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Probamos los Audi RS 4 Avant y RS 5 Competition Plus

El icónico deportivo familiar estrena esta nueva alternativa para ofrecer una conducción aún más emocionante, que también se ofrece para los RS5 cupé y sportback.
Implica cambios en el chasis y un sobreprecio de 20.000 euros.

La actual generación del RS 4 –código interno B9– es la cuarta, y llegó al mercado en 2018, con sus enormes pasos de rueda y su 2.9 V6 biturbo de 450 CV. Esta mecánica la comparten también el cupé RS 5 y el RS 5 Sportback, aunque el más demandado en España es el familiar. Entre los tres, el RS 4 supone en 65% de las ventas, el RS 5 Sportback un 25% y el RS 5 apenas un 10%. La gran virtud del RS 4, además de sus prestaciones, es la polivalencia, de modo que muchos clientes lo disfrutan a diario. En esta edición Competition Plus, los responsables de Audi han querido conservar esa cualidad, pero añadiendo además un poco de picante adicional, a base de muchos retoques. La potencia máxima no cambia, sigue siendo de 450 CV, y sorprende recordar que la tercera generación, lanzada en 2012 con el 4.2 V8, ya rendía 450 CV. El par máximo tampoco cambia, y es de 600 Nm entre 1.900 y 5.000 rpm. 

A la nueva suspensión se añade un diferencial trasero Quattro Sport que le permite tener un comportamiento más sobrevirador, de modo que es más fácil hacer deslizar el eje trasero. De todas maneras, el ‘piloto’ puede elegir cómo quiere que se comporte su coche, más dócil o más radicalmente. Para ello, puede elegir tanto el modo de conducción como la acción del control de estabilidad, que ha sido modificado y ofrece tres posiciones. Nosotros lo condujimos durante una jornada de lluvia –en modo de conducción Dynamic– sobre la pista de Ascari, y pudimos comprobar que su agarre es espectacular y da una confianza enorme.

Apenas se mueve al salir de una curva rápida dando gas, y vuelve inmediatamente a su sitio. En las curvas enlazadas disfrutamos de una dirección que ha sido retocada para hacerla más precisa, y la experiencia siempre es más intensa usando manualmente el cambio Tiptronic de ocho marchas mediante las levas. La centralita ha sido ajustada para que los cambios sean más rápidos, y acelera de 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos. Como buen Audi RS, es rapidísimo y excitante, pero también muy noble y fácil de conducir. 

Otra especto evidente en esta versión es que suena más y mejor, y en esto influyen dos factores: por un lado, incorpora el nuevo sistema de escape RS Sport Plus; y por otro, lleva menos material aislante, de modo que el sonido del motor se percibe con más fuerza en el interior. 

El RS 4 Avant “normal” cuesta 104.850 euros, y los RS 5 y RS 5 Sportback, parten desde los 109.200 euros. Las ediciones Competition Plus suponen un incremento de 20.000 euros sobre esos precios.

Regulable y más cerca del suelo

Con la nueva suspensión RS Sport Pro la carrocería va 10 mm más cerca del suelo que en el RS 4 estándar. Aunque lo más interesante es que lleva una suspensión roscada que el propietario puede regular a su gusto, porque el Audi viene de serie con una caja de herramientas para ello. No creemos que muchos clientes se compliquen, pero seguro que los aficionados a los track days sí se aventurarán a hacerlo. Usando una ruleta, en la parte de arriba se puede regular el rebote en varias posiciones, y abajo se puede modificar la dureza del amortiguador también en varios niveles. Y con una llave se regula la altura, que se puede bajar hasta 10 mm adicionales. Así la carrocería quedaría 20 mm más baja que en un RS 4 estándar. Para los más racers, recordamos que los frenos carbono-cerámicos y los Pirelli Corsa P Zero son opcionales.

 

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