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Probando el Honda NSX 30 años después: un deportivo que se adelantó a su época

Los finales de los 80 e inicios de los 90 fue una época dorada para los deportivos europeos. Su hegemonía era notable, y Ferrari era sin duda el máximo exponentes. Sus deportivos biplaza siempre en color rojo eran un referente al que parecía que nadie le podría hacer sombra. Y entonces llegó él para romper esa hegemonía: el Honda NSX. Un superdeportivo creado por una marca que nunca antes había tenido en su gama un modelo de estas características. Un modelo desde el primer momento se permitió el lujo de plantar cara sin temores a los mejores deportivos europeos. Había nacido un mito.

Cualquier aficionado a los coches con un poco de cultura general conoce bien este deportivo nipón con motor central y aspecto de Ferrari… japonés. Un deportivo tan adelantado a su tiempo que permaneció 15 años en el mercado sin sufrir ninguna remodelación profunda. Un modelo cuyas versiones de carreras siguieron compitiendo a nivel oficial de marca hasta el 2009, 19 años después de su nacimiento. Casi dos décadas, ni más ni menos. No es para menos.

Honda NSX 1990

Las soluciones innovadoras incorporadas por este Honda de motor V6 atmoférico de 280CV fueron muchísimas y algunas marcaron un antes y un después en el mundo de los deportivos. Desde que Honda inició el proyecto de desarrollo del NSX en 1986, hasta la última etapa de desarrollo en 1989, el fabricante nipón registró más de 400 patentes para sus soluciones técnicas para este modelo.

Esto da una idea del trabajo de desarrollo de Honda. Además, y como colofón a todo el trabajo, la última fase de puesta a punto del coche tuvo lugar en Nurburgring y contó con la inestimable contribución de Ayrton Senna. Si aún no habéis visto el video del piloto brasileño conduciendo el NSX al límite en mocasines, no os lo perdáis porque no tiene desperdicio.

El resultado de todo el trabajo de 3 años intensos dio como resultado un deportivo con unas prestaciones que sacaron los colores a la competencia, incluido Ferrari.  Recuerdo como si fuera ayer leer comparativas de revistas en aquel entonces en que el NSX batía a sus competidores, como el Ferrari 348. Ahora, por fin después de 30 años, puedo conducir por primera vez ese coche. No es la primera vez, pues durante años competí con él durante eternas jornadas, gracias al grandísimo videojuego Gran Turismo.

De los videojuegos a la realidad

Más de 2 décadas después de mi etapa de adicción a este juego que tanto marcó a una generación, por fin puedo vivir de verdad lo que es conducir ese coche. Me sigue gustando mucho probar las últimas novedades de las marcas de forma habitual, pero nada me pone tanto la piel de gallina como sentarme a los mandos de una  “vieja gloria” que me hubiese emocionado en mis tiempos de niñez.  Llamadme nostálgico.

Honda NSX 1990

Una vez a los mandos

Lo primero que sorprende al plantarte ante el Honda NSX hoy en día es su tamaño. Acostumbrados a los deportivos actuales con sus generosas dimensiones, el veterano japonés resulta muy bajito e incluso pequeño. Mide apenas 4,4 metros de largo por 1,8 de ancho, y no llega ni siquiera a los 1,2 metros de altura.

Honda NSX 1990 interior

El acceso es por lo tanto, tan “bueno” como un vehículo de estas características puede permitir. Suerte que soy ágil. Una vez sentado en el confortable y envolvente asiento de piel –cuya tapicería ha resistido estupendamente el paso de los años sin mostrar desgaste-, lo primero que llama la atención es lo bien resuelta que está la posición de conducción.

Honda NSX 1990

Resulta evidente que el interior se diseñó para que todo quede a mano del conductor: la posición de la palanca de cambios, la posición de todos los mandos e incluso la disposición del volante resultan sencillamente perfectas. Eso sí, como es lógico se percibe claramente el paso de los años en cuanto a diseño de los elementos y mandos, fruto de una era analógica.  Aunque diré a favor de Honda que los materiales han aguantado el paso del tiempo sin mostrar ningún signo de desgaste.

