desarrollar más fuerza G, aumentar potencia y par es todo una misma cosa, sensaciones superlativas en la creación más salvaje de Sant’Agata Bolognese.

Cuando todas las presas explotan y la adrenalina fluye libremente, ¿a quién le importa todavía el barato interruptor de plástico, los controles genéricos de aire acondicionado tomados de Audi o los gráficos de la instrumentación más pueriles desde Pac-Man?

¿Quién regañaría a este proveedor de emociones de primer nivel por quedarse en reserva después de apenas 200 km? ¿A quién le importa el CO2, la aceptación social y la injusta distribución de la riqueza en esos momentos en que el Sián respira hondo, extiende sus alas y pone el mundo a tus pies?

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