Prueba Audi Q8 2018, el primo de zumosol
Hace ya mucho de aquel anuncio, pero nadie que haya nacido antes del 2.000 se ha olvidado del «famoso» primo de Zumosol. Ya saben, ese joven alto, apuesto y fuerte que aparecía para solucionar todo y de paso traer un zumo recién exprimido. Audi dentro de su gama de SUV nos presentó hace poco el Q8, y ahora hemos podido probarlo. La marca de los cuatro aros empieza ahora a exprimir el segmento de los C-SUV coupés con este Audi Q8 2018, y además se nos presenta como una versión más deportiva, con más estilo y casi la misma versatilidad que el Q7.
Y es que el Audi Q8 tiene muchos primos, pero ahora es el primo guapo recién llegado. Comparte la plataforma del Q7, por lo que es pariente a su vez del Touareg, del Bentayga y del Urus. Sin embargo ninguno de estos son rivales directos, sino que ese honor corresponde al BMW X6 y el Mercedes GLE Coupé.
El guapo de la gama SUV
Cuando se presentó hace tres meses, el Audi Q8 estrenaba muchos recursos de diseño que meses después heredó el Audi Q3 que acabamos de probar. Entre ellos destacan los blister quattro, como llama Audi a los pasos de rueda marcados y con músculo del Q8. También tenemos una parrilla Singleframe de gran tamaño, enmarcada en una máscara. Por supuesto, su caída del techo coupé, su franja negra cubriendo el juego de luces LED trasero, y el diseño de sus ópticas delanteras.
Además los alemanes nos proponen dar un carácter diferente al coche dependiendo de la configuración. En las versiones básicas, la máscara de la parrilla será del color de la carrocería y la llanta de serie de 19″. Habrá un paquete S-Line que nos proporciona la máscara de la parrilla de color platino mate, y un Black Line en la que es negro. Los juegos de llantas van hasta 22 pulgadas y en especial las de Audi Sport le dan un toque muy deportivo junto al Black Line.
El coche tiene personalidad, se diferencia bien de un Q7, más allá de por sus medidas, por su diseño deportivo pero siempre elegante. Respecto al modelo de hasta 7 plazas, el Q8 solo será de 5, crece a lo ancho hasta los 1.995 mm, encoge de 5,05 a 4,986 metros de largo, y baja un poco su altura a 1.705 mm. La batalla siguen siendo 3 metros, por lo que, a pesar de su caída de techo coupé, posee un maletero de apertura y cierre eléctricos de serie de 605 litros, ampliables a 1.750 con la segunda fila abatida.
Vanguardismo sencillo a bordo
Muy similar al de las berlinas más premium de Audi como el A8 y A7, el Audi Q8 presenta un interior lleno de tecnología y calidad. No hay ningún detalle que reprochar, más allá de si te gustan las inserciones de piano black, pues la calidad es la esperada en un coche de esta talla, con materiales de buen gusto y tacto como el cuero, la Alcantara y aluminio. Superficies muy horizontales para el diseño del salpicadero y grandes pantallas son los elementos predominantes.
Y es que de serie llevamos el sistema de información y entretenimiento MMI Touch Response de Audi, con su pantalla de 10,1″ pulgadas dominando la consola central, y otra de 8 justo debajo para controlar el climatizador y sus funciones secundarias, así como unas pocas funciones más, como activar el sistema de mantenimiento de carril, el de aparcamiento, el control de descenso o el start & stop.
No falta tampoco el Digital Cockpit de 30,1″, también de serie, y en opción tendremos un Head-Up Display. Para los más sibaritas de la música, Audi ofrece un sistema de sonido Bang & Olufsen de 17 altavoces y 730 vatios de potencia como versión Advanced, y en el Premium pasan a ser 23 altavoces con 1.920 vatios de potencia.
Había que probar las plazas traseras del Audi Q8, y es que los SUV coupé a veces flojean de espacio en su segunda fila. Pero claro, contando con una plataforma con 3 metros de batalla, no ha sido el caso. Tremendamente amplio para tres adultos, con un generoso espacio para la cabeza y las rodillas, y además la banqueta puede ser corredera, dejando más o menos espacio para la carga o los pasajeros, y siendo independientes en plegado los tres asientos.
