Prueba Bentley Continental GT Speed: rápido y lujoso
El Bentley Continental GT Speed es la última creación de los chicos de la firma británica, y tras probarlo, puede ser también la versión más divertida del modelo inglés.
En el colegio nunca llegué a entender la tercera ley del movimiento de Newton, en parte porque nuestro profesor la explicaba diciendo: «Si empujas una pared, ésta te devuelve con la misma fuerza». Yo preguntaba: «¿Pero cómo? ¿Cómo es que la pared retrocede?» «Bueno, simplemente lo hace». En ese momento, mi yo más joven decidió que tanto el señor como Sir Isaac Newton estaban diciendo tonterías. Lo que quizá me frenó un poco en mis exámenes.
Parece que Bentley también puede mostrar un flagrante desprecio por las leyes de la física, porque este Continental está atacando alegremente Silverstone de una manera que no debería ser posible en un GT de 2,3 toneladas. Acabo de convertirme en el eses de Maggots/Becketts a tres cifras más el cambio.
El Bentley no sólo mete el morro con ganas, sino que a través de la complicada transferencia en el medio del complejo es equilibrada, ajustable; casi balletística. Más impresionante aún si se tiene en cuenta que lleva de serie (aunque gigantescos) Pirelli P Zero, y no con neumáticos especiales para pista.
Lo primero es lo primero, el Bentley Continental GT Speed no es un coche de circuito; no pretende ser un rival del 911 GT3, y sigue siendo, ante todo, un gran turismo. Estamos en Silverstone en parte porque el Speed aún no está homologado para la carretera en el Reino Unido (pero lo estará dentro de poco) y en parte porque es un entorno seguro en el que explorar lo que puede hacer.
Eso es valiente por parte de Bentley: la mayoría de los coches pesados de carretera se desmoronan dinámicamente en un circuito en una o dos vueltas. Pero el equipo de ingenieros del Speed está orgulloso de ello.
Dicen que el Speed tiene el chasis más avanzado que se ha montado en un Continental. Ha ganado la dirección en las ruedas traseras, como se ha visto en el Flying Spur, lo que le ayuda a entrar en las curvas lentas con más ganas y a estabilizar el coche en las rápidas.
Un diferencial electrónico de deslizamiento limitado (una primicia en Bentley) trabaja en tándem con el sistema de tracción total activa, que se vuelve más trasero que nunca en el modo Sport.
El Continental GT normal, que prescinde de la dirección trasera, del e-LSD y de otros elementos, tiene una configuración conservadora. Pero la electrónica más matizada del Speed ha permitido al equipo de ingenieros hacerlo más juguetón.
Con una dirección asistida ligeramente más pesada y rápida, es más táctil y, con un control de estabilidad inteligente que permite que el coche se mueva con mayor libertad por debajo de ti, es más envolvente.
Se trata de una primera impresión basada en un número limitado de vueltas, pero se intuye que gran parte de ese compromiso e implicación también se producirá en la carretera. Este podría ser el coche más táctil y gratificante de Bentley desde el Bentley Blower.
Bajo el capó, como un barco en una botella, se encuentra el motor W12 de 6.0 litros que ha formado parte de la familia Continental GT desde 2003.
En el Speed rinde 650 CV (aunque los conocedores de Bentley dicen que (aunque los expertos de Bentley dicen que han visto más de 700 CV en las pruebas) y, sobre todo, 900 Nm en una curva de par máxima desde las 1.500 hasta las 5.000 rpm.
Esto hace que este coche se sienta tremendamente rápido en la recta del Hangar – 250 km/h va y viene con una facilidad risible – y si la curva Stowe no estuviera en el camino seguiría tirando hasta 335 km/h Pero la buena noticia es que el Speed es algo más que un dragster en línea recta forrado de cuero; es igualmente rápido, y agradable, en las curvas.