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McLaren 720S y GT a prueba, viaja lejos, viaja rápido

Ginebra es el epicentro económico de Europa en cierto modo, al menos como ciudad principal de lo que ha sido y sigue siendo un paraíso fiscal. Viajar allí era casi obligatorio una vez al año para nuestra profesión, el Salón de Ginebra era ineludible, hasta que el mundo se paró y todo lo que parecía inamovible se canceló. Quizás los de Woking echaran de menos su vista de turno a la ciudad de la relojería y la banca privada, así que aquí estamos para probar el McLaren GT y el McLaren 720S, quizás los dos coches más opuestos de la gama, pero fieles al estilo de la compañía.

McLaren GT y 720S a prueba

McLaren se aferra a su chasis monocasco de carbono como Ginebra lo hace al secreto bancario, y lo usa hasta para un coche de filosofía polivalente y más confortable como es su GT. Se presentó en 2019, y llegaba para incomodar a los super Gran Tourer más exquisitos de Europa, será nuestra primera montura en unas vacaciones muy rápidas y excitantes en la zona alpina.

Chocolate aparte, Suiza no destaca por ser amiga de los vehículos de altas prestaciones, así que McLaren nos preparó una ruta larga por Francia subiendo y bajando puertos de montaña. Después de una salida de Ginebra por los túneles como si nos hubiéramos dejado la cartera en España y un paso por la frontera como si no hubiéramos pasado en nuestra vida de 2.000 rpm, llegaba la carretera abierta.

McLaren GT y 720S a prueba

¿Es un superdeportivo amplio o un Gran Turismo menos práctico?

El McLaren GT no está en las Sport Series, ni en las Super Series, en un árbol genealógico de la firma inglesa estaría justo entre medias de ambos, pero una rama a la izquierda, ni lejos ni cerca de los superdeportivos.

Su motor es un V8, nada nuevo, pero McLaren decidió usar el 4.0 biturbo del 720S en vez del 3.8 de los Sport Series (570S, 600LT…) y sus 620 CV y 630 Nm son simplemente descomunales. Tu cabeza sabe que no es el deportivo más rápido de la casa, pero tu cuerpo empieza a sentir el empuje de un coche que es más rápido que el 90% de vehículos que te puedas cruzar en un viaje de 3 horas por los Alpes.

McLaren GT y 720S a prueba

Es suave a bajas vueltas, pero entonces el V8 abre la boca y estremece tus oídos mientras piensas si es mejor subir una marcha con la leva de carbono o si puedes estirar la segunda hasta la siguiente curva.

Y de pronto te ves hundiendo el pie en un freno con un tarado especial, extraño al principio, suave pero firme, ajustado para este enfoque de Gran Turismo rápido en vez de superdeportivo, como si te pusieran un cojín de seda en la cara para detener tu respiración y fueran apoyándose sobre el poco a poco hasta asfixiarte.

McLaren GT y 720S a prueba

Pero los frenos carbocerámicos del GT no parecen perder el aliento en el tramo de montaña francés que atacamos como una carga de la caballería de Napoleón, sacudida tras sacudida al pedal del freno siguen parando los 1.530 kg del GT.

Esta última cifra es clave, la construcción alrededor de un monocasco de carbono, el Monocage II-T, de Touring, y el uso de aluminio en muchas partes de su sensual carrocería lo hacen el más ligero de su categoría.

McLaren GT y 720S a prueba

Esto es una ventaja inmediata en placer de conducción, algo que los Gran Turismo añaden a su repertorio de atributos en última instancia. Pero McLaren empieza la casa por la sala de juegos en vez del baño o el salón, para que nosotros como conductores seamos los protagonistas.

El GT tiene todo lo que un McLaren necesita, propulsión trasera, un motor explosivo, un chasis enfocado en la conducción y un tacto de dirección conectado con tu médula espinal.

McLaren GT y 720S a prueba

Es rápido, preciso y violento cuando desplegamos su potencia, se te puede acabar el tramo de montaña más rápido que aun ciclista dopado, y adelantar a estos antes de que puedan si quiera girar la cabeza para ver que demonios viene tronando como una banda sonora de rock.

Sin embargo, pronto nos damos cuenta de que estamos disfrutando incluso en momentos de sosiego, de transición entre tramo y tramo de montaña. McLaren no quería un superdeportivo cómodo, quería un coche equilibrado para viajar largas distancias, ya sea rápido o sosegado, y se nota dócil entre los resaltos y las furgonetas de reparto.