¿Suficientemente deportivo?
Ahora, todo este compendio de diseño y tecnología hay que moverlo, y Audi se ha asegurado de que eso sea posible y de forma deportiva. ¿Cómo? Para empezar, montando un motor V6 TDI de 3.0 litros de 286 CV y 600 Nm de par. Y es que mover 2.145 kilos no es fácil. Sin embargo, aquí se convierte en una tarea sencilla, y es que el empuje del propulsor diésel es magnífico gracias al enorme par que llega a un régimen muy bajo. No hay una sensación de velocidad elevada por lo bien que está insonorizado y aislado, así como por el buen trabajo de la suspensión.
Rodar en autopista a buena velocidad es algo que ocurre sin darte cuenta, es de estos coches con los que ir a 120 km/h parece que vayas parado. Su velocidad máxima son 253 km/h pero en la AP7 junto a Alicante no corresponde probarlo. Acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos por lo que las incorporaciones se hacen sin despeinarte. Ya saben, la potencia es seguridad.
El brillante motor empuja bastante lineal hasta 4.000 rpm, momento en el cual el cambio automático Steptronic de 8 velocidades acciona la siguiente marcha. Muy bueno para un uso diario, pues apenas notas su presencia, y en modo Sport ayuda bastante a elevar el ritmo pero si queremos sacar el potencia del Audi Q8 mejor jugar con sus levas del volante en posición manual. Y es que las reducciones antes de una curva para salir con fuerza de ella no son su fuerte. Eso sí, pie a tabla y es capaz de bajar dos marchas de golpe para que la parrilla Singleframe salga apuntando al cielo.
Sorprendentemente en un coche de su tamaño y peso, es ágil, y mucho. La clave está en equipar la suspensión neumática opcional, pues de serie llevamos muelles de acero con una función adaptativa. Con la neumática el Q8 es impasible a los cambios de apoyo, nunca llegarás a inclinarte en una curva cerrada como parra asustarte y en autopista no notarás los descuidos de los servicios de mantenimiento de carretera. No es como ir en un Q3, pero a buen ritmo podemos disfrutar conduciendo el nuevo Q8 desafiando las leyes de la física. Hay una segunda suspensión neumática más deportiva, con tarado más duro, pero no ha pasado por nuestras manos.
Otro truco de Audi para que el Q8 de verdad suponga un escalón superior de deportividad respecto al Q7, es el eje trasero direccional. La teoría es sencilla, por debajo de 60 km/h las ruedas traseras giran al contrario que las delanteras, por encima, hasta a 5 grados en la misma dirección. Como resultado el Audi Q8 parece un coche más corto en carreteras muy reviradas, y es muy estable a alta velocidad. Más maniobrable en ciudad también. Eso sí, dado que es muy fácil ir rápido con él, en determinadas curvas o situaciones, se puede dar el caso de que en una curva entremos a menos de 60 km/h y salgamos a más, por lo que el eje trasero cambiará de dirección, pasando de girar en sentido contrario al mismo, y notaremos un ligero movimiento de la parte trasera del coche. No hay por qué asustarse, en el Q8 es controlable y dado que esto ocurrirá a partir de 60 km/h, no hay peligro alguno, simplemente una sensación «antinatural».
Si tenemos en cuenta lo mencionado anteriormente en cuanto a sus prestaciones y medidas, seguramente muchos ya piensen en un coche de consumos altos. Lo son en los estándares actuales, pero no olvidemos ante que tipo de vehículo estamos. Homologado son menos de 7 litros a los 100 km, sin embargo en nuestras pruebas obtuvimos el primer día 12 litros de media. Corresponden a un 20% de autopista, un 50% de carreteras secundarias a buen ritmo y un 30% de ruta offroad. Nosotros lo consideramos una cifra buena.
