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McLaren 765LT a fondo: el nuevo rival para los italianos

Algunas cosas son demasiado grandes como para comprenderlas. La escala del universo, la profundidad del Pacífico o la locura de los que quieren más potencia para el McLaren 720S. A mediados de 2017 nos pusimos por primera vez al volante del biplaza británico, y sus siderales prestaciones (su V8 biturbo rinde 720 CV) hicieron que nos preguntáramos dónde está el límite en cuanto a coches de calle. Ahora, para esos fanáticos de la velocidad que siempre quieren más, llega su evolución, el McLaren 765LT. La receta es la de siempre, la que nunca falla: más ligereza, más potencia y “un montón de pequeños cambios”, como nos dice el ingeniero James Warner.

McLaren 765LT frontal

No hemos podido conducirlo aún, pero lo primero que vemos es un nuevo paquete aerodinámico, parcialmente inspirado en el que monta el 720S GT3 de carreras. El morro va 5 milímetros más bajo que en el 720S, y el eje delantero es 6 mm más ancho. Llama la atención el splitter delantero estilo “máquina quitanieves”, fabricado por supuesto en impecable fibra de carbono. El flujo de aire se dirige bajo una nueva sección frontal, y llega hasta el enorme difusor trasero. Además, el aire alrededor del coche también es guiado por nuevos elementos de carbono. Los más llamativos son los que están detrás de las ruedas posteriores, diseñados para evitar un comportamiento errático cuando el coche desliza o es golpeado por vientos cruzados. Las ranuras sobre los neumáticos delanteros reducen la presión en el interior de los pasos de rueda e incrementan el apoyo aerodinámico en el frontal. El alerón activo puede colocarse en tres posiciones, incluyendo la de aerofreno, y cuenta con un 20% más de superficie. El resultado global es un 25% más de apoyo aerodinámico.

McLaren 765LT trasera

Pero no se ha tratado solo de buscar más downforce, sino que han buscado que el coche sea usable y disfrutable por todo tipo de conductores. “El apoyo aerodinámico debe ser consistente y previsible. Hemos buscado un centro de presión que no varíe mucho en las frenadas”. De hecho el aumento en el downforce hace que la velocidad punta del 765LT sea inferior a la del 720S, 330 km/h frente a 350.

Para situarnos con perspectiva, conviene recordar que la gama McLaren está compartimentada entre los Sport Series (570S, 600LT…), los Super Series (720S, 765LT…), el reciente GT y los Ultimate Series (Senna, Speedtail, Elva).

Viendo la evolución de los últimos años era de esperar que llegara un modelo como el nuevo 765LT, porque en otros modelos de la gama McLaren, el desarrollo de versiones ha sido igual: primero se lanza el coupé, luego el spider y finalmente la versión más extrema, el LT. Las siglas LT (Longtail / cola larga) en McLaren identifican a los modelos más extremos, con el mismo enfoque que los Ferrari Pista, Stradale o Scuderia, los Lamborghini Performante o los Porsche RS. Es decir, deportivos sin concesiones, preparados para brillar a un alto nivel en circuito.

765LT, estirpe Longtail

El primer McLaren LT fue el F1 GTR Longtail (1997) destinado a la competición, del que solo se fabricaron un prototipo y nueve unidades más. Luego han ido llegando los modelos de serie: 675LT y 675LT Spider (derivados del 650S), y los 600LT y 600LT Spider (derivados del 570S). Todos llevan un alerón trasero algo más largo que el del modelo del que derivan, lo que en cierto modo justifica su apellido (Longtail / cola larga). La longitud total del 765LT respecto al 720S se incrementa en 57 mm, 48 mm en el morro y 9 mm atrás.

765LT

Más ligero

Las virtudes dinámicas de todos los McLaren empiezan en un factor fundamental, que es la ligereza. El 765LT pesa solo 1.229 kilos en seco (1.339 kg DIN), una cifra muy reducida y que desde la marca británica destacan con orgullo. El Senna se queda en 1.198 kg y el P1 –el híbrido del millón de euros lanzado en 2013– llegaba a los 1.395 kg. Sus 1.229 kg son 80 kilos menos que el 720S del que deriva, el equivalente a quitar al pasajero. Esta reducción se debe a un sistema de escape de titanio más ligero (-3,8 kg), los asientos de carbono como los usados en el Senna (-18 kg), a las nuevas llantas (-22 kg), o a los cristales más finos.