Lo siguiente que me llama la atención es la fantástica visibilidad desde el interior. Esto es gracias a la cúpula de este deportivo, inspirada en el avión de combate F16. Este diseño, sin unos verdaderos pilares A, se traduce en una visión sin apenas obstáculos con un ángulo de 310º, mucho mayor a cualquier deportivo coetáneo. Si lo comparamos con otros habitáculos como el del Ferrari 348 o el Lotus Esprit, la diferencia de visibilidad es abismal.

En marcha

Dicho esto, llega el momento de hacer girar la llave: una llave sencilla, vetusta, otro elemento que denota el paso del tiempo. Tras meterla en el cláusor y girarla: la gloria. El motor atmosférico de 3 litros de cilindrada V6 cobra vida con un sonido grave, imponente. Más potente de lo normal. Y es que el coche que tengo entre manos en realidad no está totalmente de serie.

Honda NSX 1990 frontal

Además del kit aerodinámico de carrocería y las llantas de aleación ligera, el motor ha recibido unos escapes after market. Más allá de dar algún caballo extra, este elemento aumenta considerablemente el sonido producido por el V6. Piel de gallina, otra vez. Qué diferencia con el sonido de los actuales motores turbo limitados por las emisiones.

Honda NSX 1990 motor

Toca ir a buscar la autovía, sin embargo antes salimos de Barcelona, un hábitat en el que un deportivo de los 90 ya no tiene cabida. Por eso se va. Adiós Barcelona, adiós. Así que una vez esquivadas las cámaras de la zona de bajas emisiones para evitar las multas de turno por circular con un coche viejo que se supone debería ir al desguace, dejamos atrás la ciudad para entrar en carretera abierta.

Hora de estirar algunas marchas y disfrutar del empuje del motor Honda con sistema de distribución variable, VTEC. En mis tiempos jóvenes me hice adicto a esa tecnología. Con mi Civic EG6 siempre esperaba el momento en que, con el pedal a fondo, allá por las 5.500 vueltas, cambiase el sonido y notarás un empuje extra. Con el NSX es más o menos lo misma sensación pero otro nivel.

En vez de 160 CV del Civic, ahora estamos hablando de 274 CV de los de antes, acompañados de un rugido furioso hasta las 8.400 rpm. Números en mano quizás no sea nada del otro mundo, 0 a 100 Km/h en 4,7s y una velocidad máxima de “sólo” 280 km/h. Pero como siempre digo, no todo son cifras en la vida. Las sensaciones son muy importantes, y el NSX es un coche que emocional 100%.

Más allá del factor más emocional desde una expectativa de deportividad, el Honda es también un coche bastante cómodo dentro de lo que cabe. Práctico desde luego que no, puesto que el maletero es bastante pequeño, y en el interior no hay sitio para dejar nada, pero eso es secundario. Lo que importa es si es bueno a nivel de dinámico, y sí, lo es.

Honda NSX 1990

La dirección, sin ser asistida, es directa y precisa. Por su lado, las suspensiones de doble triangulo con tecnología de la fórmula 1 de los 80 son firmes y bastante duras, aunque ofrecen un grado de confort suficiente para poder viajar sin romperte la espalda. Por su lado, la caja de cambios es una delicia. Además de la posición idónea de la palanca de cambios, su accionamiento es preciso y con un recorrido corto ideal para llevar a cabo una conducción deportiva. Los frenos, se comenta que son buenos, pero a decir verdad no tuve ocasión de probarlos a fondo.

Honda NSX 1990 trasera

Es una pena que en nuestro país haya límites de velocidad muy bajos, sobre todo cuando estás al volante de un coche como este, porque lo único que te pide es que pises el acelerador a fondo. Como es habitual, resisto a mis tentaciones, y a pesar de recorrer unos cientos de kilómetros con el coche, en ningún momento excedo ningún limite de velocidad. La seguridad y el respeto por las normas ante todo.

