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Prueba Citroën Ami, movilidad en ciudad a bajo coste

Bienvenidos a la aventura de probar un cuadriciclo ligero en las calles de Madrid, lo más parecido a entrar en una dimensión de video juego estilo «Mario Kart» pero sin los plátanos ni los caparazones, sino autobuses y furgonetas con más prisa que tu y también el cuádruple de potencia. Bienvenidos a la prueba del Citroën Ami, la nueva forma de movilidad urbana sostenible de la marca gala.

Elige colores y accesorios de tu montura

Colores solo para los kits, porque ese gris azulado de la carrocería de poliuretano con techo negro es la única opción para el Ami, un vehículo diseñado para ser barato y práctico a la par que sostenible y «entretenido».

Al menos Citroën nos deja elegir entre cuatro packs de colores, para dar una nota alegre a detalles como los embellecedores, adhesivos, tapacubos y el interior. Estos colores son el naranja, el kaki, gris o blanco. El pack cuesta 400 euros y viene en una caja grande de cartón que puedes abrir y montar cual mueble del Ikea o dejar que lo hagan en el concesionario.

Además podemos elegir dos «acabados», uno más atrevido llamado Pop, que incluye un spoiler en el techo o vinilos de color naranja. Si optamos por el Vive tendremos detalles en gris, barras en el techo y vinilos decorativos.

Elige personaje ¿menor de 18 o señor de 48?

Obviamente si esto no es un coche, se podrá conducir sin carnet de coche ¿no? Efectivamente, el Citroën Ami se puede conducir con carnet AM desde los 15 años en España. Por lo tanto, tu hijo puede llevarlo para ir al instituto si no te fías de esa scooter que le ha regalado su primo con escape modificado.

Al estar homologado como un cuadriciclo ligero obviamente responde a ciertas limitaciones, y la primera de ellas, y más notable en conducción, es no pasar de 45 km/h. Citroën dice que en Francia, donde ya se vende – aquí hay que esperar a marzo de 2021 – ha tenido mucho éxito entre los jóvenes y en población rural. Técnicamente sería legal ir de un pueblo a otro, aunque poco recomendable.

¿Podremos pasarnos muchos niveles con él?

Obviamente el Ami no aparecería en el Need For Speed, sino en el Mario Kart y aun así tendríamos que estar muy seguros de cuando usar una estrella amarilla. Son 8 CV de potencia eléctrica, y una batería de 5,5 kWh, lo que nos deja con unas prestaciones, inexistentes, y una autonomía de 75 km. Será suficiente para un uso diario en ciudad, de donde presumiblemente no saldrá.

Lo primero que llama la atención al conducirlo es su movilidad y forma de girar. Vamos sentados muy rectos, y muy atrás, hay mucha superficie del interior por delante, como en un Mini Cooper moderno, pero con más sensación de espacio gracias en parte a su acristalado interior.

No se dejen engañar, el Citroën Ami mide 2,41 metros de largo y 1,39 de ancho, pero es biplaza y hay hasta sitio para una maleta de cabina delante del copiloto. Yo soy alto, más de 1,85 metros, y no iba falto de sitio dentro del Ami.

Su agilidad es irreprochable, con un peso inferior a 500 kg sin ocupantes, pero tenemos que ser cautos en los giros si no queremos acabar pegados a la puerta de plástico duro o en el regazo del acompañante, los asientos no recogen nada, siendo suficientemente cómodos para trayectos de 10 minutos, pero no tanto si duran más, y un acolchado en el reposacabezas se habría agradecido.

¿Corre? Lo justo y necesario

Irás siempre a tabla, hasta en los resaltos, que si son del tipo «guardia tumbado» podrás pasar mucho más deprisa que con un coche normal. El Ami cambia tu estilo de conducción, te pide ser más previsor, anticiparte y sobre todo no tener miedo a usar tu tobillo como la bisagra de una puerta de bar del oeste.