El segundo día con mayoría de autopista y su parte de ciudad, incluyendo 15 minutos de atasco, bajó hasta 9 litros, por lo que esta si podría ser una cifra más real. Parte de ello se debe a que Audi ha implementado la tecnología Mild-Hybrid. Un motor eléctrico y una batería de 48 voltios proporcionan 60 Nm de par adicionales para ayudar a mover el Q8. También actúa como motor de arranque y alternador, y gestiona la conducción a vela del coche, que desacopla la transmisión del motor entre 55 y 160 km/h. El ahorro medio son 0,7 litros cada 100 km y se gana la etiqueta ECO.
No lo harás, pero puede salir al campo
Audi ha recurrido a la tracción quattro en el Q8 y con ello nos encontramos una puesta a punto que nos permite la conducción offroad. Ahora bien, en estos tiempos ni las Nike se usan para correr ni muchos SUV para salir del asfalto. Pero poderse, se puede. Vaya que si se puede. Audi nos tenía preparada una ruta por una pista de tierra, que sin llegar a ser de dificultad alta, nos permitió comprobar si de verdad había ADN quattro en el Audi Q8.
Ya hemos dicho que la suspensión neumática es recomendable por lo ágil que se convierte el coche, pero también porque nos da un plus de capacidades offroad y de tranquilidad fuera del asfalto. Primero por altura. Con la suspensión de serie el Q8 se mantiene siempre firme a 220 mm del suelo, con la neumática en su posición más alta se queda a 254 mm. Y en modo Dynamic baja hasta 164 mm.
Con ella equipada el Audi Drive Select suma a los modos Auto, Efficiency, Comfort, Dynamic e Indiviual el Allroad y Offroad. El primero de ellos sube la carrocería respecto al Comfort, la posición media de altura. Es un modo para zonas firmes y poco resbaladizas donde podríamos ir a buena velocidad.
Si pasamos al Offroad la cosa se pone seria. La carrocería sube hasta su posición más elevada y cambia la respuesta de la tracción, el motor, la dirección y el cambio. Todo es más suave, todo es más manejable. El cambio no se puede poner en Sport pero sí podemos elegir la marcha, aunque este gestiona muy bien que marcha llevar para que tengamos un par adecuado con el que no patinar y seguir avanzando. La respuesta del acelerador nos permite superar obstáculos y subir pendientes pero no perder tracción. Mientras, la dirección se torna muy ligera y suave para que no cueste mover el eje delantero.
Además Audi nos incluye un sistema de control de descenso, conectable en modo Allroad y automático en Offroad. Con él podremos permitir que el coche avance solo hasta un máximo de 30 km/h, y solo necesitaremos usar el freno o el acelerador para fijar la velocidad deseada. También disponemos de una pantalla de información offroad. Con ella podemos saber el grado de inclinación del coche en todos sus puntos, la altura a la que nos encontramos, la posición geográfica, el grado de la dirección y la opción de subir y bajar la carrocería de forma independiente.
Después de 13 km de pistas con piedras sueltas, pendientes y cuestas y zonas lisas, el Audi Q8 demostró poder circular por ellas con soltura. Nos preocupaba montar paelleras de 21 y 22 pulgadas, pero el neumático tiene un perfil bastante ancho. Eso sí, eran de carretera, así que en las zonas de terreno suelto los sistemas electrónicos tuvieron que trabajar mucho para que no avanzáramos sin control, por lo que no debemos confiarnos, los derrapajes no deben ser difíciles de conseguir, pero esto son casi 2,2 toneladas de coche. Aún así, podemos usar nuestro Audi Q8 para ir al campo.
Más versiones llegarán
Al actual y por ahora único V6 diésel, versión 50 TDI, se le sumarán más motorizaciones. Entre ellas hay un 45 TDI, mismo bloque pero con 230 CV, y un 55 TFSI, V6 3.0 de 340 CV. Ambas se esperan para el primer semestre de 2019, más para primavera que para principios de año. Por lo tanto, por ahora el precio del Audi Q8 2018 es de 84.840 euros. Por casi 20.000 más hay un First Edition del que solo habrá 80 unidades, en tres colores y con una configuración especial. Ya está a la venta y creemos que el Q8 se ha ganado la reputación del primo fuerte y guapo del grupo Volkswagen, pues es dinámico, con un diseño con carácter y a la vez no le falta ni tecnología ni versatilidad.