McLaren GT y 720S a prueba

Sigues sentado muy abajo, y la visibilidad trasera sigue siendo escasa, pero la suspensión adaptativa te permite fluir entre el asfalto roto de la montaña y los baches de plástico de la ciudad. ¿Voy en un McLaren? El volante sin botones e inserciones de carbono indica que si, el bramido ronco del V8 saliendo del semáforo lo confirma.

Hacemos un alto en el camino, para apreciar sus formas, tomar unas fotos para las insaciables redes sociales y de paso hacer feliz a un amable francés que pasa por allí. La estampa junto a un embarcadero nos deja atónitos un segundo, si todos los gran turismo fueran así los superdeportivos se verían aburridos.

McLaren GT y 720S a prueba

El McLaren GT tiene las proporciones típicas de los modelos de la firma, belleza al servicio de la funcionalidad. En este caso se ha cuidado también especialmente la usabilidad. El morro es más alto de lo normal, y hasta que te acostumbras a verlo piensas que te has dejado activado siempre el sistema de elevación del morro. Esto evita sustos y roces innecesarios con baches o resaltos, pero aún así hay que ir con cuidado.

McLaren GT y 720S a prueba

El otro apartado clave es el espacio. El GT es el líder de hecho de su segmento. McLaren se ha sacado de la chistera un maletero trasero de 420 litros, un poco raros, pero en los que cabría una bolsa de golf o varias bolsas de viaje. Es largo y está bien aislado del V8 que descansa debajo.

McLaren GT y 720S a prueba
Con 420 litros de maletero trasero podemos ir de picnic o lo que surja con el GT

De hecho, se han rediseñado elementos como las entradas de aire para dar más oxígeno al pobre motor escondido, de esta manera podemos llevar más cosas o incluso una compra sin usar siquiera el maletero delantero de 150 litros. Eso si, las autostopistas que nos cruzamos en nuestro camino se tuvieron que quedar allí, esto con un Aston DB11 no pasaría…

Pero no hay tiempo para más paradas, la carretera empieza a ascender hasta una estación de esquí desnuda de nieve y mientras asciendo a golpe de V8, empiezo a comprender bien este coche. Es el punto más extremo en deportividad dentro del espectro de los Gran Turismo sin rebasar esa fina línea que lo adentraría en territorio de superdeportivo enfocado al máximo rendimiento.

McLaren GT y 720S a prueba

Es muy rápido, 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, pero se puede aprovechar bien esa fuerza, es suave a bajas vueltas y siempre sabes cuando explota, a partir de 4.000 rpm. Es ágil, pero no te zarandea, primero por su magnífica suspensión adaptativa, y segundo por sus cómodos y fornidos asientos deportivos específicos.

También es noble, con todos los controles puestos la capacidad de tracción parece infinita, solo si el asfalto es muy roto saluda el control de tracción, si no siempre tendrás una nueva oportunidad de recorrer más metros de Francia, Suiza o el país al que quieras viajar con este coche.

McLaren GT y 720S a prueba

Porque al final el McLaren GT está aquí para ser tu McLaren para todo sin preocuparte por todo en cada momento. Cruzar ciudades, ir a cenar en él, dejar atrás una aburrida autopista hasta un tramo de curvas, y que cuando llegues allí que sigas fresco para poder aprovechar sus mejores talentos, y todo eso con el aspecto imponente de un superdeportivo de motor central.

Hora del cohete

Segundo día en Suiza y la lluvia promete aguar la prueba del McLaren 720S, pero no frustrarla. Esto es un animal completamente diferente al GT. Si el otro es un depredador sigiloso y cauto, este es despiadado asesino que solo tiene sed de sangre. Y pronto lo sientes. Todo ocurre con inmediatez fulgurante, el tacto del freno, la dirección, la respuesta del motor, todo es duro, preciso y atronador.

McLaren GT y 720S a prueba

Volvemos a Francia, y entramos 5 720S en busca de curvas como una manada de lobos en busca de ovejas. Los pueblos se hacen eternos y el navegador nos encauza a una calle prohibida, maniobrar hoy cuesta más sudor que con el GT.

Pero entonces podemos desatar al 720S y sus 720 CV. Antes de empezar a ascender colocamos las ruletas de los ajustes para Handling (chasis) y Powertrain (motor y cambio) en su posición Sport, y tras unas curvas ya no queremos volver a Confort nunca más, pero con el firme mojado no nos atrevemos a saltar al modo Track.