McLaren 765LT zaga

La luneta trasera es de policarbonato. Incluso la batería, de ion-litio, pesa 3 kg menos que la del 720S. El aire acondicionado (-10 kg) y el equipo de sonido (-1,5 kg) no van de serie, pero se pueden pedir sin coste adicional. Adicionalmente se pueden encargar varias parte de la carrocería en fibra de carbono –de serie son de aluminio–, como el capó, las puertas y las aletas delanteras y traseras.

Motor cercano al Senna

Como todos los modelos de la marca, emplea una estructura central de fibra de carbono con subchasis de aluminio delante y detrás. También como todos los McLaren monta un motor 4.0 V8 biturbo (tipo M840T en este caso), que alcanza su potencia máxima, 765 CV, a 7.500 revoluciones por minuto. Sus 800 Nm de par máximo llegan a 5.500 rpm.

Conviene resaltar que este motor rinde más potencia que el 3.8 V8 biturbo del P1, que daba 737 CV. Esto supone una sensacional relación peso-potencia de 622 CV por tonelada, que permite acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y de 0 a 200 200 km/h en 7,2 segundos. El cambio es de doble embrague y siete marchas.

El propulsor del 765LT es muy similar al de 800 CV que lleva el Senna. Este último y el 765LT incorporan pistones de aleación forjados y junta de culata de tres capas, lo que le permite soportar mayores presiones. Además, la bomba de gasolina trabaja con más presión, y el sistema de escape de titanio también ayuda. Se han reducido además las relaciones del cambio, y según el Product Manager Ian Howshall, “La tercera se siente como una segunda en el 720S”… ¡Uuaaww! El motor del 720S ya resulta aterrador a tope de vueltas, pero su sonido no tanto. Por eso han decidido utilizar el espectacular sistema de escape con cuatro salidas circulares. Al parecer esta solución ha causado grandes debates dentro de la marca, y no era la preferida por el departamento de diseño.

McLaren 765LT perfil

Las olas de sonido interactúan unas con otras para entregar una mejor acústica”, dice Warner. A nosotros el resultado nos gusta, su estética resulta muy agresiva y, en definitiva, es el rasgo del 765LT que más le diferencia del 720S. Entra así en el club de los deportivos con los escapes peculiares, como el Jaguar E-Type V12, los Pagani, el Ferrari F40 o el 458 que se inspiró en él. En el caso del 765LT no se plantearon colocar los escapes sobre el motor, como en el 600LT (que probamos en el circuito).

Habitáculo de carreras

El interior es austero pero moderno y de gran calidad, como ya es habitual en los McLaren más radicales. Los buckets de carbono son como los del Senna, pero también se puede pedir con asientos más cómodos, tipo Touring o Comfort.

Además de la enorme potencia que rinde su motor, los ingenieros dicen haber buscado la máxima conexión entre el coche y el piloto, con cientos de detalles de ingeniería para lograrlo. La dirección, por ejemplo –hidráulica como en el 720S, no electrohidráulica para mejorar el tacto–, es más rápida y firme, y la suspensión neumática Proactive Chassis Control II emplea nuevo software y hardware. Conviene recordar que en el 720S y en el nuevo 765LT, cada rueda está interconectada con las demás y prescinde de barras estabilizadoras. Ya el MP4-12C de 2011 sorprendió por el uso de esa tecnología, que ofrecía una comodidad sin competencia en el segmento, y el 720S estrenó una evolución de este sistema activo. Esto ayuda mucho en lo que nos dice el Line Director, Andreas Bareis, y es que también se puede disfrutar conduciendo a velocidades legales, porque transmite a cualquier ritmo. “Nos hemos centrado tanto en el manejo en condiciones normales como en el rendimiento absoluto”. Y añade: “Nos hemos fijado objetivos de prestaciones muy ambiciosos, pero también hemos prestado atención al sonido de la cabina o al tacto de los frenos, más inmediatos y controlables”. Los frenos son por supuesto carbono cerámicos y de hecho son como los del Senna, listos para un uso intensivo en circuito.

McLaren Asientos

El Product Manager, Ian Howshall, nos adelanta con entusiasmo que “basta con arrancarlo para sentir no solo el sonido, sino cómo vibras con el motor, a través de los soportes del V8 más rígidos”.

Para su carrocería se ofrecen en 17 colores a elegir, y de ellos el Nardo Orange –el que ilustra este reportaje– y el Smoked White son exclusivos de esta versión. Además hay otros 13 de la oferta MSO (McLaren Special Operations) y por supuesto existe la posibilidad de que un cliente pida cualquier tono que sea técnicamente posible. Si el precio del fantástico 720 Spider es de 328.500 euros (el importador es McLaren Barcelona) el 765LT se va hasta los 390.200 euros, incluyendo IVA y 16% de matriculación.

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