A pesar de tener que ir “lento” en comparación con lo que se podría ir, disfruto cada kilómetro recorrido con una gran sonrisa de oreja a oreja, especialmente cuando el VTEC salta y estiro las revoluciones por encima de las 8.000 rpm. Conducir coches como este es un verdadero placer, casi un sueño.

Honda NSX 1990 prueba

Una estética espectacular

Durante el camino hay tiempo para hacer alguna parada para disfrutar del paisaje, pero también de la esbelta figura del NSX. Me parece una barbaridad pensar que este coche tiene 30 años. Desde luego no lo parece, tanto en términos de tecnología, como desde luego también a nivel estético. El hecho de que se siguiera comercializando durante más de una década y media sin cambios significativos es una prueba de ello.

Honda NSX 1990 toma aire

La línea frontal y lateral son totalmente agresivas, pero también efectivas, permitiendo un coeficiente aerodinámico muy bajo. Sin embargo, para mi la parte trasera es la más icónica del vehículo con su aspecto de verdadero superdeportivo, y con unas ópticas que hoy en día siguen estando muy de moda, con el catadióptrico trasero de faro a faro.

 alerón Honda NSX 1990

Habrá quien diga que el coche que nos ocupa está demasiado modificado. Bien, es cierto que ni el kit de carrocería ni las llantas son originales en la unidad que nos ocupa. Pero le van como anillo al dedo. Si había que poner un pero a las primeras versiones de la primera generación del Honda NSX es que de serie venía con una llanta demasiado pequeña. Posteriormente Honda adoptó una medida de llanta superior hasta llegar hasta las 17 pulgadas.

Honda NSX 1990 llanta

Un último stint y fin del sueño con el Honda NSX

Tras esta última parada toca hacer un último stint. Tiempo de disfrutar de cada metro recorrido porque quien sabe si volveré a conducir un coche como este en el futuro. Y así disfrutando, llegamos a nuestro destino final, en Navarra. Allí este mimadísimo NSX se encontrará con un nuevo dueño apasionado, que de bien seguro lo seguirá cuidando tanto como lo estaba hasta ahora.

Honda NSX 1990 lateral

Por mi parte, no podría estar más contento por haber podido disfrutar de esta joya de los 90 durante unas horas. Y aunque no haya tenido ocasión de probarlo a fondo como me gustaría, he tenido la oportunidad de saborear el viaje. Y es que a menudo, estando tras el volante, lo importante no es el destino, sino disfrutar del camino.

Texto por: Dani Blasco

Agradecimientos Iban Viejo

Bonus: Algunas curiosidades del NSX

  • El NSX fue el primer coche de serie en montar un chasis de aluminio monocasco
  • En Estados Unidos jamás se comercializó como Honda sino como Acura NSX.
  • Para su desarrollo se empleó tecnología derivada de la fórmula 1
  • Antes de ver la luz, Honda presentó en 1984 el primer prototipo de superdepotivo con diseño de pininfarina: el HP-X
  • Para el diseño de la cúpula del NSX el equipo de diseño de Honda se inspiró en la cabina del avión de combate F16
  • NSX significa New Sport eXperimental
  • Su producción fue de 1990 a 2005, tiempo en el que se fabricaron 18685 unidades
  • En 1990 su coste era de 11.500.000 pesetas, unos 69.000€, un precio muy inferior a sus competidores directos.
  • Su apodo en la época era el Ferrari japonés o “el AntiFerrari”, un apodo totalmente merecido
  • Gordon Murray, el diseñador del McLaren F1 reconoció que el NSX fue una de sus fuentes de inspiración al diseñar el F1.
  • La segunda generación del NSX, presentada en 2015, está en producción desde 2015 y hasta la actualidad.

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