McLaren GT y 720S a prueba

Sin embargo, ante la sucesión de horquillas que nos anticipa la pequeña pantalla vertical del navegador, ponemos el ESC en modo Dynamic, cosa que no se puede en el GT, ahí es todo puesto o todo fuera, curioso para uno Gran Turismo. Aquí el 720S te permite deslizar con serenidad pero también con una cuerda de seguridad, su excelente electrónica. Hay quien considera que la electrónica nubla tu percepción de control, que hace los coches menos divertidos, pero con solo apretar un botón McLaren nos la pone al servicio de nuestra diversión más canalla.

McLaren GT y 720S a prueba

Y creedme, hacer derrapar un 720S es muy divertido, pero solo si el coche no es tuyo y si sabes que después de hacer el contravolante el propio coche te ayudará a volver al sitio. Si te ves muy valiente puedes recurrir al Variable Drift Control, con el que ajustar el ángulo del derrape para hacerlo más espectacular y que sea el coche el que nos corte al límite.

Si tu nivel de conducción está a la altura del coche, entonces será aún más divertido, pero tras una hora conduciendo al 720S, sientes que ese límite está muy lejos, pero hoy no vamos a poder ir tan lejos, así que aunque vayamos a conducir 3 horas, será como hablar con alguien 15 minutos, así de lejos está el límite de este coche.

McLaren GT y 720S a prueba

720S, abrumadoramente rápido

Y es que incluso en mojado puedes ir rápido, aunque los Pirelli PZero Corsa que llevamos no sean la panacea en agua, los potentes frenos carbocerámicos lo paran bien, y con el control de estabilidad de nuevo en modo “no quiero volver en taxi al hotel” pisamos con más violencia el acelerador. Exactamente la misma con la que se sacude la zaga del McLaren 720S.

McLaren GT y 720S a prueba

Nos paramos exhaustos de pulverizar rectas y fulminar curvas, el par motor es descomunal y la confianza en sus capacidades es mayor que en las de uno mismo. Un amable local se acerca a ver el coche y su pulgar hacia arriba delata que le gusta, pero solo habla su idioma, así que desempolvo mi francés de instituto para darle tres datos del coche.

McLaren GT y 720S a prueba

Está impresionado por su diseño, no es para menos, McLaren aplica lo que se llama belleza funcional, todo al servicio de la aerodinámica y el rendimiento, con inspiración en formas de la naturaleza, aunque nosotros veamos más un vehículo de ataque de Star Trek. Laurent sabe que tiene delante un misil de combate, pero me enseña su móvil, tiene un Focus RS 2017, un 309 GTI, un Jeep Wrangler y me dice algo de un AC Cobra, pero mi francés se ha acabado antes.

McLaren GT y 720S a prueba

Ponemos rumbo al hotel, hay que devolverlo y ya vamos justos de tiempo, no conviene hacer esperar a alguien que aguarda la vuelta un coche de más de 400.000 euros. Cruzando de vuelta a Suiza reflexionamos sobre el nivel del 720S. McLaren ha dado forma a un superdeportivo visceral, un coche que explota tus capacidades mientras tu explotas su V8 biturbo.

Ponerte a su nivel es difícil, y requerirá muchos kilómetros, los 200 km que hemos hecho nosotros nos han sabido a gloria incluso bajo la lluvia, y estamos seguros de que cualquiera que tenga este coche saboreará más los kilómetros futuros que haga, cuando conozca mejor los límites del coche y los suyos.

McLaren GT y 720S a prueba

Su concepto de superdeportivo de motor central con estos asientos baquet de carbono, sus reacciones duras y precisas, su sensación de máxima estabilidad a cualquier velocidad y giro, hacen que el 720S coloque al GT en su lugar, y que verdaderamente se sienta como un gran turismo para conducir mucho tiempo y muy rápido, probar uno después del otro, sin importar el orden, pone de manifiesto la buena puesta a punto de los ingenieros de McLaren en ambos coches.

McLaren GT y 720S a prueba

Incluso es sorprendente que el 720S tiene buena visibilidad gracias a una trasera muy acristalada, algo que el Spider seguro que mejora, y aunque el McLaren GT es posiblemente la referencia en cuanto a dinamismo entre los Gran Turismo, por prestaciones, por esa dirección hidráulica que copia tus movimientos y te informa con precisión de que ocurre, si mañana tuviera que ir hasta Ginebra a firmar una herencia, elegiría el 720S, porque cada kilómetro cuenta, y en este McLaren se queda grabado a fuego.

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