Los 45 km/h se alcanzan con relativa facilidad, y aunque no te persiga Bowser, siempre tendrás la necesidad de hundir el pie en el acelerador para llegar rápido a esa velocidad máxima. Sale bastante bien del semáforo pero en seguida su escasa potencia nos vuelve a relegar a las últimas posiciones.

Lo bueno es que su tamaño no solo nos ayudará a encontrar hueco antes que todos los coches de carsharing de la jungla de asfalto, sino a esquivar y sortear coches y motos para llegar a nuestro carril. Dejar pasar un Ami a tu carril no será como retroceder 10 posiciones en la parrilla de salida…

¿Frena? También lo justo y necesario

Aunque es eléctrico no parece que Citroën se haya preocupado en exceso por su sistema de frenada regenerativa, simplemente retiene levemente al levantar el pie del acelerador, y si nos vamos al freno, tendremos que hacerlo con mucha insistencia porque el tacto del pedal es duro, y su recorrido corto. Por suerte ni la velocidad a la que vayamos va a ser elevada ni el peso del vehículo es alto. Sobrevivirás, al menos en seco…

Simpleza por dentro y por fuera

En nuestro sector llevamos coches de todo tipo, y creo que solo aquel día atravesando Cádiz en un Aventador SVJ me miraron tanto como probando el Citroën Ami por Madrid. Es novedad si, pero también es Citroën, lo que significa diseño rompedor y atrevido.

Tanto, que no sabrás si vienes, o te vas. Su diseño es simétrico para abaratar costes, de forma que lo único que diferencia su morro de su zaga es el color de las luces y la posición de los retrovisores, de estilo retro redondos y ajuste manual por cierto. No olvides colocarlos debidamente antes de salir.

Y por dentro más de lo mismo, los únicos «lujos» son una pantalla digital para la velocidad y la autonomía y un sistema de ventilación para desempañar la luneta o echar aire caliente. Los tiradores de las puertas son de tela, el navegador será tu móvil, y el sistema de audio tu altavoz con Bluetooth.

Hay redecillas en las puertas para dejar objetos, un gancho para colgar bolsas o cubiertas impresas en plástico con 3D en el salpicadero para guardar objetos, muchos cristal para ver bien alrededor, un volante, dos palancas y se acabó. Hasta el volante es tan simple que el claxon está en la palanca de los intermitentes.

Las puertas como también son simétricas se abren cada una en un sentido, siendo la del conductor la que se abre en sentido opuesto, como en un Rolls-Royce, solo que aquí no se cierran al apretar un botón, sino tirando de una tela naranja. Y la llave de la puerta y de arranque son diferentes.

En el lado del copiloto además se esconde el cable de carga del Citroën Ami. Este se extrae para poder cargar su batería en 3 horas. Da igual que enchufe uses, es uno normal, y aunque lo pongas una adaptador para un wallbox siempre tardará lo mismo en cargar.

Citroën Ami, Veredicto

No es un coche, ni pretende serlo, así que si te lo cruzas o te lo encuentras, adelántalo con cuidado. Destinado a un uso en ciudad, cumple su cometido sin rechistar sin duda, es ágil, pequeño, y a veces, hasta divertido. Sin embargo se echa en falta algo más de rapidez acelerando, y si lo usamos más de 15 minutos empezaremos a acusar sus desventajas contra un coche de carsharing o de segunda manos.

Sin embargo su gran ventaja es su precio. El Citroën Ami se puede comprar desde 6.900 euros, o lo que es más interesante, alquilarlo por 20 euros al mes. ¿Cuánto vele una abono de transporte hoy en día para Madrid? Mucho más. Si queremos ser algo más atrevidos, los acabados suman 900 euros por el Pop y 1.300 por el Vive. Incluso podrás comprarlo en la Fnac si no quieres hacerlo online, único medio de adquisición, aunque después puedes pedir la entrega en concesionario o a casa.

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