Prueba BMW i4: todo cubierto
Ha tardado mucho en llegar, pero BMW ha empezado a eliminar los motores de combustión del núcleo de su gama de modelos. Aunque este nuevo BMW i4 no sea el Serie 3 eléctrico que algunos piden a gritos, el hecho de estar basado en la misma carrocería que el Serie 4 Gran Coupé significa que se obtiene un grado similar de practicidad para los pasajeros junto con una línea de techo más pronunciada y un portón trasero.
Además, BMW ha ido directamente a la yugular. Mientras que se puede comprar un modelo i4 eDrive40 de 340 CV con un solo motor y tracción trasera, el coche que hemos estado probando -también disponible desde el lanzamiento- es el i4 M50, una máquina de doble motor y tracción total de 544 CV que también resulta ser el primer coche M totalmente eléctrico de la historia.
¿Se acabó el M3 y el M4?
No del todo. Aunque el i4 M50 es más potente -y ciertamente más musculoso, con unos impresionantes 586 Nm disponibles al instante- también es unos 300 kg más pesado.
Así que, aunque iguala fácilmente el tiempo de 0-100 Km/h del M4 Competition (503 CV y 479 lb ft), visual y dinámicamente es más un modelo M Performance que un sustituto del M3 en toda regla.
De hecho, la amplitud del talento del chasis desplegado aquí es bastante. Siguiendo -rápidamente- las huellas de los neumáticos del BMW iX, el i4 M50 ofrece un confort y un refinamiento excepcionales, si decides aprovecharlo.
Sin embargo, los amortiguadores con control de amortiguación variable (VDC) específicos de M y la dirección de relación variable también pueden ofrecer un talento sublime en las curvas sin esfuerzo y sin necesidad de ser un filo de navaja.
¿Utiliza la misma tecnología que el iX?
El i4 prescinde de la elegante construcción en carbono del iX, pero aprovecha al máximo la misma tecnología de propulsión eléctrica de BMW Gen5.
Esto significa motores inteligentes de electroimanes y las últimas baterías de alta densidad, que trabajan juntos con sistemas de control altamente integrados que cubren todo, desde la forma en que la energía eléctrica se despliega a través de ambos ejes del i4 M50 hasta la forma en que el coche se detiene, utilizando una combinación perfecta de recuperación y frenado por fricción.
No tiene un paquete de baterías tan grande como el iX xDrive50 y, por lo tanto, el i4 M50 tiene una autonomía de 100 km menos, 511 km WLTP. Pero también es 300 kg más ligero, puede cargarse hasta con 205 kW de corriente continua –lo que le da un impulso del 80% en tan solo 31 minutos, aunque buena suerte para encontrar un cargador tan jugoso – y tiene algo más de potencia y par.
También verás la misma configuración de doble pantalla BMW Curved Display en la parte superior del salpicadero, con el mismo sistema operativo BMW 8 iDrive de infoentretenimiento, navegación aumentada y conocimiento de la situación.
¿Cómo se conduce el BMW i4 M50?
Es impresionante, es decir, es un todoterreno.
Las prestaciones son increíbles, como las de un coche eléctrico con una capacidad de respuesta asombrosa. No siempre se obtienen los 544 CV y 795 Nm completos: la potencia por defecto es de sólo 476 CV y 730 Nm, y sólo se puede obtener toda la potencia con la función Sport Boost, que se añade al modo Sport normal.
Pero independientemente de la configuración, al pisar el acelerador el i4 M50 reacciona con el tipo de empuje instantáneo que te hace pensar en los juegos de ordenador.
La banda sonora de Hans Zimmer no hace más que aumentar esta impresión, sobre todo porque aquí es especialmente ruidosa, gracias a una remezcla específica para el M. Si lo desea, puede desactivar los ruidos por completo, pero en realidad funcionan sorprendentemente bien.
Menos esperado es el grado en que al pisar el pedal derecho el BMW i4 M50 apunta al cielo. De hecho, el efecto es tan cómico que casi te preguntas si se ha hecho deliberadamente.
Pero BMW afirma que se debe simplemente a la gran cantidad de par que el M50 despliega con tan poca fanfarria, y tampoco tiene nada que ver con el hecho de que la parte trasera del coche esté equipada con muelles neumáticos en lugar de las bobinas de acero convencionales que se siguen utilizando en la parte delantera.
Es bastante inusual ver esa combinación en un coche de altas prestaciones; lo más habitual es que la suspensión neumática trasera se utilice para la autonivelación en los vehículos de lujo.
Sin embargo, junto con el VDC, proporciona al i4 M50 unos niveles de confort realmente magníficos, incluso si se insiste en viajar a todas partes en Sport.
Al fin y al cabo, la tracción es inmensa, gracias a la velocidad a la que los dos motores pueden barajar el equilibrio de potencia delante y detrás. Y el centro de gravedad es unos 37 mm más bajo que el de un Serie 3, gracias al enorme paquete de baterías situado en la parte inferior del coche.
Atornillado en 22 puntos -incluyendo la unión con el subchasis delantero- el paquete también ayuda a dotar a la estructura del i4 de un grado de rigidez que supera con creces a los modelos de gasolina y diésel que utilizan la misma carrocería básica.
El i4 también se beneficia de un refuerzo adicional en otras áreas, incluyendo un puntal delantero en el M50, además de una vía más ancha y una geometría de suspensión delantera revisada.
Con todo ello, se tiene la clara idea de que la combustión interna empieza a considerarse anticuada también en BMW.
BMW i4 M50: veredicto
Además de todo lo anterior, hay unas 40 tecnologías de asistencia al conductor disponibles, un amplio abanico de opciones, y más que vendrán a través de actualizaciones por aire.
En la mayoría de los aspectos, el i4 es una experiencia de coche eléctrico tan vanguardista como el iX, envuelto en un envoltorio mucho menos controvertido.
Dadas las prestaciones, el confort, la autonomía y la capacidad, es difícil imaginar cómo BMW no puede tener un ganador aquí. A no ser que esperes un verdadero M4 eléctrico, en cuyo caso el i4 M50 es quizás demasiado redondo y educado.