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Mazda CX-60: introspección de la marca japonesa hacia el arte Takumi

De Japón para el mundo, la pasión por el detalle de sus maestros artesanos, los llamados “Takumi”, ha servido de inspiración para desarrollar el primer híbrido enchufable de Mazda en Europa. Os contamos todos sus detalles.

La cultura japonesa siempre es una fuente de inspiración por muchas razones. Su famosa hospitalidad o su pasión por el trabajo son solo algunas de ellas. Allí no verás a nadie intentar ganar posiciones en la cola del supermercado o levantar la voz más de lo normal por la calle, algo de lo que los europeos no podemos presumir... Pero no estamos aquí para empezar nuevos conflictos, sino para ensalzar virtudes y ahí es donde entran en juego los llamados Takumi. Así se llama a los maestros artesanos japoneses, los que destacan sobre el resto y que representan lo más alto de cualquier profesión.

Para que os hagáis una idea, si en Europa se necesitan unas 10.000 horas de estudio para convertirte en un experto en cualquier materia, en Japón la cosa se multiplica por seis. Esto equivale a trabajar 8 horas al día, 250 días al año, durante tres décadas... 
“La espada japonesa ejemplifica las habilidades de los Takumi, es extremadamente afilada y no se rompe”, nos cuenta Hirotaka Kanazawa, Director Ejecutivo de Mazda en Japón. “Si lo comparas con lo que hacemos en Mazda actualmente, verás que se trata de crear un estándar de calidad muy alto. A pesar del avance de la tecnología, no puedes basarlo todo en los ordenadores u otros medios científicos. Al final, dependemos de la habilidad y sensibilidad de quienes hacen los automóviles”. Las palabras del directivo japonés ponen en alza el factor humano: “Un Samurái puede decirte si una espada es de buena calidad con solo sostenerla. Y el clientes percibe la calidad en un coche nada más subirse”.

En este sentido, el trabajo artesano en el Mazda CX-60, la precisión en los acabados interiores y el cuidado de los Takumis ha servido para crear un vehículo especial y un habitáculo único en su categoría. No obstante, el CX-60 es el modelo más importante para la marca en más de una década. Está llamado a convertirse en una nueva referencia porque representa todo lo que Mazda ha ido incorporando a su ADN a lo largo de un siglo: un diseño extraordinario tanto en el exterior como en el interior, acabados según la mejor tradición japonesa, tecnologías avanzadas orientadas al ser humano y una motorización de última generación.

Un vehículo muy especial por muchas razones

Este modelo es además el primer híbrido enchufable que Mazda presenta en el mercado europeo. Su motorización combina un propulsor de gasolina de 2.5 litros Skyactiv-G, de cuatro cilindros e inyección directa, con un motor eléctrico de 129 kW y una batería de alta capacidad de 17,8 kWh y 355 V. La suma hace posible un desarrollo de potencia total de 327 CV y una poderosa entrega de par de hasta 500 Nm, lo que convierte al Mazda CX-60 PHEV en el SUV más potente de la historia de la marca. Pero, además, sus credenciales medioambientales tampoco se quedan atrás: el consumo de combustible en ciclo combinado (WLTP) es de tan solo 1,5 l/100 km, mientras que las emisiones de CO2 se han rebajado hasta 33 g/km. Por supuesto, sus 63 km de autonomía eléctrica le otorgan todos los beneficios de la etiqueta Cero de la DGT.

Más allá de las cifras, el nuevo CX-60 tiene un estilo hermoso, dinámico y transmite la inteligencia y la elegancia del diseño Kodo más novedoso. Explota el concepto japonés del “Ma”, el cual representa la sosegada y majestuosa belleza del espacio vacío, y que encaja a la perfección con la solidez de una arquitectura típicamente SUV, con motor delantero y tracción total.
El diseño interior, elegante y con excelentes calidades, es inconfundiblemente Mazda, con muchos guiños a la estética japonesa. Por ejemplo, juega con conceptos como el “Kaichô”, que es la mezcla de distintos materiales y texturas para generar un punto de irregularidad, combinando madera de arce, el cuero napa, refinados tejidos japoneses y detalles cromados. También está presente el “Musubu” o el arte de anudar y conectar, que ha servido de inspiración para los detalles de las costuras del panel del salpicadero.

Un marcado acento japonés

El tratamiento de las molduras en madera de arce se inspira en el “Hacho”, otro concepto estético japonés que explota la asimetría y la irregularidad intencionada. Los tejidos empleados tienen distintas fibras y patrones que responden a los cambios en la iluminación. Se ha empleado también una técnica japonesa de costura, llamada “Kakenui”, que produce costuras “colgantes” y deja espacios entre los tejidos de los guarnecidos, que permiten entrever el material que hay debajo. 

Esta claro que los ingenieros de producción han sabido transmitir toda la fuerza del diseño Kodo y el buen hacer de los artesanos de Mazda para crear un coche que, a buen seguro, se convertirá en todo un éxito. El Mazda CX-60 PHEV ya está disponible por poco más de 50.000 euros y, a partir del año que viene, llegarán versiones gasolina y diésel. Un futuro muy prometedor nacido de la cultura del esfuerzo y el trabajo bien hecho. No obstante, para Mazda, como para los Takumi, el aprendizaje nunca termina porque nunca se conforman y siempre piensan en mejorar. 

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